Quien tiene todas las papeletas para cubrir ese puesto es Ignacio Gutiérrez-Orrantia, máximo responsable desde 2021 de la banca de inversión de Citigroup para Europa, Oriente Próximo y África.

La presión de los proxys, de los fondos internacionales, del mercado, y también de los propios accionistas tras la entrada de IFM ha llevado al consejo de administración a concluir que es necesario un cambio en la gobernanza de la compañía. El objetivo es adaptar el consejo de administración a los estándares internacionales de una empresa cotizada. 

[Naturgy lanza el 'proyecto Géminis' y se divide en dos empresas cotizadas: una de redes y otra de generación]

Ignacio Gutiérrez-Orrantia, un ejecutivo que llegó a Citi en 2004, es el primero en la lista que maneja la Comisión de Nombramientos y Retribuciones de Naturgy. Si bien, explican fuentes consultadas, hay otros candidatos de máxima solvencia que también están siendo analizados. Tanto internos como externos. 

Fuentes conocedoras insisten en que el nombre del financiero es uno de los favoritos, pero también que no hay nada definitivo. Insisten, además, en que no hay elección definitiva ni está previsto hacerla en la próxima reunión del consejo que se celebrará el 12 de julio. 

Otras fuentes explican que aunque pueda haber otros nombres en la lista, lo normal es que Gutiérrez-Orrantia sea elegido.

¿El motivo? Ha colaborado con Francisco Reynés en numerosas ocasiones y, por tanto, es cercano a él. De este modo, además, se cambiaría el equilibrio de fuerzas en el consejo de administración, ya que se incorporaría a un hombre de la confianza del presidente.

Objetivo: buena gobernanza

Para la energética, la decisión de desdoblar la toma de decisiones en dos figuras es parte del plan de refuerzo del equipo directivo. "Desdoblar la figura del que ostenta el poder de decisión en la compañía está muy bien valorada por los proxys", explica a este diario María de la Torre, experta legal en Gobernanza y socia directora de Governance & Compliance.

"Suele ser muy recomendable en empresas con una alta cotización o muy complejas, y nada impide que en Naturgy se haga". Para la letrada, "habitualmente son los accionistas minoritarios los que piden que no haya una figura hegemónica y repartir el poder es una buena práctica para que haya buen ambiente en un consejo de administración".

Sin embargo, "también es necesario nombrar un consejero coordinador para bascular ese poder, si tanto el presidente como el consejero delegado tienen funciones ejecutivas, y a partir de ese momento se tienen que repartir las funciones internas". Actualmente, el consejo de administración de Naturgy cuenta con ese perfil en la consejera independiente Helena Herrero Starkie.

Por lo tanto, lo que queda por definir es cuándo se producirá el nombramiento. "A lo mejor la presión mediática está haciendo que se pueda acelerar, o quizás lo quieren quemar antes de tiempo, en cualquier caso, todo lleva un proceso y unos plazos que hay que cumplir", señalan fuentes conocedoras. 

Próximos pasos de Naturgy

Con la entrada del nuevo consejero delegado se tendrán que ampliar los objetivos planteados en el Plan Estratégico de la compañía que tienen de fecha hasta 2025. En él se incluía invertir 14.000 millones y sumar 14GW de renovables en países "estables", especialmente en Europa, Australia, Estados Unidos y Chile. 

Pero su mayor tarea será la de sacar del cajón el proyecto 'Géminis', la división de la compañía en dos empresas cotizadas: una de redes y otra de generación.

Un plan que se presentó el mismo mes (febrero de 2022) que se hizo efectiva la entrada del fondo australiano IFM en el consejo de administración, y que preveía crear dos compañías con la misma estructura accionarial. Al menos, inicialmente.

El proyecto se pospuso sine die debido al complicado escenario geopolítico que aún no se ha resuelto en la actualidad, así como por las incertidumbres regulatorias.

En el cajón se ha quedado pendiente la creación de dos equipos directivos paralelos y la posibilidad de tener que contar con dos liderazgos para conseguir que cada compañía recién creada pueda caminar hacia sus propios objetivos independientemente de los de la otra.