Según explica el Ministerio para la Transición Ecológica, "la confianza de los inversores y los excelentes recursos naturales españoles han propiciado que haya un gran volumen de proyectos de renovables en tramitación".

Añade que esta situación está "en línea con las directrices europeas para reducir cuanto antes las importaciones energéticas desde Rusia y reforzar la autonomía estratégica de los 27".

[La burbuja fotovoltaica, a punto de explotar: se extiende el miedo a la avalancha de 60 GW que instalarán en dos años]

Hasta ahora, el Gobierno tiene localizados 43 GW de potencia renovable esperando ser instalada –el 80% fotovoltaica y el 20% eólica– y debería obtener la autorización de construcción antes del próximo 25 de julio para no perder los avales. De hecho, no solo perdería el dinero depositado inicialmente, sino que debería volver a iniciar toda la tramitación administrativa tras obtener nuevamente los permisos de acceso y conexión a la red. Así se recoge en el calendario de hitos del RDL 23/20.

Por tanto, se ha decidido extender otros seis meses más el plazo para que esos proyectos obtengan la autorización de construcción, "facilitando la participación pública en su nueva configuración y aumentando las opciones de contratación con la cadena de valor industrial española y europea", dice el MITECO.

Los proyectos, en todo caso, se culminarán antes de superar los cinco años desde que iniciaron la tramitación, como hasta ahora, al objeto de cumplir la agenda verde.

¿Fin de la burbuja?

"Es una ayuda, no cabe duda, para evitar que haya una avalancha de proyectos solares que tengan que conectarse a red a la vez, pero puede que no sea suficiente", explica a EL ESPAÑOL-Invertia, Luis Villar, consultor especializado en transacciones de M&A, servicios de asesoramiento financiero y de mercado en el sector renovable.

"Cuando Natalia Fabra, catedrática en el Departamento de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid, dijo en el Foro Solar de 2018 que el precio capturado por la fotovoltaica en 2030 caería a 10 euros/MWh todos nos llevamos las manos a la cabeza", continúa.

"Sin embargo, hoy, casi 5 años después, suena como una indeseable profecía hacia la que parece que nos dirigimos, si no hacemos algo para evitarlo. Algunos, llevados por el impulso de la inercia o de los compromisos adquiridos y capitales comprometidos, siguen llevándose las manos a la cabeza, y la venda a los ojos para no verlo", expone.

Pero en su opinión, no hay una solución evidente. "Dicen que el almacenamiento es la solución. Es necesario, pero para que sea la solución queda mucho por hacer. Ojalá que no sea el preludio de otras burbujas", concluye.

Exceso de producción

El incremento exponencial de la fotovoltaica en España ya se está notando no solo en los precios, sino en las horas de su máximo rendimiento. Y no solo ocurre en nuestro país, sino también en Europa y en otros países.

De hecho, según el último informe de la AIE (Agencia Internacional de la Energía), España, junto con Alemania e Irlanda, verán cómo su cuota anual de energía eólica y solar fotovoltaica superará el 40% en 2024, lo que exigirá una gestión eficaz de la red para contener el aumento de los índices de restricciones.

"La inercia de instalación de más capacidad fotovoltaica va a seguir, los fondos han comprado muchos proyectos y se han comprometido a llevarlos a cabo", decían hace unos días fuentes del sector fotovoltaico a este diario.

"Pero el mercado no está preparado para retribuir tanta capacidad que está esperando, pero por una razón muy lógica: no podemos consumir algo y pagar por ello menos de lo que cuesta", puntualiza Luis Villar.