Industria electrointensiva.

Industria electrointensiva.

Observatorio de la Energía

La industria se enfrenta a impagos a partir del 2023 por los altos costes energéticos y el 'parón Covid' de China

Primero la crisis energética, después los ERTEs o la parada de producción y, en el futuro, será la falta de liquidez para pagar las deudas.

27 septiembre, 2022 02:57

La industria española no está viviendo sus mejores momentos. Pero si no se ataja la crisis energética o los industriales toman medidas a tiempo, se prevé que a partir de 2023 comiencen los impagos de las facturas de electricidad y gas, lo que empeorará aún más su situación, según datos de KPMG. 

Desde enero de 2020 hasta agosto pasado, el precio de la electricidad ha subido un 285%, desde los 41,4 euros/MWh hasta los 159,2 euros/MWh, y el del gas un 1.100%, partiendo de 12,9 euros/MWh a los 154,2 euros/MWh actuales.

El coste energético es vital especialmente para la industria electrointensiva, que representa entre el 60% y el 72% de sus costes totales. A muchas empresas les resulta más barato cerrar las plantas que producir. 

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Y es especialmente preocupante porque la mayoría de la industria española, a diferencia de sus competidores europeos, compra la energía en el pool, es decir, en el mercado diario. 

La Covid y la energía

Desde hace dos años y medio, la industria en España no levanta cabeza. Primero con la pandemia, que aún colea en China con su política de "cero Covid", y ahora con la guerra rusa en Ucrania. De continuar con los problemas de suministro de la industria asiática, el escenario futuro será más preocupante.

Según KPMG, los sectores más afectados son química, metalúrgica, siderúrgica, automoción, cerámica y papelero. Precisamente son los que, a lo largo de este año, han presentado ERTEs y parones de producción, porque no les salía a cuenta mantener la actividad. 

Es el caso de la acerera Sidenor, que paralizará la producción del tren de laminar de Reinosa (Cantabria) por un periodo de seis meses, "motivada principalmente por los altos costes energéticos". 

O de Ferroatlántica, que ha parado sus hornos indefinidamente por el precio de la energía, Fertiberia o ArcerlorMittal. Eso sin contar con la especial situación que ha vivido la cogeneración desde la aprobación de la 'excepción ibérica', y que se espera que pronto refleje el cambio de decisión del Gobierno, al poder compensar el precio del gas que venden en el mercado eléctrico. 

Impagos y cierres

El problema es que después de los ERTEs y paros parciales, lo siguiente son los impagos de las facturas, que podrían comenzar a dispararse en 2023. Se espera que para los próximos dos años se mantenga la tendencia alcista de los precios energéticos.

Se presentan escenarios prohibitivos para ciertas industrias, analizan desde KPMG, al igual que para hogares y empresas, y la palabra clave será la volatilidad. 

El dilema ante el que se encuentran los industriales es elegir entre repercutir el alza de los costes a sus productos finales o reducir márgenes.

En los últimos meses, se han producido una serie de ayudas del Gobierno para salvar a la industria, pero no parecen suficientes. La última es la aprobación de 244 millones en ayudas a las electrointensivas dentro del mecanismo de compensación de CO2 (la más alta de la historia), pero también las rebajas fiscales selectivas (peajes, bajada del IVA del gas y la luz), las ayudas directas a la industria gasintensiva (375 millones) o la vuelta a la interrumpibilidad.

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Impulsar los PPAS

El futuro de la industria es reinventarse. No solo reestructurarse para ganar competitividad y resiliencia, además debe acelerar la transformación digital para sobrevivir. Según KMPG, debe revisar las cadenas de suministro, una de sus debilidades, y buscar soluciones para el encarecimiento de la energía, como firmar PPAs (contratos bilaterales de compraventa de energía).

Esa opción ha estado fuera del alcance de los industriales españoles, a diferencia de sus homólogos franceses y alemanes que están más acostumbrados a llegar a acuerdos de precios a largo plazo, e incluso desarrollan sus propios parques renovables. 

Ahora, con la aprobación del FERGEI (Fondo Español de Reserva para Garantías de Entidades Electrointensivas)para darles cobertura estatal de los riesgos de los PPAs, podría ser una puerta a impulsar este modelo de estabilidad de precios energéticos.

Pymes de bienes intermedios

La industria española representa el 13% del PIB nacional (en Alemania sube al 22%, en Suecia al 19% y la media de la UE está en el 18%), el 12% del empleo y es responsable del 85% del total de las exportaciones del país. Un dato que arroja una buena y una mala noticia.

La buena es que da una idea del peso de nuestra industria en la balanza de pagos. La mala es que sus productos son bienes intermedios -a excepción de la industria del automóvil-, lo que nos hace muy dependientes de la cadena de valor de terceros países para funcionar.

Además, el 80% de nuestro tejido industrial corresponde a pymes (solo el 0,4% son grandes empresas). Eso significa menos competitividad, menos fuerza en mercados exteriores y menos capacidad inversora en I+D+i. 

"Hemos competido durante años en costes salariales, pero ya hay otros países que nos ganan. Lo único que podemos hacer es invertir en intangibles y en productividad", explican fuentes conocedoras a EL ESPAÑOL-Invertia. 

"Si los industriales españoles no cambian su percepción sobre la manera de funcionar de sus empresas, se van a encontrar en una situación muy complicada en los próximos años", concluyen.