Bodega Tío Pepe.
González Byass (Tío Pepe) cierra el despido de 34 trabajadores dentro de su proceso de restructuración
La empresa inició en octubre este plan por la caída de su consumo en España, la crisis del brandy en Filipinas y los aranceles.
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González Byass ha alcanzado un acuerdo con la representación legal de los trabajadores para despedir a 34 empleados dentro del proceso de reestructuración iniciado en octubre, según confirman fuentes de la compañía a este periódico.
Dicho acuerdo recoge “distintas mejoras beneficiosas para las personas trabajadoras, una reducción del número de personas afectadas y priorización de la voluntariedad como criterio de selección de las personas afectadas”, según un comunicado de la empresa.
A principios de octubre inició un plan de reestructuración de dos de sus sociedades que forman parte de su grupo mercantil en España: González Byass Servicios Corporativos y González Byass Distribución.
Una vez finalizados estos procesos de reestructuración, González Byass prevé enfocar sus recursos en la implementación de iniciativas como la contención de gastos, la optimización del portafolio de productos, la mejora de procesos operativos y la desinversión en activos no estratégicos.
“Estas medidas dotarán a la compañía de una estructura más ágil y eficiente, enfocada en sus marcas prioritarias y nuevas líneas de negocio y con la capacidad de afrontar, con garantías, los retos de un sector en transformación”, señala la compañía propietaria de Tío Pepe.
En paralelo, el grupo bodeguero está implementando un plan de acción centrado en la contención de gastos, la optimización del portfolio de productos, la mejora de procesos operativos y la venta de activos no estratégicos.
Todas estas medidas permitirán que González Byass ponga “más foco en sus marcas prioritarias y en nuevas líneas comerciales y, con ello, en la aceleración de un camino de rentabilidad sostenible”.
Causas
La decisión responde a la “necesidad de adaptar la estructura de la compañía a la actual realidad del mercado y asegurar su competitividad a largo plazo”, justifica la compañía vinícola.
Asimismo, reconoce que en los últimos años, el sector del vino y los spirits se ha visto afectado por factores económicos y productivos, entre los que se encuentran la caída de su consumo en España, la crisis del brandy en Filipinas -siendo este uno de los principales mercados de la compañía-, los tipos de interés de la deuda y el impacto de las políticas arancelarias.