Lanas de We are Knitters.

Lanas de We are Knitters.

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Detrás de la caída de We are Knitters, la 'reina de las lanas': el plan que nunca funcionó y el golpe mortal tras la Covid

La compañía presentó en marzo el concurso de acreedores. La tecnológica Caracas Lab ha comprado parte del negocio por cerca de un millón de euros.

Más información: We are Knitters, la 'reina de las lanas', más cerca de su salvación tras la oferta de casi un millón de Caracas Lab

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We are Knitters (WAK), la compañía fundada por Pepita Marín y Alberto Bravo, exconsultores de PwC, se convirtió en una de las startups con más proyección del mundo textil gracias a su boom en la pandemia. Sin embargo, 14 años después de su fundación, acabó en concurso de acreedores. ¿Qué le pasó a la conocida como la reina de las lanas?

Ocurrieron dos cosas básicamente: la pandemia, donde alcanzó su mayor pico de ventas, fue también su mayor condena. Y el plan para revertir todo lo que pasó después de la Covid no funcionó.

Pero empecemos por el principio. We are Knitters (en español 'Somos tejedores') nació en 2011 de la mano de estos dos exconsultores. Su modelo de negocio estaba basado en la venta online de kits para tejer y accesorios textiles.

Durante sus primeros años, la compañía experimentó un crecimiento significativo, impulsado por el desarrollo de su negocio digital a nivel nacional e internacional, alcanzando un volumen de facturación que le permitió mantener su operativa y acometer inversiones.

De hecho, llegó a operar en más de 15 países y creó una filial en EEUU en 2021. Un año antes, alcanzó su cifra récord de beneficios con 1,61 millones de euros y de facturación (14,9 millones).

Hablamos justo de un momento en el que las restricciones por la pandemia permitían a los usuarios disponer de más tiempo y recursos para poder realizar el ya efecto Knitting (ofrecer material para hacer punto).

Sin embargo, lo que aupó a la compañía también la llevó a la quiebra. Así se detalla la memoria del administrador concursal a la que ha tenido acceso este periódico.

“Las restricciones impuestas por el estado de alarma, la paralización de la actividad, las limitaciones a la movilidad y los cierres de comercios no esenciales afectaron gravemente a los resultados de WAK”, reza.

Así, la compañía creada por Pepita Marín, consejera de Prisa, acumuló pérdidas de 1,65 millones de euros.

Pepita Martín, CEO y fundadora de We are Knitters.

Pepita Martín, CEO y fundadora de We are Knitters. Esteban Palazuelos.

En 2023, los números rojos fueron de más de 860.000 euros y en 2022 de 791.000, según los últimos datos publicados en el Registro Mercantil.

Otra consecuencia que sufrió fue la imposibilidad de ejecutar sus proyectos comerciales y logísticos durante los confinamientos. “Esto supuso una drástica caída de ingresos y una grave crisis de liquidez”, describe el documento.

El aumento de los costes de materias primas y transporte, la inflación y una mayor competencia afectaron a sus márgenes.

Todo ello se tradujo en una caída superior al 50% en su volumen de negocio entre 2022 y 2023, y del margen bruto (más de 4 puntos entre 2022 y 2024), así como en un aumento del endeudamiento para cubrir las necesidades operativas.

“La imposibilidad de recuperar los niveles de facturación previos, junto con el deterioro de la liquidez y la falta de apoyo financiero adicional, desembocaron en la situación actual de insolvencia”, detalla el informe del administrador concursal.

La reina de las lanas entró en concurso de acreedores el pasado mes de marzo. El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid nombró a Luis Martín Bernardo como experto para buscar un comprador que diera viabilidad al proyecto.

De las cuatro ofertas recibidas, seleccionó la de la empresa tecnológica Caracas Lab.

La operación -aprobada en julio- incluye un pago en efectivo, la asunción de pasivo laboral y deudas con proveedores por un importe total de casi un millón. También la subrogación de 11 de los 14 contratos laborales.

Plan frustrado

Antes de que su caso llegara a un juzgado, el equipo de We are Knitters diseñó un plan enfocado en diferentes partes del negocio con el fin de revertir su situación.

Por un lado, incrementó los gastos de personal durante los ejercicios 2022 y 2023 con la finalidad de profesionalizar la compañía y diversificar sus canales de venta. Sin embargo, dicha inversión provocó una bajada del Ebitda de la deudora.

A nivel de ingresos se estableció un plan de reestructuración que contemplaba una recuperación progresiva de los mercados principales de WAK y una mejora en los ratios de conversión y tráfico.

Pero, pese a los esfuerzos realizados, sólo se consiguió durante los meses de noviembre y diciembre de 2024 gracias a una importante inversión de marketing no equilibrando las partidas para conseguir ser rentables.

Lanas de We are Knitters.

Lanas de We are Knitters. Esteban Palazuelos.

En concreto, pasaron de invertir 947.000 euros en publicidad en 2023 a 1,4 millones un año después. Una maniobra para impulsar las ventas mediante una mayor inversión en campañas publicitarias que no dio resultado.

Llegados a este punto, WAK llevó a cabo ciertos recortes: el equipo pasó de 36 a 14 trabajadores en 2024, cerraron operaciones en Bélgica y la oficina de Madrid.

Sin embargo, las previsiones esperadas para WAK para marzo de 2025 fueron negativas, con pérdidas de casi 1 millón de euros y, por ende, el patrimonio neto negativo ascendió a los 900.000 euros.

Los fundadores de la empresa buscaron financiación externa, tanto a través de entidades financieras como de entidades vinculadas a su socio único. Para ello asumieron compromisos en forma de garantías personales y/o reales.

Por ejemplo, en 2024 salvó la causa de disolución con una ampliación de capital a la que acudió Higini Cierco, uno de los antiguos dueños de Banca Privada de Andorra (BPA).

Recurrir a financiación externa provocó un aumento considerable del pasivo en los últimos tres ejercicios, al que se ha sumado la disminución de facturación y el progresivo deterioro de su liquidez, según el análisis del administrador concursal.

Dada la situación de refinanciación, WAK ya no tenía acceso a capital circulante para poder afrontar los meses progresivos. Por lo que el plan para salvarse fracasó y llevó a la compañía a la insolvencia.