La dirección de Unicaja y los representantes de la plantilla siguen sin entenderse en la mesa de negociación por el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que el banco quiere poner en marcha en los próximos meses y que implicará la salida de unos 1.513 trabajadores. No solo la afectación del despido colectivo cabrea a los sindicatos, sino que tampoco están por la labor de aceptar las indemnizaciones y los traslados propuestos, que creen que contravienen lo fijado en el convenio colectivo del sector.

El desencuentro es cada vez más grande y amenaza con no permitir el acuerdo entre ambas partes, pese a los ligeros avances mostrados en la última reunión, la tercera en el marco del periodo formal de negociación. En la misma, el banco expuso su última propuesta, que pasa por mejorar ("mínimamente", según lamentan fuentes sindicales) las condiciones económicas del ERE y establecer las de las movilidades geográficas de los empleados que se queden, que solo serán compensadas a partir de los 75 kilómetros.

Una propuesta que ha incrementado el cabreo de los representantes de la plantilla. En todo proceso de despido colectivo del sector bancario es habitual que, tras la salida de los trabajadores afectados por el ERE, se produzcan algunos movimientos de empleados -particularmente de la red de sucursales- para llenar los cupos de vacantes que el banco establece para cada departamento o provincia en función de las ineficiencias que se plantea solventar.

Oficina de Unicaja.

Estos traslados suelen acompañarse de compensaciones económicas, especialmente cuando implican un cambio de residencia al tratarse de una distancia demasiado grande. En el caso de Unicaja, la propuesta de la dirección pasa por establecer una reubicación preferente de unos 25 kilómetros, pero, cuando no sea posible, imponer movilidades geográficas de hasta 75 kilómetros sin compensación e indemnizadas cuando las distancias sean mayores.

Una propuesta que, de acuerdo con los sindicatos, entraría en conflicto con el convenio colectivo para las cajas y entidades financieras de ahorro. "Esto sigue siendo inaceptable, puesto que nuestro convenio colectivo establece un máximo de 25 kilómetros para la movilidad geográfica", afirman desde CCOO.

Traslados de 25 kilómetros

El citado convenio, que entró en vigor a finales del pasado año, establece que solo son considerados traslados sin cambio de residencia aquellos de una distancia inferior a 25 kilómetros. Así, por encima de este umbral solo podrá ejecutarse una movilidad si se fija a través de un pacto colectivo o individual.

Es por eso que en el lado de los representantes de la plantilla se interpreta que la propuesta del banco no casa con lo establecido en el convenio colectivo, según explican fuentes sindicales a este periódico.

"El problema es que se impongan traslados de más de 25 kilómetros, porque ya la empresa ha dicho que habrá traslados hasta 75 kilómetros sin remunerar (...). Es una ampliación considerable del radio de movilidad que tenemos ahora para todas las antiguas cajas de ahorros", añaden.

De acuerdo con la propuesta del banco, las vacantes de las provincias en las que no se haya cubierto el cupo de salidas se cubrirán con trabajadores de las provincias en las que haya sobredemanda. Los empleados de entre 50 y 55 años tendrán preferencia para no ser trasladados ni abandonar el banco y las distancias mayores de 75 kilómetros se compensarán con entre 5.000 y 12.000 euros.

Los sindicatos van a luchar por que se imponga la voluntariedad como criterio prioritario tanto en las salidas como en los traslados, si bien el banco ya contempla una indemnización para aquellos empleados que rechacen una movilidad. Sería de 28 días por año trabajado con un tope de 18 mensualidades, de acuerdo con la propuesta puesta sobre la mesa el martes.

Los desencuentros entre la dirección del banco y la plantilla están llevando a las calles a sus trabajadores, que por el momento no se plantean llevar a cabo ninguna huelga, como sí hicieron sus compañeros de CaixaBank, BBVA y Sabadell.

De hecho, unos 2.500 trabajadores -según los sindicatos- se manifestaron en la tarde del martes ante la sede malagueña de Unicaja. De un acercamiento entre la plantilla y la dirección dependerá que estas movilizaciones no vayan a más.