La presidenta del BCE, Christine Lagarde | ECB

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Banca

BofA carga contra el veto del BCE a los dividendos: "La prohibición obstaculiza las fusiones bancarias"

La firma advierte de que el veto a los dividendos genera una incertidumbre regulatoria que seguirá pesando en la cotización de las entidades. 

3 septiembre, 2020 13:45

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Dura crítica de Bank of America (BofA) al veto a los dividendos impuesto por el Banco Central Europeo (BCE) de forma generalizada a los bancos de la región. En un demoledor informe publicado este jueves, los analistas de la firma advierten del escaso impacto en capital de la medida y aseguran que la misma obstaculiza el proceso de consolidación en el sector.

La tesis de la firma es clara: mientras los bancos no puedan repartir dividendos, los accionistas no verán con buenos ojos que se destine capital a una operación corporativa.

Eso, sumado a la incertidumbre sobre si el veto se extenderá más allá de 2020, seguirá perjudicando al sector en bolsa, muy castigado ya por unos tipos de interés en mínimos que, a juicio de los analistas, se mantendrán durante un tiempo prolongado. "Los balances de los bancos centrales se han expandido notablemente desde febrero y no observamos una perspectiva realista de tipos más altos hasta que la inflación esté bien establecida", explican.

El entorno de tipos no ayuda

En este sentido, consideran que el BCE seguirá los pasos de la Reserva Federal estadounidense (Fed) modificando su meta de inflación antes de considerar una subida del precio del dinero. "Esto mantendrá la presión sobre los ingresos de los bancos y el beneficio de las operaciones TLTRO se ve eclipsado por las tasas negativas de los depósitos", indican. 

En este entorno, la firma coincide con el BCE en la urgencia por mejorar la rentabilidad del sector bancario. Pero insisten en que, pese a la presión del organismo para que el sector impulse esta pata vía fusiones, la prohibición a los dividendos puede perjudicar este tipo de operaciones. "Las preocupaciones se centran ahora en la falta de consolidación en una industria con exceso de capacidad y en si los reguladores permiten la distribución de dividendos, y vemos ambos aspectos interrelacionados", explican. 

"Sin una regulación estable, no puede haber consolidación", insisten desde la firma, recordando que el veto del BCE es algo que hasta ahora estaba fuera del marco de los reguladores, lo que genera gran incertidumbre en el mercado ante la duda sobre si este tipo de medidas pueden repetirse en otros momentos de crisis. 

BofA defiende que los riesgos en el balance de los bancos han disminuido, advirtiendo que la prohibición en la retribución al accionista ha tenido un "beneficio modesto" en los niveles de capital del sector, "que en general han sido sólidos" estos meses.

Impacto del veto al dividendo sobre el capital de la banca europea.

Impacto del veto al dividendo sobre el capital de la banca europea.

Veto sí, pero no a todos

BofA recuerda que uno de los motivos principales que el BCE ha esgrimido para defender esta medida es que los bancos deben emplear todo el capital posible a financiar la economía en un momento de fuerte crisis derivada de la pandemia del coronavirus.

Los analistas dejan claro que "respetamos esta prioridad", pero señalan que "los bancos han cubierto la demanda de crédito cuando esta se disparó, y continúan haciéndolo", indicando que las entidades fueron capaces de asumir la máxima tensión empresarial en marzo, antes de que la prohibición. "Desde entonces, la demanda de préstamos se ha normalizado", explican. 

En este sentido, insisten en la incertidumbre regulatoria de la medida, recordando que, hasta marzo, los bancos contaban con una amplia gama de métricas de capital para establecer sus políticas de retribución. Ahora, una prohibición generalizada en el sector lo cambia todo. "No existe un nivel de capital sobre el cual un banco pueda realizar distribuciones", critican desde BofA. 

Los analistas consideran que hay bancos en Europa que podrían haber hecho frente al impacto de la crisis manteniendo sus niveles de capital por encima de los requisitos regulatorios, con lo que estas entidades no tendrían que estar 'metidas en el mismo saco' que las más débiles. Una teoría que desde el sector bancario han defendido desde que entró en vigor la norma del BCE.