El presidente de Telefónica, Marc Murtra, en el Capital Markets Day de la operadora.

El presidente de Telefónica, Marc Murtra, en el Capital Markets Day de la operadora.

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La apuesta de Murtra: sacrificar dividendo para reducir deuda y ganar tamaño en Europa con el respaldo de sus accionistas

Toda la clave financiera pasa por no perder el grado de inversión que le otorgan las agencias de calificación y esperar a una desregulación en Europa.

Más información: Murtra abre la puerta a ampliar capital en Telefónica para financiar oportunidades "relevantes" de consolidación.

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Las claves

Marc Murtra, presidente de Telefónica, apuesta por reducir el dividendo y recortar gastos para disminuir la deuda y fortalecer la compañía en Europa, con el respaldo de accionistas clave como SEPI, CriteriaCaixa, STC y BBVA.

Telefónica abandona gran parte de Latinoamérica (excepto Brasil), asumiendo pérdidas y desinversiones que permitirán rebajar la deuda a 26.400 millones de euros a finales de año y mantener el grado de inversión.

El plan estratégico contempla ahorrar hasta 3.000 millones de euros anuales y centrarse en España, Alemania, Brasil y Reino Unido, buscando economías de escala con posibles operaciones corporativas en Europa.

Murtra prioriza la disciplina financiera y la transformación del negocio, impulsando medidas difíciles como la reducción del dividendo y recortes de gastos, mientras se evalúan posibles ajustes en la plantilla.

El presidente de Telefónica, Marc Murtra, ya advertía hace tres meses que el plan estratégico de la compañía iba a "asumir riesgos medibles y controlables", pero necesarios para sanear la empresa y potenciar la autonomía tecnológica europea.

Y así ha sido: su apuesta por controlar los 28.233 millones de deuda a costa de reducir el dividendo ha supuesto una caída del 13% en bolsa. Pero no le ha temblado el pulso con un plan de recortes drástico, que confía en hacer más grande la empresa con operaciones corporativas en Europa.

Esa es la apuesta del presidente y sus accionistas de referencia: no es tan grave la reacción a corto plazo, como un negocio que no puede crecer más del 1,5% en Europa si no cambia la regulación. Sólo si las operadoras integran sus negocios se consolidará un sector competitivo en tecnología y resultados.

El Gobierno (a través de la SEPI), CriteriaCaixa, la saudí STC y BBVA han dado su respaldo a la estrategia de Murtra. Están dispuestos a buscar la forma de financiar cualquier operación que pueda surgir a buen precio y suponga un retorno claro de capital y sinergias.

Esa opción de buscar economías de escala en las telecos europeas también aportará nuevos accionistas a la propia Telefónica. Fuentes del mercado consideran incluso bueno para la compañía ampliar y diversificar su grupo de socios de referencia a medio plazo para dar más continuidad al negocio.

Marc Murtra y su equipo tienen dos prioridades muy claras para que todo salga bien: salir de todos los países en los que estaban en Latinoamérica salvo Brasil (donde son líderes), y no perder nunca el grado de inversión que les otorgan las agencias de calificación.

El abandono de su área de Hispam en Argentina, Perú, Uruguay y Ecuador les ha costado hasta septiembre más de 1.900 millones y ha desplomado el beneficio a unas pérdidas de 1.080 millones. Y saldrán también de Venezuela, México, Colombia y Chile, a menor coste.

Del lado positivo, esas desinversiones permitirán reducir la deuda a 26.400 millones a final de año. Es el camino rápido para bajar cuanto antes al límite del 2,5% sobre Ebitda que se han marcado en el plan y evitar sustos de Standard & Poors y Fitch, que ya han amenazado con revisar su calificación.

Algo que Murtra ya ha dicho que no va a ocurrir, y para lo que ha comprometido su palabra.

Ese ratio de seguridad supone rebajar casi cuatro décimas el actual y quedarse en el entorno de 25.000 millones de deuda, dependiendo del nivel de Ebitda. La senda marcada para los próximos diez años supone bajar en 3.000 millones al año de media, algo que la operadora considera asumible.

En la propia presentación de resultados de este martes se advertía que el aumento de esa deuda en nueve meses se debía, sobre todo, a los 1.314 millones de remuneración a los accionistas.

Una vez atajado ese desequilibrio, habrá que esperar a ver cómo evoluciona el flujo de caja (Free Cash Flow o FCF) para dedicar un porcentaje del 40% al 60% al pago de dividendo a partir de 2027. Eso sí, una vez descontado el coste de los compromisos con los trabajadores.

Esa cuenta irá mejor con el perímetro del negocio aclarado y limitado a cuatro países. El coste de la salida se cargará en su mayoría en 2025 para sanear más el balance. Telefónica ya ganó dinero en el tercer trimestre y prevé tener el FCF en 3.000 millones en apenas dos años.

El respaldo que los accionistas dan a Murtra en la nueva etapa de Telefónica pasa por una disciplina financiera a rajatabla, que nadie se puede saltar. Salvo que una operación corporativa venga a trastocar todas las cifras más pronto que tarde.

Transformación

En ese contexto, los accionistas tendrán que elegir entre recoger el beneficio a corto en el mercado o apostar con Murtra y sus accionistas por una carrera a largo plazo que empieza con este plan de transformación y crecimiento (Transforma & Grow).

Un plan que, como ha incidido el presidente de Telefónica tanto en la presentación con los analistas como en el encuentro con la prensa, se apoyará tanto en las fortalezas de la compañía, que son "muy difíciles de replicar" y "lentas de conseguir", como en las medidas para abordar los aspectos de mejora.

Entre ellos, ha mencionado el hecho de que algunos costes, como los de mano de obra, el espectro o los arrendamientos, "están creciendo mucho más rápidamente que los ingresos"; la lentitud en la ejecución; la escasa flexibilidad financiera; el "excesivo cortoplacismo" o la divergencia entre la visión estratégica y el contexto de negocio.

De ahí, que Murtra y su equipo hayan decidido acabar con la "aversión a tomar decisiones difíciles" que había imperado hasta ahora en Telefónica, lo que se ha traducido en medidas como la ya mencionada reducción del dividendo o las iniciativas para recortar gastos que generarán un impacto bruto de hasta 2.300 millones de euros de ahorros en 2028 y hasta 3.000 millones de euros de ahorros en 2030.

En la rueda de prensa, Emilio Gayo, consejero delegado de Telefónica, ha confirmado que dentro de estas cifras hay partidas vinculadas a la gestión de personal, pero ha rehusado detallar cuál es exactamente la parte de ahorros que se corresponde con iniciativas en materia laboral.

Asimismo, no ha querido confirmar si en el marco de este plan estratégico habrá o no un expediente de regulación de empleo (ERE) en España. No obstante, sí ha incidido en que en el caso de que ocurra, irán "de la mano" de los representantes de los trabajadores, como han hecho siempre.