La ministra de Defensa, Margarita Robles, y el presidente del Principado en funciones, Adrián Barbón, durante una visita a la fábrica de Santa Bárbara Sistemas en Trubia.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, y el presidente del Principado en funciones, Adrián Barbón, durante una visita a la fábrica de Santa Bárbara Sistemas en Trubia. Xuan Cueto / Europa Press

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La reordenación de la industria de defensa en España abre paso a crear polos regionales y fomentar la cohesión territorial

El Observatorio de la Defensa de la Universidad de Granada recomienda reducir los procesos de contratación y apostar por la tecnología.

Más información: EEUU vigila a la industria de Defensa española y frenará el asalto "no permitido" de Indra a Santa Bárbara.

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El nuevo escenario de inversiones que se abre en la industria española de defensa puede ser una oportunidad de reordenar su producción por polos industriales y regiones, que no tendrían más remedio que cooperar entre sí y reforzar la cohesión territorial española.

Esa es una de las grandes recomendaciones del Observatorio de la Defensa de la Universidad de Granada en su último informe, en cuya elaboración han estado el ex general del Ejército del Aire y ex asesor de la OTAN, José Luis Triguero, o el general Francisco J. Dacoba, director del Instituto Español de Estudios Estratégicos.

El informe, elaborado además por otros académicos y expertos de la Cátedra Carlos I de la Universidad, presenta una radiografía del sector de la defensa en España, donde más del 80% son pymes con presencia en 33 de las 52 provincias españolas, pero que dependen de apenas media docena de grandes empresas que controlan el sector.

La exportación supone el 80% de la producción en España, dominada por la presencia de Airbus Defence & Space, Navantia, Indra o Sánta Bárbara, pero que soportan en cadenas de suministro y tecnología muy repartidas por toda España. Llegan a 72 países y están en la mayor parte de los programas de defensa de Europa y la OTAN.

A la hora de reordenar esa estructura para adaptarse a un mercado nuevo, con 800.000 millones de inversión en la UE y la obligación de potenciar la autonomía estratégica de la zona, es donde los expertos del Observatorio ven la oportunidad de ordenar y vertebrar mejor los polos de producción.

"La descentralización de la producción y el desarrollo de polos industriales en distintas regiones podrían favorecer el crecimiento económico regional, la creación de empleo cualificado y la reducción de las desigualdades territoriales", señala una de las conclusiones del informe.

El análisis detecta tres grandes ejes de industria de defensa en España: Centro-Mediterráneo, Corredor Norte y Corredor Sur. Pero alerta de la presencia de muchas nuevas pymes en la ruta de la Plata, que enlaza todo y puede ser un acicate en esa nueva reordenación del negocio.

Madrid alberga grandes plantas y la presencia de empresas como Airbus o Indra, o tecnológica como el Grupo Oesía. Pero en el sur también tiene planta Airbus, junto a General Dynamics Santa Bárbara Sistemas y las instalaciones de Navantia en Cádiz.

Esa misma Navantia está en Galicia, junto a las instalaciones de Santa Bárbara en Trubia (Asturias) y la capacidad tecnológica e industrial del País Vasco, con empresas como ITP, Aernova o Sapa Plasencia, entre otras.

Más tecnología y menos burocracia

Esa ordenación territorial iría de forma paralela a una especialización tecnológica avanzada y un aumento de la capacidad industrial del sector, claves para alcanzar la tan deseada autonomía estratégica, a pesar de que el tamaño del negocio en España es menor que el de otros socios europeos.

Los datos del Ministerio de Defensa contemplados en el estudio cifran en casi 7.500 millones de euros el volumen de negocio en España (2023) que pueden llegar a 9.000 millones este año, según las últimas estimaciones.

En Europa el mercado está dominado por Francia (con casi la tercera parte del mercado), Reino Unido e Italia. Alemania factura poco más que España, pero en todas ellas el tamaño de los gigantes del sector es mucho mayor que el de las mayores empresas españolas.

Para salir de esa situación, el otro gran reto que tiene España -asegura el informe- es el de simplificar los procesos de contratación y reducir el exceso de burocracia. Ese proceso vendrá, además, asociado a una normativa única europea que fomente el mercado interno.

La clave para los expertos del informe es no depender en exceso de proveedores externos, dado que eso implica "sumisión estratégica a medio y largo plazo". Y frente a ello, apostar por la inversión público-privada en infraestructuras industriales y tecnológicas.

"La incorporación de tecnologías como la manufactura aditiva, la robótica y la inteligencia artificial puede mejorar la eficiencia operativa y reducir los costos de producción, posicionando a la industria española como un actor competitivo a nivel global", señala el informe.