
Productos de BalMY. Cedida.
BalMY prepara su expansión a países como Portugal mientras ultima un nuevo vapeador para facturar 10M este año
La empresa detrás de la marca en España, liderada por tres socios sevillanos, se refuerza en medio de la puga por el mercado de las grandes tabacaleras.
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BalMY Spain, distribuidora de vapeadores desechables en nuestro país, aprieta para hacerse fuerte en medio en la cruzada entre las grandes tabacaleras por este nicho. La empresa, liderada por tres socios sevillanos, prepara su expansión para introducir sus productos en países como Portugal, y además presentará en cuestión de semanas un nuevo vapeador con el que pretenden revolucionar el mercado.
La idea es dar una sacudida al negocio y lograr una facturación de 10 millones en este año, un 42% más de lo que lograron en 2024. Pero más allá de mejorar las ventas, lo que se busca es cimentar una nueva senda de crecimiento tras el golpe recibido por la entrada de las grandes compañías tabacaleras en el negocio de los vapeadores, en el que operaban plácidamente.
Tanto, que lograron en 2022 una facturación de 22 millones de euros, tras haber anotado el ejercicio precedente, el primero en el que tenían actividad, unas ventas de 300.000 euros.
No es un error de cifras, señalan desde la empresa, a la que el salto dejó casi en estado de shock, aunque fuesen conscientes de su ventaja. "Era un producto novedoso, todo el mundo lo quería y no había competencia. En el momento en el que salimos, eso fue horroroso. El móvil no paraba. No dábamos abasto", cuenta a EL ESPAÑOL-Invertia Angélica Fernández, socia en el proyecto junto a Alejandro Belluga y José Carlos Jiménez.
Los dos últimos habían conocido el mundo de los vapeadores un año antes durante una salida en El Puerto de Santa María y tan impresionados quedaron que aseguran que enseguida vieron las posibilidades y decidieron lanzarse a la importación de estos aparatos desde China.
Exclusividad en la importación
Entre las muchas opciones, eligieron la marca BalMY, con la que negociaron para tener la exclusividad de la introducción en España de sus vapeadores, que se comercializan a través de estancos y también en estaciones de servicio tanto con nicotina como sin ella.
Pese a las ventajas del acuerdo y a funcionar sin competidores, su arranque fue muy complicado. Con una inversión inicial de 24.000 euros y aportaciones de familiares y amigos, compaginaron inicialmente la empresa con sus trabajos al frente de una cafetería, como profesor en un colegio y entrenador personal, y también con complicadas situaciones personales, como el embarazo de Fernández.

Uno de los productos de BalMY.
"Nada más empezar el negocio, me dicen que mi hijo viene con una malformación", recuerda. La situación la tuvo un tiempo apartada, mientras reflexionaba sobre si seguir adelante con la gestación. En paralelo, las ventas se disparaban hasta hacer evidente que era necesario dedicar al proyecto toda la jornada.
También les mostraron que había que ponerse serios con la estructura societaria. Sus oficinas, situadas en una nave de la localidad sevillana de Gelves a la que llegan los vapeadores, son ahora el epicentro de una empresa que no cuenta con logística propia para los envíos –que recogen los distribuidores– y cuya plantilla asciende a 15 personas.
Remontada
La nula competencia que impulsó sus ventas a los 22 millones terminó abruptamente en 2023. Aquel año se popularizaron también las marcas Vuse y Blu, y la lucha por las ventas de BalMy se recrudeció: la facturación de la compañía cayó hasta los 6 millones de euros.
Lo sintieron como algo similar a una caída al vacío. Fueron "muchos miles de euros perdidos", cuenta Belluga, porque mientras reaccionaban lanzando novedades al mercado también se hicieron cargo de aquellos productos que ya estaban en los estancos y que no se vendían, con la promesa de "regalarles" a estos establecimientos las innovaciones. "Tomamos una decisión que ni las tabacaleras toman", enfatiza Fernández.
El golpe de efecto funcionó, y comenzaron a fluir las novedades que idearon desde Sevilla para mantenerse en la puja del mercado. Por ejemplo, los dispositivos de cápsulas recargables, que ven en claro ascenso. También empezaron a desplegar gestores de puntos de venta para conocer en tiempo real los cambios en tiendas.
Ahora sienten que están preparados para la remontada. En 2024 facturaron 7 millones de euros, y confían en llegar este año a los 10 millones apoyados en el plan trazado junto a su nuevo director de ventas, Alejandro Merino García, que aterrizó en enero en la compañía tras haber sido responsable de flotas para España, Portugal y Países Bajos de BP y haber trabajado también en Philip Morris.
¿Cómo lograrlo? Además del centenar de referencias que suman actualmente, el equipo ultima un potente lanzamiento, "una bomba" que lanzarán en cuestión de semanas. Se trata de un vapeador del que se resisten a aportar más detalles, aunque sostienen que sus esperanzas se basan en que es un producto que no va a encontrar competencia al ser diferente a lo que se hay actualmente en el mercado.
En paralelo, prevén introducir su producto en Portugal a través de distribuidores, donde confían en ocupar nicho de mercado, asegura Fernández, plenamente incorporada al día a día de la empresa. Su hijo, que nació sin una tibia y ya tiene tres años, sigue adelante con su recuperación tras ser operado en Valencia por el doctor Pedro Cavadas.
Es algo que ha sido posible, asegura emocionada, por los ingresos generados por BalMY, que le ha permitido costear intervenciones de otra forma inasumibles, y también la gestión de sus socios. "Esto ha permitido que mi hijo tenga otra opción", concluye.