La incertidumbre generada por el resultado electoral del domingo, en el que el PSOE, a pesar de haber conseguido menos escaños que el PP cuenta con más posibilidades de gobernar a través de pactos con los partidos separatistas, amenaza con dejar en suspenso operaciones de inversión en sectores estratégicos para la economía española. 

Fuentes consultadas en banca de inversión, consultoras, despachos de abogados y fondos extranjeros, coinciden en señalar como el peor escenario posible el del bloqueo político. “Los inversores, en especial los extranjeros, lo que buscan es estabilidad, no les importa tanto el color político como que haya un Gobierno estable”, explican.

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“El inversor extranjero entiende que el Gobierno resultante de las elecciones está plenamente legitimado, independientemente de quién lo forme”, asevera Borja de Gabriel, socio de derecho fiscal en Andersen. Distinto sería si finalmente hay una situación de bloqueo hasta el próximo enero. En ese escenario más extremo, “sí que pienso que puede haber problemas y que se resienta la inversión, tanto nacional como extranjera”, teme el abogado.

Una banquera y consultora empresarial recuerda que el dinero “es miedoso por naturaleza y este Gobierno ha sido bastante nefasto a la hora de proporcionar seguridad”. No cree que se concreten operaciones de calado “mientras no veamos qué pactos y qué peajes tienen que pagar para conseguir mantenerse en el Gobierno”.

Inmobiliario, energía y bolsa

Los expertos consultados por este periódico señalan tres tipos de operaciones que podrían quedarse en el limbo o, incluso, echarse atrás de no concretarse pronto un nuevo Ejecutivo: operaciones inmobiliarias, energéticas y salidas a bolsa. También podría haber un traslado de las inversiones inicialmente previstas para el mercado español y que se fueran a países de nuestro entorno, como Portugal.

“Había muchas operaciones en stand-by a la espera de un Gobierno business friendly. Ahora no van a activarse”, da por hecho el banquero de un gran grupo internacional presente en España. “Hay mucha preocupación entre los inversores y los empresarios, la debilidad del posible nuevo Frankenstein será mucho mayor que ahora y eso espanta al inversor”, añade otro banquero de una entidad extranjera.

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Otro aspecto a tener en cuenta es que “también se va a aplazar la aprobación de ayudas públicas que dependan de Gobierno, y eso va a generar menos motor para las empresas”, vislumbra Hugo Arévalo, cofundador y presidente ejecutivo de ThePower Business School, así como inversor de compañías tan famosas como Auro, Playtomic, Tuenti o Hawkers, entre otras.

“Una decisión de inversión no se toma de la noche a la mañana, nadie va a decidir ahora no llevar a cabo una inversión por el resultado electoral”, indica el primer ejecutivo de un fondo estadounidense presente en España. “Pero lo que sí se va a hacer es tomarse un tiempo de reflexión antes de decidir la inversión”, añade, “para evaluar la situación”. Un Gobierno con socios políticos como Sumar o los separatistas “exigen déficit”, afirma, “y eso va a terminar chocando con la exigencia europea de vuelta al control presupuestario”.

España no preocupa... tanto

Un banco de inversión español cree que la situación de fondo es “sólida” y “España no es foco de preocupación hoy”. De hecho, sus analistas no prevén una gran afectación a nivel de fusiones y adquisiciones (M&A, en inglés) de empresas.

Además, “los inversores viven en un entorno general mucho más complejo que el pasado (por el Brexit, Ucrania, etc) y se han acostumbrado a descontar un cierto ruido en el contexto general”.

Si bien la percepción exterior del Gobierno actual es relativamente buena -ya que hay sectores como la energía donde, “en general, hay un proyecto razonable” y se han sacado adelante acuerdos como la ‘excepción ibérica’ o los fondos NextGenEU-, según este banco “la situación se puede estresar y hay cuestiones por resolver como potenciales ajustes, el déficit y la inflación subyacente”. Algo que podría afectar a compañías que ya están de por sí débiles.

Por otra parte, los gestores de un capital riesgo recuerdan que la incertidumbre electoral nunca es buena para levantar fondos, “especialmente con las medidas fiscales que amenazan a los grandes patrimonios”.