En este mes de agosto se cumplen tres años del peor brote de listeriosis de España. Dejó cuatro fallecidos, seis abortos y afectó a casi 300 personas. Mientras el caso sigue en los juzgados, la industria de la carne mechada intenta olvidar aquel oscuro episodio que fue provocado por una única empresa: la sevillana Magrudis.

Se trata de una industria que se concentra en pequeñas y medianas empresas, pues es un producto se consume mayoritariamente en una única comunidad, Andalucía. Además, en los lineales de los supermercados lo habitual es que solo se encuentre una única marca.

Las ventas cayeron en picado durante los meses que duró la crisis, que se prolongó hasta el otoño de 2019. Desde entonces, su consumo se ha ido reintroduciendo tímidamente en bares y restaurantes. 

Casos de listeriosis en España en el verano de 2019. Europa Press.

"No queremos ni hablar de ello para no recordarlo", reconocen desde la Asociación de Hosteleros de Andalucía. Pero el presidente de los hosteleros de Sevilla, Antonio Luque, sí se anima a acabar con el tabú: "Hizo muchísimo daño, el primer año perdieron gran parte del negocio, pero ya somos muchísimos los que ofrecemos esta opción en la tostada".

Desapareció de muchas cartas de desayunos, como es el caso de la cafetería Bambú. "Desde entonces no lo hemos vuelto a incluir por seguridad". En la cercanía de este negocio, solo hay un bar que cuenta con este producto en su carta de desayunos, cuando lo habitual era que estuviese en la mayoría de establecimientos.

Una oportunidad para crecer

Lo paradójico es que algunas empresas aseguran que les ha servido como escaparate para impulsar la carne mechá. Tal es el caso del mayorista de chacinas y embutidos El Bosque, "hemos recuperado las ventas al completo y ahora lo estamos introduciendo en Madrid, por ejemplo". 

Otro caso similar es el de la fábrica de embutidos artesanales El Cerdito Andaluz.  "Nosotros sí hemos vuelto a niveles habituales de antes de la pandemia e incluso más porque se le dio mucha promoción", explica a EL ESPAÑOL-Invertia la gerente, Noelia Domínguez.

[Carne mechada al estilo andaluz, receta de asado fácil]

Su negocio tiene la peculiaridad de ubicarse en Benaoján (Málaga), donde solo viven 1.500 personas y el 30% de los vecinos está empleado directa o indirectamente en la industria cárnica. La tradición de los preparados artesanales del cerdo tienen ya más de un siglo de historia en este municipio malagueño, donde "representa alrededor del 70% de su economía", según explica a este medio la alcaldesa, Soraya García. 

"Se generó una psicosis brutal y costó, pero afortunadamente las ventas ahora se han normalizado", añade. Precisamente su pueblo fue el escenario elegido por los consejeros de la Junta de Andalucía para degustar carne mechada frente a las cámaras y convencer a la ciudadanía que este seguía siendo un producto seguro. 

Registro en la nave de Magrudis. Europa Press.

Mientras la industria intenta pasar la página de este oscuro episodio, el caso de Magrudis sigue judicializado. Tanto el dueño como el hijo de la empresa sevillana estuvieron en la cárcel durante seis meses y, próximamente, la jueza tendrá que pronunciarse sobre si hubo responsabilidades penales. 

Recientemente, un juzgado sevillano ha decidido continuar con la causa contra siete investigados. También declara responsable civil al Ayuntamiento de la capital andaluza por "actuación deficitaria". 

Son 130 los lesionados a los que se les ha admitido a trámite una demanda judicial. "Solo quienes tuvieran pruebas de hemocultivos, pero yo tengo a más afectados", asegura a este periódico Germán Grima, el letrado que los representa.