El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. EFE Santander

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El Banco de España pide impulsar la unión fiscal ante el agotamiento de la política monetaria

Hernández de Cos dice que los estímulos siguen teniendo un efecto positivo, pero es hora de hacer política económica por si viene una posible crisis.

31 agosto, 2019 13:46

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Mientras el divorcio entre Reino Unido y la Unión Europea copa toda la atención de la agenda política, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha recordado este sábado que la zona euro tiene grandes asignaturas pendientes por acometer para blindarse ante la llegada de una "eventual crisis".

En un discurso pronunciado en La Granda (Oviedo), Hernández de Cos ha afirmado que la política monetaria ha hecho su trabajo y es hora de que la UE acometa reformas estructurales y fiscales en conjunto para reforzar su economía.

Según los datos que manejan los Servicios de Estudio de la institución, las políticas adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE) y sus políticas monetarias desde mediados de 2014 "tendrán un impacto global sobre el crecimiento del PIB real y la inflación de la zona euro de alrededor de dos puntos básicos acumulados entre 2016 y 2020".

Esto confirmaría el éxito que los estímulos del BCE han tenido para relanzar la economía.

Oportunidad perdida

Sin embargo, la falta de un frente político común hace que Europa no haya aprovechado ese tiempo para abordar las reformas que tenía pendiente antes de la crisis.

En ese sentido, ha afirmado que "resulta preocupante que el área del euro siga sin disponer de herramientas de política fiscal capaces de dar respuesta común frente a los retos que tiene ante sí". Unos retos entre los que ha enumerado el Brexit, la guerra comercial, la inestabilidad política de Italia o la amenaza de recesión en Alemania.

Hacer frente a esas amenazas sería más sencillo de contar con herramientas existentes en Estados Unidos, donde "el Presupuesto federal suaviza cerca del 10% de las preturbaciones económicas"

El gobernador, que ha participado en la clausura de los cursos de verano de La Granda, ha hecho un resumen de los efectos positivos que han tenido las políticas del BCE para mantener la inflación en la zona euro y evitar una "espiral de deflación", mejorar la economía o relajar las "curvas de los tipos de interés". 

Sin embargo, ha advertido que "en la medida que los tipos de interés se mantengan en niveles cercanos a su límite inferior efectivo, los bancos centrales tendrán menos espacio para recortar tipos en respuesta a futuras crisis y deberán recurrir a medidas menos convencionales de ampliación de sus balances".

Una realidad que la UE debería tomarse en serio y agilizar su "lento" avance para poner en marcha políticas en frentes que van desde la fiscalidad, hasta las reformas estructurales para mejorar la competitividad, pasando por otros refuerzos, como el de la Unión Bancaria.

Imitar a la Fed

Según Hernández de Cos, el BCE también tiene deberes por hacer. El gobernador del Banco de España ha explicado que Fráncfort "debería iniciar una reflexión similar a la de la Fed, que tenga en cuenta cuál debe ser el objetivo de inflación".

Estas palabras se producen tras constatar esta semana con datos oficiales la debilidad en la evolución de los precios en Europa, pese a los estímulos monetarios que todavía están presentes en el mercado.

Riesgo económico

Sobre el enfriamiento económico, Hernández de Cos ha repasado algunos de los datos que indican que economías, como la europea, padecen una debilidad "creciente" en un contexto difícil para la actividad comercial por la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China y la incertidumbre del Brexit.

Además, ha afirmado que los planes de gasto de empresas ya se están viendo lastrados por la debilidad de la demanda externa, el aumento de la incertidumbre política en algunos países y la moderación de los beneficios empresariales. Una situación preocupante para el crecimiento.

Según ha explicado, las subidas salariales no se han trasladado a la evolución de los precios, lo que demuestra que las empresas podrían estar teniendo una "elevada cautela" a la hora de trasladar los incrementos de los costes laborales a los precios de sus productos por miedo al contexto económico.