En la reunión se ha explicado que la nueva homologación WLTP (Procedimientos Mundialmente Armonizados para Pruebas de Vehículos Ligeros) ha retrasado la fabricación por parte de los proveedores de inyectores y bombas de vacío, lo que provoca a su vez una carencia en el suministro de motores, principalmente el TSI 1.0.

Esto, junto a la decisión estratégica del grupo de fortalecer la fabricación del Golf, ya que las plantas alemanas son las que más han cerrado, da como resultado que desde la central se haya propuesto a Volkswagen Navarra parar la producción un total de cinco días, en principio, que se irán confirmando o desactivando con la confirmación de entrega de motores, la que se hace con dos semanas de antelación.

Desde Pamplona se ha hecho una contraoferta con dos alternativas: cerrar días alternos para ver si llegan motores y se puede salvar alguna jornada (los días serían el 26 de octubre, el 2, 9 y 16 de noviembre y el 7 de diciembre) o cerrar los días de manera continua entre el 26 de octubre y el 2 de noviembre, ambos inclusive.

En Volkswagen Navarra ya se aplicó en verano un ERTE de ocho días, con acuerdo de la mayoría sindical, para hacer frente a la carencia de motores y se pactó que futuras situaciones de escasez no se abordarían mediante un expediente de este tipo.