Maqueta de un tren de CAF implementado para el metro de Estambul.

Maqueta de un tren de CAF implementado para el metro de Estambul. S. M

Empresas

El Gobierno vasco compra el 1,2% del fabricante de trenes CAF por 15 millones

Los consejeros del Gobierno vasco descartaron que la entrada en el fabricante de trenes constituya una ayuda de Estado.

4 enero, 2018 14:18

El Gobierno vasco ha entrado en el capital social del fabricante de trenes CAF al comprar a Kutxabank un 1,24% de su accionariado por un importe de 15 millones de euros, una operación realizada a través de la firma pública Socade y financiada por el Instituto Vasco de Finanzas (IVF).

Se trata de la primera vez que el Ejecutivo regional entra en una empresa cotizada, si bien emprende así una nueva política industrial a la que dará "continuidad" con "operaciones similares" con el fin último de contribuir al crecimiento de la industria vasca y a la generación de nuevas actividades industriales" en Euskadi.

En el caso de CAF, el Gobierno considera que la compra de acciones de la empresa con sede en Beasáin (Guipúzcoa) constituyó "una oportunidad que no se podía dejar escapar". Además, no descarta aumentar esta primera participación.

Paquete de 425.870 acciones 

Su objetivo es "favorecer el crecimiento" de esta empresa y su "arraigo", por considerar que CAF presenta un "carácter estratégico y de tractor" para la economía regional.

Así lo indicaron la consejera vasca de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, y el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, en la rueda de prensa en la que dieron cuenta de esta actuación.

En concreto, el Ejecutivo vasco, a través de Socade, se ha hecho con un paquete de 425.870 acciones de CAF que ha comprado a Kutxabank. La operación se materializó el pasado 28 de diciembre a un precio de 35,2 euros por acción.

"No es una ayuda de Estado"

En el caso de Kutxabank, la venta de títulos de CAF se enmarca en la reducción de sus participaciones industriales por exigencia de los reguladores.

Los consejeros del Gobierno vasco descartaron que la entrada en el fabricante de trenes constituya una ayuda de Estado, dado que no se trata de una empresa en dificultades.