En plena escalada de la tensión política en Cataluña, Colonial decidió por unanimidad abandonar Barcelona y trasladar su sede central a Madrid.

La decisión de la socimi que preside Juan José Brugera llegó después de la de otras grandes empresas catalanas, como Banco Sabadell, pero fue el primero fuera del entorno financiero, y de compañías ligadas a Criteria, que se plantaba ante la deriva secesionista y lanzaba una señal de rechazo contra las aspiraciones del Gobierno de Carles Puigdemont.

Colonial tiene en Barcelona un 19% de su cartera de oficinas, valorada en unos 8.000 millones de euros. Otro 35% lo tiene en Madrid y el 46% restante, en París. La preocupación se incrementó ante la advertencia de Moody's de una posible devaluación de sus edificios a causa del conflicto político. Sin embargo, según la agencia, el menor peso de Barcelona en su cartera, ni en el peor escenario su endeudamiento superaría la cota del 50% del valor de sus activos. 

Su decisión tiene mérito, porque muchas compañías no se atrevían a dar el paso; más allá de las que están estrictamente reguladas. Pero no sólo por eso; es que Brugera se reunió con Puigdemont el día antes para explicarle que la situación es crítica, y que la fuga de empresas continuará durante semanas si sigue adelante con sus planes. Ahora, la duda, está en saber si el presidente de la Generalitat le hará caso u optará por escuchar a quienes le aconsejan dar la espantada. 

El Grupo Antolín cerró la semana pasada con un hito muy positivo para su reputación: fue la empresa española de más de 10.000 trabajadores que mayor crecimiento de personal ha experimentado entre 2015 y 2016. Las cifras las da un estudio de Statista, el portal de estadísticas que ha elaborado una lista de las 100 compañías españolas que más han crecido en empleados en los dos últimos años.

El incremento de la plantilla del grupo en un 51% se explica, sobre todo, por la adquisición del negocio de interiores Magna, que le llevó a duplicar el tamaño de la compañía. Con esta compra, la compañía que preside Ernesto Antolín se ha convertido en uno de los principales fabricantes de interiores para coches del mundo. Sólo en el primer semestre de este año, su unidad de negocio de techos logró facturar 1.082 millones. La buena evolución del negocio en China y el plan estratégico del grupo han hecho que en la primera mitad del año las ventas llegaran a los 2.600 millones, un 2,2% más que hace un año.

Actualmente, el grupo tiene 149 fábricas en 26 países y más de 26.000 empleados. Su esfuerzo en el mercado chino le está trayendo buenos resultados: ha logrado contratos para BMW, Daimler, Volkswagen, Jaguar-Land Rover, Ford, Volvo y otros grandes de los locales. Pero no se queda ahí: en España ha puesto en marcha su primer Centro de Formación Profesional Dual, pionero en el sector, para convertirse en un referente en el desarrollo de tecnologías innovadoras. La empresa tiene más de 70 proyectos en fase de investigación y 30 en fase de validación, y en los últimos años ha lanzado 20 soluciones innovadoras al mercado.