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El mercado aplaude la propuesta de privatización de la estatal Eletrobras

El mercado brasileño aplaudió hoy la propuesta del Gobierno de privatizar la estatal brasileña Eletrobras, la mayor empresa de energía del país, una medida que ayudará al Ejecutivo a reducir el déficit de sus cuentas públicas.

22 agosto, 2017 17:45

Las acciones ordinarias (con derecho a voto) de Eletrobras avanzaban alrededor de un 46 % a media sesión, mientras que las preferenciales (las de mayor valor) escalaban un 30 % en la bolsa de Sao Paulo.

De esta forma, el valor de mercado de la estatal pasó de los 20.170 millones de reales (unos 5.435 millones de euros) hasta los 27.450 millones de reales (unos 7.397 millones de euros) en una sesión, según la consultora Economática.

El Ministerio de Minas y Energías anunció la víspera su intención de vender el control de Eletrobras, una operación que podría generar una recaudación de 20.000 millones de reales (casi 5.390 millones de euros) a las arcas públicas en un momento en el que Brasil sufre un abultado déficit fiscal.

La propuesta será analizada ahora por el Programa de Asociaciones en Inversiones (PPI) de la Presidencia, un órgano multiministerial que es el encargado de decidir cómo se llevan a cabo los procesos de privatización de estatales brasileñas y las concesiones a la iniciativa privada.

La venta del control de la estatal brasileña excluye inicialmente tanto la gigantesca hidroeléctrica Itaipú, que Brasil comparte con Paraguay, como las plantas nucleares operadas por la compañía, según aclararon hoy portavoces del Ministerio de Minas y Energía.

"Si llegamos a la conclusión de que el proyecto nuclear no puede ser privatizado, así como la central hidroeléctrica de Itaipú, esos proyectos serán separados del proceso de venta. En un primer momento Itaipú esta fuera del proceso de desestatización", afirmó el secretario ejecutivo del Ministerio, Paulo Pedrosa.

Según Pedrosa, la participación brasileña en la hidroeléctrica binacional (50 %) no puede separarse de la participación paraguaya (50 %) ya que el tratado internacional que permitió la construcción y que regula Itaipú está por encima de las leyes internas de cada país

El ministro de Minas y Energía, Fernando Coelho, por su parte, afirmó en la misma rueda de prensa que la intención del Gobierno es poder concluir el proceso de privatización en la primera mitad de 2018 para que no sufra interferencias por las elecciones presidenciales de octubre de ese año.

La propuesta del Ministerio es que el proceso permita la reducción significativa de la participación del Estado brasileño en Eletrobras, actualmente del 51 % de las acciones ordinarias (con derecho a voto) y del 40,99 % del capital total, para que la empresa pueda ser gestionada por la iniciativa privada y sin interferencias políticas, pero sin que el Gobierno pierda el derecho a veto.

"El Gobierno tendrá menos acciones de una empresa mucho más valorada. Las ganancias con dividendos podrán aumentar incluso si consideramos que Eletrobras pasará a ser una corporación de mercado que generará lucro", sostuvo Pedrosa.

El mercado ha recibido con euforia las noticias relacionadas con la decisión de privatizar Eletrobras, a pesar de que no las esperaba.

"El anuncio es bastante positivo, tanto por el lado micro como macro. Va a mejorar la gobernanza de la empresa y tenemos que tener en consideración la recaudación para las cuentas públicas", dijo a Efe Ignacio Crespo, analista de la corredora Guide Investimentos.

Crespo puso como ejemplos "positivos" la privatización realizada en el pasado de la minera brasileña Vale, una de las mayores exportadoras de hierro del mundo, y la de la fabricante de aeronaves Embraer.

Tras el anuncio, la expresidenta Dilma Rousseff, destituida el pasado año por unas irregularidades en las cuentas públicas, criticó la decisión del Gobierno y denunció que la privatización amenaza la seguridad energética en el país.

"Después de la farra de la compra de votos, el Gobierno ilegítimo anuncia una meta irreal y quiere vender el patrimonio del pueblo para cumplirla", aseguró Rousseff a través de Twitter.

El Gobierno brasileño aumentó la semana pasada su techo de déficit fiscal para 2017 a 159.000 millones de reales (más de 42.8400 millones de euros), lo que supone un alza de casi un 15 % sobre su previsión inicial, ante la reducción de las perspectivas de crecimiento por parte del mercado y una menor previsión de la recaudación.