El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, durante una reunión en Bruselas
Economía alega que se financia más barato en el mercado para renunciar a los casi 66.900M de créditos Next Gen que faltan
El Ministro Cuerpo insiste en que los tipos que paga el Tesoro son sensiblemente inferiores a los de los créditos europeos, y así lo expondrá en la próxima adenda que presentará a Bruselas.
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Del éxito de los fondos Next Generation en España e Italia -sus dos principales beneficiarios, con enorme diferencia respecto al resto- depende en gran medida que Alemania y los ‘frugales’ acepten alguna vez en el futuro una nueva emisión de eurobonos, por ejemplo para pagar el refuerzo de la Defensa europea.
El Gobierno de Giorgia Meloni avanza con paso firme. La Comisión de Ursula von der Leyen aprobó este mismo lunes su octava petición de pago, por valor de 12.800 millones de euros, tras constatar que ha cumplido todas las condiciones exigidas. De este modo, Italia ya ha recibido el 79% de los 194.400 millones asignados, incluyendo subvenciones y préstamos.
En contraste, el Ejecutivo de Pedro Sánchez -con máximo hermetismo y sin ningún debate público- ultima una nueva adenda al plan de recuperación en la que plantea renunciar a la mayor parte de los 66.900 millones de créditos Next Generation pendientes debido a los retrasos en la ejecución y las dificultades para cumplir las condiciones asociadas.
Cuando apenas queda un año de plazo para que expiren las ayudas, España solo ha recibido el 45% de los 163.000 millones comprometidos de fondos Next Generation. El retraso es especialmente acusado en el capítulo de los créditos: apenas han llegado 16.270 millones, el 20% del total. Es decir, quedan 66.900 millones pendientes.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, lleva meses alegando que no es necesario agotar los préstamos europeos porque puede emitir deuda nacional a buen precio y sin las condiciones que exige la UE (y que el Gobierno no tiene mayoría parlamentaria para aprobar).
Pero los créditos Next Generation están ligados a un ambicioso plan de reformas e inversiones, que corre el riesgo de quedar seriamente comprometido. Especialmente porque Sánchez no ha sido capaz de sacar adelante ningún Presupuesto en toda la legislatura y todo indica que tampoco podrá hacerlo en los próximos meses.
"El Gobierno está ultimando una nueva adenda al Plan de Recuperación que se aprobará próximamente en Consejo de Ministros. No confirmamos, por tanto, la cuantía de préstamos que se solicitaría", han explicado fuentes del ministerio de Economía.
Lo cierto es que España ya pidió íntegramente los 83.160 millones de créditos Next Generation en marzo de 2023, así que de lo que se trata ahora es de renunciar a estas ayudas que ya fueron aprobadas por la UE.
"Gracias a la buena marcha de la economía y la confianza de los inversores, España mantiene un buen acceso a los mercados financieros, eliminando en su práctica totalidad la ventaja de coste de la financiación de los préstamos de la Comisión Europea", alega el departamento de Cuerpo.
Por ejemplo, en los préstamos a 20 años (vida media del crédito de la Comisión), el diferencial es negativo: la UE se endeuda al 3,84%, mientras que España lo hace al 3,77%. "Es decir, en términos generales nos financiamos a costes inferiores a los préstamos UE", alega el ministerio de Economía.
"La adenda en la que se está trabajando permitirá seguir dando continuidad a los proyectos de inversión más allá de agosto de 2026, que es cuando finaliza el plazo de ejecución del plan de recuperación", insisten las fuentes consultadas.
"Podemos confirmar que hemos recibido la primera propuesta de España para una enmienda de su plan de recuperación. Seguimos manteniendo un contacto constructivo con las autoridades españolas sobre este asunto", han confirmado a EL ESPAÑOL-Invertia fuentes del Ejecutivo comunitario, que tampoco han querido confirmar la cifra de créditos a los que renuncia España.
En una entrevista con este periódico, el comisario de Asuntos Económicos, Valdis Dombrovskis, ya dijo que, teniendo en cuenta los retrasos en la ejecución, España debería centrarse en la plena absorción de las subvenciones Next Generation, que no computan como deuda, y revisar a la baja su solicitud de créditos.
En el caso de las ayudas a fondo perdido, nuestro país ya ha recibido 55.000 millones de los 80.000 que tiene adjudicados (70%). Pero agotar los 25.000 euros pendientes va a resultar enormemente complicado para el Gobierno.
De momento, Bruselas mantiene congelados otros 1.100 millones por incumplimientos en la regularización de interinos y por no ser capaz de aprobar la subida de los impuestos al diésel. Este dinero se perderá de forma definitiva de aquí a fin de año si Sánchez no logra apoyos suficientes para sacar adelante estas reformas.
Además, para recibir íntegramente las 4 peticiones de pago pendientes es necesario aprobar una docena de leyes, que están en barbecho desde la ruptura de Junts con el Gobierno. El tiempo apremia: todos los hitos y objetivos pendientes deben completarse como muy tarde en agosto de 2026, lo que explica también los esfuerzos de Sánchez por atraerse de nuevo a Carles Puigdemont.