Pedro Sánchez saluda a Donald Trump durante la cumbre de  Sharm el-Sheij este mes.

Pedro Sánchez saluda a Donald Trump durante la cumbre de Sharm el-Sheij este mes. Reuters

Macroeconomía

La inversión de empresas de EEUU en España cae un 53% en 6 meses y su impacto supera ya el de los aranceles de Trump

EEUU es el principal inversor internacional de España. La caída en IED, una derivada de los aranceles, afecta al inmobiliario y al comercio mayorista.

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Las claves

La inversión de empresas estadounidenses en España cayó un 53% en el primer semestre del año, superando el impacto de los aranceles de Trump.

El desplome de la inversión extranjera directa (IED) de EE.UU. representa el 17% del total de IED en España, siendo el principal inversor internacional.

El descenso en la inversión se considera un "efecto indirecto de los aranceles", y se ve influido por la apreciación del euro sobre el dólar y la incertidumbre comercial.

Durante meses se ha insistido y los últimos cálculos lo confirman: el golpe inmediato para España de la guerra arancelaria desatada por Donald Trump será 'moderado'. Por lo menos en las exportaciones de bienes a ese país, y siempre si se compara con otros miembros de la UE.

Porque el impacto será como máximo de seis décimas del PIB entre 2025 y 2026. Lo apunta el Instituto de Estudios Económicos, que explica que este leve daño se debe a que las ventas españolas a EEUU suponen apenas el 1,2% del PIB, frente al 3,7% que representan, por ejemplo, para Alemania o Países Bajos.

El gran golpe, por tanto, no está para España en aranceles, lo que no quiere decir que haya zarpazo oculto: está en la inversión extranjera directa (IED) que recibimos desde el país de Trump, clave de bóveda del total de estos flujos que obtiene España y que solo en el primer semestre de este año se ha desplomado un 53%.

Lo relevante de este fenómeno se ve tanto en términos relativos como absolutos. Porque si las exportaciones a EEUU suponen apenas el 1,2% del PIB español, la inversión que llegó desde Washington supuso en ese primer semestre el 17% del total de IED. Es, de hecho, el principal inversor internacional de nuestro país.

En términos absolutos la cuenta también es relevante. Si las seis décimas de PIB por aranceles se traducen en unos 6.300 millones de euros en dos años, la inversión extranjera directa bruta que llegó solo el año pasado desde EEUU ascendió a 6.405 millones, de acuerdo con los datos del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa.

Así se llega la paradoja, que señala el IEE. Preocupados por los efectos estáticos –o a corto plazo– de los aranceles, casi en segundo plano se libra otro combate más relevante, porque tiene que ver con los efectos dinámicos –o a más largo plazo–: qué pasa con la inversión que recibe España.

Una caída 'inquietante'

Teniendo en cuenta que este es un efecto a largo plazo, será más determinante ver qué sucede con la inversión extranjera directa que con los aranceles. Aunque ya se sienten algunos efectos.

Lo muestran los datos de Comercio: en general, España vio reducida en el primer semestre un 60,4% el flujo de inversión que llegó de otros países, sobre todo por el desplome estadounidense –de casi 3.100 millones invertidos en España en el primer semestre de 2024, se pasó a 1.442 millones en idéntico periodo de este año– y el británico, que se desplomó un 86%.

Es un efecto que genera una cierta inquietud en el caso de EEUU; no hay casualidades y la caída se relaciona directamente con el contexto comercial actual.

Habrá que esperar a la comparativa anual para ver si esa intranquilidad se disipa o se confirma, apuntan desde el IEE, pero en todo caso la cuestión ya aparece en el informe, cuajado de advertencias dado el liderazgo de EEUU en este apartado.

De hecho, indica el texto, el desplome de inversión "demuestra la clara exposición de España a los cambios en las políticas comerciales proteccionistas de Estados Unidos".

"De un modo más concreto, dichos cambios pueden producir variaciones y diversificaciones en los flujos de inversión internacionales; en última instancia, España puede ver modificada la inversión procedente de dicho país", remarca el IEE. Una inversión que tradicionalmente se concentra en actividades inmobiliarias, comercio al por mayor y suministros de energía eléctrica.

¿Por qué tanta caída? Lo visto en la inversión extranjera directa se entiende como un "efecto indirecto de los aranceles", en un contexto de incertidumbre y contracción de los flujos comerciales y también por la apreciación del euro sobre el dólar.

El diagnóstico es que el aumento de la aversión al riesgo, "evidenciado por la caída de los mercados bursátiles", ha restringido el acceso a la financiación externa para muchas empresas. Todos quietos, en suma, hasta ver cómo evoluciona la particular cruzada arancelaria de Trump.

También hasta saber si "la Administración Trump acaba aplicando rebajas de impuestos y fomentando la repatriación de beneficios", otro aspecto que puede trastocar el paisaje.

Así las cosas, el documento señala que en este nuevo contexto económico global, "España debe evaluar cuidadosamente tanto los riesgos como las oportunidades que surgen para su papel como destino de inversión". Es, concluyen, el último "problema añadido" dentro de la vorágine comercial surgida de la Casa Blanca.