El expresident del BCE, Mario Draghi, se ha reunido este lunes en Bruselas con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen

El expresident del BCE, Mario Draghi, se ha reunido este lunes en Bruselas con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen Comisión Europea

Macroeconomía

La Unión Europea se atasca en las reformas del plan Draghi para impulsar la economía: sólo se ha completado el 10%

El expresidente del BCE denuncia la lentitud de la toma de decisiones en Bruselas mientras el resto de grandes potencias se aceleran.

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Un año después de su plan de reformas para frenar el declive europeo frente a Estados Unidos y China, Mario Draghi regresa a Bruselas con un balance sombrío: la UE avanza demasiado lenta en un mundo que se acelera y sus advertencias más pesimistas empiezan a hacerse realidad.

El expresidente del Banco Central Europeo (BCE) protagoniza este martes junto con Ursula von der Leyen una conferencia cuyo objetivo es evaluar el grado de ejecución del plan Draghi en sus primeros 12 meses y fijar las prioridades más urgentes de cara a los próximos meses.

De las 383 propuestas que hizo el italiano para impulsar la competitividad de la economía europea, sólo el 11% (43) se ha completado, mientras que otro 20% (77) se han llevado a la práctica de forma parcial, según un estudio del European Policy Innovation Council.

Informe Draghi

Informe Draghi

El informe detecta además enormes diferencias según el sector de que se trate. El transporte y las materias primas van en cabeza, pero siguen por debajo del 50% en ejecución. En contraste, la energía y la digitalización están estancadas, con casi ninguna medida completada en el último año.

"Europa avanza con lentitud en la ejecución. Bruselas está ocupada elaborando planes, pero no en cumplirlos. Dos tercios de la agenda de competitividad de Draghi permanecen inconclusos", concluye el estudio.

"El mundo no nos mira con benevolencia: no espera al lento ritmo de nuestros rituales comunitarios para imponernos su fuerza", avisó el también ex primer ministro italiano en un discurso en Rimini el pasado 22 de agosto que en Bruselas se sintió como un aldabonazo.

"Es un mundo que exige una transformación radical de nuestros objetivos, nuestros plazos y nuestros métodos de trabajo", alegaba.

En su conferencia, Draghi sostenía que la UE debe extraer lecciones de lo que muchos analistas han calificado como su "verano de la humillación". "Tuvimos que resignarnos a los aranceles impuestos por nuestro mayor socio comercial y aliado histórico, EEUU", lamenta.

"Ese mismo aliado nos presionó para aumentar nuestro gasto militar -una decisión que quizá debíamos tomar en cualquier caso-, pero de formas y en modalidades que probablemente no reflejan los intereses europeos", denunciaba además Draghi.

La UE ha desempeñado "un papel bastante marginal" en las negociaciones de paz en Ucrania y "también permaneció como espectadora" mientras EEUU e Israel bombardeaban instalaciones nucleares iraníes y se intensificaba la masacre en Gaza.

Al mismo tiempo, China "ha dejado claro que no considera a Europa un socio en pie de igualdad y ha instrumentalizado su control de minerales raros para hacer aún más vinculante nuestra dependencia", sostiene el expresidente del BCE.

Mario Draghi y Ursula von der Leyen, durante la presentación hace un año del informe sobre la economía europea

Mario Draghi y Ursula von der Leyen, durante la presentación hace un año del informe sobre la economía europea Comisión Europea

Su receta para que la UE le de la vuelta a este declive consiste en acelerar las reformas económicas. Pero también emitir deuda conjunta para financiar proyectos estratégicos de interés europeo, en sectores como la defensa, las infraestructuras energéticas o las tecnologías disruptivas.

"Hay deuda buena y deuda mala. La deuda mala financia gastos corrientes, convirtiéndose en una carga para las futuras generaciones. La deuda buena financia inversiones en prioridades estratégicas y en aumento de productividad; genera el crecimiento necesario para pagarse a sí misma", alegó Draghi en su discurso de Rimini.

Sin embargo, los eurobonos siguen siendo un anatema para Alemania, Países Bajos y el resto de 'frugales'. En el último año tampoco ha habido ningún avance en iniciativas clave para mejorar el acceso a financiación, como la unión de mercados de capital o la unión bancaria.

"Dicen 'no' a la deuda pública. Dicen 'no' al mercado único. Dicen 'no' a crear una unión de los mercados de capital. No pueden decir 'no' a todo", se quejaba el ex presidente del BCE en una comparecencia en la Eurocámara en febrero.

En la Comisión de Von der Leyen también culpan a los Gobiernos de la lentitud en las reformas económicas, aunque lo cierto es que el colegio de comisarios apenas ha presentado iniciativas legislativas que vayan más allá de la desregulación.

El Ejecutivo comunitario ha presentado además una propuesta minimalista de presupuesto plurianual para el periodo 2027-2032, en la que renuncia expresamente a reeditar los fondos Next Generation.

En su discurso sobre el estado de la Unión de la semana pasada, la propia Von der Leyen admitía, citando al FMI, que "los obstáculos internos dentro del mercado único equivalen a un arancel del 45% sobre las mercancías y del 110% sobre los servicios".

Entre sus iniciativas más inmediatas para el nuevo curso, en línea con el informe Draghi, la presidenta anuncia una hoja de ruta para completar el mercado único de aquí a 2028 en capitales, servicios, energía y telecomunicaciones.

Bruselas también tiene previsto presentar en los próximos meses el vigesimoctavo régimen, cuyo objetivo es facilitar a las empresas operar con reglas europeas simplificadas en todos los Estados miembros.

El Ejecutivo comunitario movilizará además 1.800 millones de fondos europeos para aumentar la producción en Europa de baterías y prepara ya una Ley de Aceleración Industrial para los sectores y las tecnologías estratégicos clave.