Pedro Sánchez y Felipe González en una imagen de archivo

Pedro Sánchez y Felipe González en una imagen de archivo Europa Press

Macroeconomía

Ni el crecimiento del PIB ni los fondos europeos logran que la inversión pública recupere los niveles de 1995

En conjunto, la inversión neta en España, tanto pública, como privada, continúa por debajo de las cotas alcanzadas hace ya casi tres décadas.

22 marzo, 2024 01:55

Ni el destacable crecimiento económico de los últimos años ni el impacto de los fondos de recuperación de la Unión Europea han sido suficientes. La inversión pública se mantiene por debajo de los niveles máximos de 2007 e, incluso, de 1995, en cuanto a su peso en el conjunto de la inversión. Así, a fines del siglo XX, la inversión pública neta suponía el 15% del total, mientras que en 2007 se redujo al 10% y el pasado año, hasta el 5%.

Así se desprende de un informe sobre stock de capital e inversión en España elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). La inversión neta -la que sirve para generar nuevo capital- cayó especialmente a partir de 2012, cuando el Gobierno afrontó la Gran Recesión con un programa de recortes.

Aunque el dato de un sólo año puede no responder al momento económico más amplio, lo cierto es que la caída del peso de la inversión pública representa una tendencia. Así, entre 1999 y 1995 la inversión pública neta siempre estuvo por encima del 9% y los niveles se mantuvieron hasta 2007. Sin embargo, entre 2020 y 2023 nunca se ha superado el 5%.

De hecho, los niveles máximos en cuanto al peso de la inversión pública se registraron en los primeros años de la crisis financiera. Una dinámica contracíclica que se explica en tanto en cuanto el sector público trató de mantener su presencia en los primeros compases de una crisis que se cobró primero la capacidad inversora del sector privado.

En términos de inversión bruta -que incluye la que genera nuevo capital o mantiene el ya existente-, el esfuerzo del Estado tampoco ha recuperado los niveles del pasado. En 1995, el peso sobre el conjunto de las inversiones era del 16%, pero en 2007 ya fue del 12% y en 2023, del 10%.

La inversión sólo recupera los niveles de 1995 calculada en términos de gasto total, es decir, en euros, aunque se mantiene por debajo del máximo de 2007. O lo que es lo mismo, la inversión pública sólo se recupera en cuanto al monto total invertido -a precios corrientes-, lo cual se explica por la inercia del crecimiento económico. Esto ocurre tanto en cuanto a inversión bruta -como puede observarse en el siguiente gráfico- como neta.

En su conjunto, la inversión en España aumentó un 2,8% en 2023. Se trata del tercer año en positivo tras la pandemia, si bien el ritmo de crecimiento es inferior al del Producto Interior Bruto (PIB). La media anual de crecimiento de la inversión en España entre 2021 y 2023 es del 2,7%, mientras que en el caso del PIB el avance se eleva hasta el 4%.

Con todo, el esfuerzo inversor -la inversión expresada en términos del PIB- el pasado año fue del 19,3%. En 2020, y como consecuencia de la contracción de la economía española por efecto de la pandemia, ese esfuerzo inversor alcanzó el 20,4%. Sin embargo, el estudio de la Fundación BBVA y el Ivie advierte de que un esfuerzo inversor en el entorno del 20% está por debajo que el de la mayoría de los países europeos.

[El año en el que la economía española creció 'como una moto' apenas recortó la brecha con la riqueza de la eurozona]

El promedio de la Unión Europea es del 22%, si bien España se sitúa por encima de los países que más sufrieron la Gran Recesión (Grecia, Italia y Portugal). Además, si se excluye la inversión en vivienda, el esfuerzo inversor español, del 14,5%, supera al de Italia y Reino Unido y es parecido al de Alemania y Portugal.

En cualquier caso, sentencia el informe, "el esfuerzo inversor del último decenio es muy inferior al alcanzado por nuestra economía durante el boom (inmobiliario), cuando se aproximó al 30% del PIB". Asimismo, los autores del estudio apuntan que casi las tres cuartas partes de la inversión bruta en 2023 "se dedica a cubrir la depreciación de los capitales ya instalados".

El resto es la inversión neta, la que da lugar a nuevos capitales. En 2023 ascendió a 67.330 millones de euros. Una cifra que, en términos reales, señalan desde la Fundación BBVA y el Ivie, "se sitúa por debajo del nivel de inversión neta de 1995".

La inversión bruta, por su parte, sí ha superado ya los niveles de 1995. Concretamente, en 2023 alcanzó los 281.769 millones de euros. En cualquier caso, niveles prepandemia e inferiores a los de 2007. La siguiente imagen, extraída del informe, muestra la evolución de la inversión (izquierda, en millones de euros de 2015) y del esfuerzo inversor (derecha).

Evolución de la inversión y el esfuerzo inversor. España (1995-2023)

Evolución de la inversión y el esfuerzo inversor. España (1995-2023)

El informe de la Fundación BBVA y el Ivie también destaca el menor peso de la construcción en la inversión en España. El peso del ladrillo en 2007 alcanzó el 13% del total de las inversiones y se redujo hasta el 2,4% en 2012. Y aunque en 2019 consiguió recuperar el 10%, ha retrocedido nuevamente en los últimos años.

Así, y como efecto del "encarecimiento de las materias primas y el alza de los tipos de interés", entre 2021 y 2023 el peso de la construcción se situó en el entorno del 6% de las inversiones.

Se trata, en todo caso, de un cambio en la composición de las inversiones tras el fin del boom inmobiliario en 2007. La Gran Recesión y los años posteriores albergan un refuerzo de la inversión realizada por los servicios privados y las manufacturas frente a la construcción, la energía y la agricultura.

Algo que, además, tiene un efecto positivo. De acuerdo con el informe, gracias a ese cambio en la composición, "la ralentización del esfuerzo inversor no implica necesariamente menor impulso a la capacidad productiva de la economía". Lo que, en última instancia, explica que las inversiones hayan crecido a un ritmo inferior que el PIB en los últimos años.