Como consecuencia, el crecimiento se desacelerará hasta el 1,9% en 2024 (una décima menos de lo calculado en mayo), según las previsiones de verano publicadas este lunes por la Comisión Europea. El informe actualiza únicamente los datos de crecimiento e inflación para los seis grandes países miembros, así como los agregados de la eurozona y del conjunto de la UE.

Según los datos de Bruselas, España crecerá en 2022 más del doble de la media de la eurozona, cuya previsión se rebaja del 1,1% previsto en mayo al 0,8% ahora. Nuestro país es el que registra mejores perspectivas entre las grandes potencias de la UE, por delante de Alemania (cuya economía se contraerá un 0,4% este año), Holanda y Polonia (0,5%), Italia (0,9%) y Francia (1%).

Previsión de crecimiento para los grandes países de la UE en 2023 y 2024

Al comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, no le preocupa de momento que la inestabilidad política y las dificultades para formar Gobierno en España acaben dañando la economía y retrasando la ejecución de los fondos Next Generation. "Según nuestras previsiones, España está en una situación bastante buena, mejor que otros países en perspectivas de crecimiento e inflación", ha respondido a EL ESPAÑOL-Invertia.

"Está claro que tenemos que trabajar muy duro para evitar cualquier retraso en la ejecución del plan de recuperación. Pero me he reunido recientemente con el Gobierno español y me han comunicado que, pese a esta situación, están plenamente comprometidos en evitar cualquier retraso", asegura Gentiloni.

Las previsiones de la Comisión son ahora ligeramente más optimistas que las de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, para este año (en el programa de estabilidad remitido a Bruselas en abril se basaba en un crecimiento del 2,1% en 2023), pero más pesimistas para 2024 (cuando el Gobierno espera un avance del 2,4%).

En cuanto a la inflación, Bruselas también mejora su previsión para el conjunto de este año (3,6%, en lugar del 4% que calculaba en mayo), pero revisa al alza el cálculo de 2024 (del 2,7% al 2,9%). En todo caso, España se mantendrá como uno de los países con menor presión inflacionista, al menos entre las grandes potencias europeas.

[La eurozona se estanca con un crecimiento de apenas el 0,1% en el segundo trimestre, dos décimas menos de lo previsto]

"Se espera que la expansión económica sea más moderada en la segunda mitad de 2023 debido al desvanecimiento del impulso del sector turístico, una actividad económica más débil en los principales socios comerciales, el impacto en la demanda agregada del endurecimiento de las condiciones de financiación y una dinámica más débil del mercado laboral", señala el informe del Ejecutivo comunitario.

En todo caso, el poder adquisitivo de los hogares -que se beneficiará de la "relajación sostenida de las presiones sobre los precios" y del aumento de los salarios nominales- mitigará parcialmente las dificultades para el consumo privado.

Además, la reducción del endeudamiento del sector privado logrado en los últimos años y la resiliencia del sector bancario contribuirán a amortiguar los riesgos financieros, mientras que la puesta en práctica del plan de recuperación Next Generation apuntalará el crecimiento de la inversión este año y el siguiente, sostiene Bruselas. 

"En conjunto, el crecimiento del PIB alcanzará el 2,2% en 2023. Esto representa una revisión al alza de 0,3 puntos porcentuales en comparación con la previsión de primavera, lo que refleja un efecto arrastre de 2022 mayor que el proyectado y unos resultados robustos en la primera mitad de 2023", prosigue el informe.

Previsión de inflación en la UE y en la eurozona en 2023 y 2024

"En 2024, el crecimiento real del PIB se moderará hasta el 1,9%, ya que el debilitamiento de la actividad económica que se espera hacia finales de año se extenderá al menos hasta la primera mitad de 2024", afirma la Comisión.

En cuanto a la inflación, Bruselas atribuye las buenas cifras de España a la continua desaceleración de los precios de la energía desde el tercer trimestre de 2022. La buena tendencia continuará el año que viene pese a las presiones al alza por la prevista eliminación de las medidas adoptadas por el Gobierno para mitigar el impacto de la subida de la factura eléctrica.

No obstante, la inflación subyacente (que excluye energía y alimentos) disminuirá mucho más lentamente, ya que el contagio de los altos precios de la energía a otros artículos, especialmente alimentos y servicios, ha persistido durante la primera mitad de 2023. "Los efectos de segunda ronda en los salarios han sido limitados hasta ahora, pese al limitado aumento tanto en términos nominales como reales observado durante la primera mitad del año", dice el informe.