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Macroeconomía

La inflación dispara la recaudación a niveles récord en un mandato marcado por medidas fiscales antiempresa

Termina una legislatura marcada por las crisis económicas, las iniciativas contra ella y las asignaturas tributarias que quedan pendientes. 

17 junio, 2023 03:43

En lo económico, la legislatura que termina en unas semanas es una de las más complejas que se recuerdan. Tanto, que sólo a mediados de este 2023 España ha recuperado los niveles de PIB previos a la pandemia. Pese a ello, la recaudación tributaria está en niveles nunca vistos. En unos años en los que, como parte de la batalla política, se han cuestionado hasta los datos relacionados con el empleo, nadie duda de que los ingresos fiscales han roto techo y están en cifras de récord. 

¿Cuál es la causa de este fenómeno? Principalmente, la propia marcha económica y la galopante inflación de 2022. Las políticas fiscales del Gobierno han ido principalmente en el camino de rebajar el impacto de las sucesivas crisis en determinadas poblaciones... y en cargar de fiscalidad a ciertos sectores, con resultados todavía por ver.

Esto ha conducido a que en los últimos tiempos, las medidas del Ejecutivo hayan sido consideradas en determinados círculos como antiempresa. Tampoco han ayudado a ello las declaraciones de varios miembros del Gobierno, incluido Pedro Sánchez, tirando piedras contra los beneficios del sector privado. 

"Entre 2019 y 2023 han pasado muchas cosas: una pandemia, una crisis inflacionaria, etcétera. Y aún así la reforma fiscal prometida a Europa está sin hacer", indica Francisco de la Torre, inspector de Hacienda y autor de los libros Y esto, ¿quién lo paga? y ¿Hacienda somos todos?. "Seguimos teniendo un problema de déficit estructural. Y se ha pretendido abordar desde el punto de vista del ingreso, obviando el problema del gasto", añade.

De la Torre es de los que opinan que el Gobierno, en los últimos dos años, ha optado por unas políticas fiscales antiempresas. "Se han tomado como medidas para castigar, tal y como se ha comunicado, unos beneficios excesivos. No hay razones recaudatorias. Impuestos del tipo que se han aprobado se usan cuando se trata de una actividad que no es deseable, como el juego", subraya.

De La Torre se refiere a los impuestos a la banca y a las empresas energéticas que se aprobaron a finales del año pasado y que se aplicarán este ejercicio (en el que se espera una recaudación de unos 2.900 millones de euros) y el próximo.

Estas medidas fiscales están en los tribunales y han sido muy discutidas por el mundo empresarial y económico. "Estas iniciativas son preocupantes. El Gobierno tiene libertad para aplicarlas pero hay que ir con mucho cuidado para no demonizar sectores", precisa Valentí Pich, presidente del Consejo General de Economistas. 

Admite que le preocupa "el discurso" y la "puesta en escena" que el Gobierno ha hecho respecto a los propios tributos. 

Dentro del paquete tributario que se aprobó a finales de 2022 también está el polémico Impuesto de Solidaridad a las Grandes Fortunas, una figura tributaria que nace mal diseñada y sobre cuya recaudación cada vez hay más dudas. "Es una figura muy desacertada. Los impuestos son una cosa seria", opina Pich. 

Curiosamente, sin la aportación de estas nuevas figuras tributarias, los ingresos fiscales totales superaron los niveles prepandemia en 2021 (cuando la economía todavía estaba recuperándose de la irrupción de la Covid) y rompieron todos los récords cuando quedaron por encima de los 255.463 millones de euros el año pasado.

El IRPF creció un 7,5% y un 15,8% en 2021 y en 2022, respectivamente. El IVA lo hizo un 14,5% y un 13,9%. ¿Las causas? El importante crecimiento del empleo, el aumento del consumo postCovid y, sobre todo, la inflación

Cabe recordar que los precios subieron, de media, más de un 8,4% en 2022, una escalada que se inició en 2021 por el coste de la energía y que se encrespó después por la guerra en Ucrania, que además encareció toda suerte de materias primas (que ya tenían unos costes tensionados por los problemas de abastecimiento que sucedieron durante la pandemia). 

Según los cálculos del Ministerio de Hacienda, la inflación ha sido la causante de alrededor de un tercio del incremento de la recaudación fiscal en 2022. Sin embargo, De la Torre recuerda que también ha llevado a que los españoles "estén pagando el tipo de IRPF más elevado de la historia, y sigue subiendo".

¿Por qué? Por el fenómeno conocido como progresividad en frío, que sucede por las subidas salariales que suelen acompañar a los incrementos de los precios. Dichas subidas salariales no mejoran el poder adquisitivo, sólo lo mantienen.

Sin embargo, provocan que determinados trabajadores escalen un tramo del IRPF y paguen más impuestos sin haber mejorado su situación económica

[La presión fiscal se redujo en 2022 al 38,7% del PIB pese a que el tipo medio de IRPF fue el más alto de la historia]

Economistas y el Partido Popular reclamaron al Gobierno que deflactaran este tributo para impedir este efecto. Sin embargo, el Ejecutivo se negó. En cambio, varias comunidades autónomas sí han deflactado sus tramos autonómicos de IRPF, al menos en las rentas bajas. 

Esto no significa que el Gobierno no aplicara medidas tributarias para paliar el efecto, al nivel fiscal, del incremento de los precios de la energía (principal causa de la inflación general). Hace ya dos años que se inició la rebaja del IVA que se aplica a la electricidad de los pequeños consumidores del 21 al 10%, la suspensión temporal del impuesto del 7% sobre la generación eléctrica y la reducción al mínimo permitido por la Unión Europea del impuesto especial sobre la electricidad, del 5,1% al 0,5%.

Recortes que se han ido complementando, aplicándolos a la factura del gas natural. Estas rebajas se mantienen hasta final de 2023 y han tenido hasta ahora un impacto de 18.000 millones de euros. Que no han entrado a las arcas públicas, claro. 

Además, cabe recordar que en este campo también se activó una bonificación de los combustibles (que, paradójicamente, benefició más a las rentas con más recursos) y todavía está activa la rebaja del IVA de los alimentos

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y María Jesús Montero, ministra de Hacienda y Función Pública, en una Ejecutiva del PSOE.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y María Jesús Montero, ministra de Hacienda y Función Pública, en una Ejecutiva del PSOE.

Con todo esto, y pese a ello, se han batido récords de recaudación. Lo cierto es que hay medidas que se vienen tomando en estos años que también hacen su aportación, aunque no se pueda confirmar al 100%

Por ejemplo, está el paquete de medidas contra el fraude fiscal que se aprobaron en 2021, entre las que se encuentran la reducción de la cantidad máxima en efectivo que se puede pagar, que se bajó a 1.000 euros.

Con medidas como esta se ha aportado al "afloramiento de economía sumergida", opina José María Mollinedo, secretario técnico de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha). También ha destacado medidas como las activadas en el campo de las sicavs "para que no sirvan como vehículo de elusión fiscal". 

"Este Gobierno ha subido algunos impuestos, pero también los ha bajado", afirma por su parte Miguel Sebastián, exministro de Industria. "Pero ha bajado más que los que ha subido", puntualiza.

Rendimientos del trabajo

Sebastián no hace alusión únicamente a las rebajas temporales que se han aplicado en el ámbito energético o, en su momento, al IVA de mascarillas y otros productos sanitarios. También a la ampliación que ha comenzado a operar este 2023 de la reducción por rendimientos del trabajo en el IRPF, a la que se pueden acoger los contribuyentes con un salario bruto de hasta los 21.000 euros. 

Por otro lado, Mollinedo celebra los aumentos de los tipos de IRPF para rentas altas que el Gobierno ha aplicado a través de los Presupuestos Generales del Estado en los últimos años. "Colaboran con la progresividad". 

Con todo, lo que no ha habido es una reforma fiscal que sí que se ha prometido a la Comisión Europea (forma parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia) y que ha quedado postergada por la guerra en Ucrania y la crisis inflacionaria. 

Es decir: asignaturas tributarias pendientes. Unos deberes que se concentran en la fiscalidad medioambiental. Concretamente, en la de los combustibles. El próximo Ejecutivo tendrá que aplicar la equiparación fiscal del diésel con la gasolina. Es decir, encarecer el gasóleo

[Vuelve el fantasma de una subida del impuesto del diésel, pero el 50,3% de los españoles no prevé comprar un eléctrico]

"Se acabará haciendo en el futuro", considera Mollinedo. "Pero es un brindis al sol". Tanto para él como para Valentí Pich, las elecciones europeas del próximo año harán que Bruselas sea más magnánima con sus reclamaciones.

Una suerte para un futuro Gobierno que tendrá numerosos retos por delante. Entre ellos, llevar el déficit al 3% del PIB o incluso por debajo. La fiscalidad será una de las herramientas para ello.