Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación general subió hasta el 6% en febrero en comparación anual. En el caso de la tasa subyacente -que excluye del cálculo la energía y los alimentos frescos, por ser los componentes más volátiles- se elevó hasta el 7,6% en el segundo mes del año. Superó, por tanto, en más de punto y medio al índice general.

Dicha subida, tal y como explicó el organismo estadístico, se debió al aumento de los precios de los alimentos, sobre todo, de los frescos, que repuntaron un 16,6%. Y, según ha avanzado esta misma semana el Banco de España, los precios de los alimentos se van a mantener en aumentos históricos.

Precios

Exactamente, el organismo supervisor pronostica un incremento de los precios de estos productos del 12,2% para este año, muy por encima del 7,8% que había previsto en diciembre, debido al retardo en la transmisión de los aumentos de costes de los últimos trimestres a los precios de consumo.

En sentido contrario, desde Economía explican que existe un lapso de tiempo para que las bajadas de los costes se traduzcan en descensos de los precios. Sin embargo, reconocen que ese trasvase está “tardando más de lo que podría anticipar”.

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Explican que "otros factores que están afectando a los precios", como la subida del precio del arroz en los mercados internacionales, la escalada del coste del aceite de oliva y el aumento del valor de las hortalizas y verduras frescas ante la escasez de la oferta.

En cualquier caso, fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos defienden que la tendencia de la escalada de los precios de los alimentos “se ha frenado”. Achacan la mejora a la decisión del Gobierno de suprimir, desde el pasado 1 de enero, el IVA de los productos que ya tenían el tipo reducido del 4% y, además, bajar del 10% al 5% el de los aceites, incluido el de oliva, y las pastas.

Márgenes

“Si bien es cierto que todavía uno de los núcleos de la inflación que muestran resistencia a la baja es el precio de los alimentos”, en Economía esperan que “se vaya reflejando la bajada de los costes” y que eso, finalmente, también reduzca la inflación.

El Ministerio de Asuntos Económicos, el de Agricultura y el de Industria, además de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) vigilan de forma “muy estrecha” la evolución de los precios, los costes y los márgenes empresariales de toda la cadena alimentaria.

Fuentes de Economía subrayan la importancia de la mencionada vigilancia para la moderación de los precios, al igual que la "responsabilidad de las empresas" y la propia competencia de las compañías.

Sobre este último asunto, las mismas fuentes consideran que la bajada de costes que se está registrando en los últimos meses -por ejemplo, de la energía- puede ser aprovechada por las empresas para reducir los precios a través de ofertas y descuentos.

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"Es fundamental la vigilancia y también la responsabilidad de las empresas porque las ampliaciones de márgenes en este entorno son pan para hoy y hambre para mañana", señalan desde el Gobierno.

Por otro lado, según el Ejecutivo, los efectos de segunda ronda de la inflación se mantienen contenidos hasta el momento y los niveles de márgenes registran valores "normales" y similares a los registrados antes de la pandemia, si bien son "heterogéneos" según los sectores.

De hecho, el Banco de España no detecta que existan efectos de segunda ronda. "No hay evidencias de que se estén produciendo efectos de segunda ronda, en ningún caso en el caso de los salarios y en el caso de los márgenes tampoco existe evidencia", aseguran desde Economía.