Un joven trabaja en un taller.

Un joven trabaja en un taller. Efe

Empleo Hoy

España, por detrás de Grecia e Italia en ocupación juvenil: los menores de 30 no recuperan los niveles de empleo precrisis

La situación es más grave para los jóvenes entre 25 y 29 años, quienes ya deberían estar incorporados al mercado laboral.

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Las claves

España se sitúa entre los últimos países de la UE en ocupación juvenil, solo por delante de Grecia e Italia.

El 72% de los jóvenes españoles de 25 a 29 años están ocupados, inferior al 77% promedio europeo.

La tasa de temporalidad entre los jóvenes españoles es del 33,54%, más del doble que la media nacional.

La prolongación de estudios y la precariedad laboral retrasan la emancipación y afectan la fecundidad en España.

Más malas noticias económicas para los jóvenes españoles: los menores de 30 años no han recuperado los niveles de empleo previos a la crisis de 2008. La situación es más grave para la población entre 25 y 29 años, quienes ya deberían estar incorporados al mercado laboral.

Así, España se mantiene a la cola de la Unión Europea (UE) en ocupación juvenil, sólo por detrás de Italia y Grecia, según los datos recopilados por Funcas.

En una nota de coyuntura social, el centro de análisis de las antiguas cajas de ahorros, subraya que en España, está ocupado el 72% de los jóvenes de 25 a 29 años.

El porcentaje es claramente superior al mínimo de 2013, 58%, pero todavía está por debajo del máximo de 2007, cuando alcanzó el 79%.

La tasa de ocupación del segmento de 20 a 24 años alcanza el 43%, cifra inferior al máximo anterior a la crisis financiera (58%) a pesar de registrar una tendencia ascendente en los últimos años.

Por el contrario, entre los más jóvenes, aquellos de entre 16 y 19 años, apenas hay signos de recuperación. Su tasa de ocupación es del 8%, menos de la mitad que antes de la crisis e incluso que en los años ochenta.

Otras estadísticas también reflejan que para los jóvenes entrar en el mercado laboral es ahora difícil que antes de la crisis financiera, que en el caso de España continúo con la burbuja inmobiliaria y se extendió con los problemas de deuda.

Según la Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el INE, a cierre de 2007 había más de 4,8 millones de jóvenes de entre 16 y 29 años ocupados. En el segundo trimestre de este 2025 había 3,34 millones. Es decir, casi 1,5 millones menos.

La fotografía es similar si se analizan los datos de afiliación a la Seguridad Social. A 31 de diciembre de 2007, había casi 4,4 millones de afiliados menores de 30 años. Ahora hay unos 3,35 millones.

A su vez, la tasa de paro juvenil se mantiene en niveles superiores a los de hace 18 años. Exactamente, se encuentra en el 18,54%.

Entre la población de 16 a 19 años, la tasa de desempleo es del 39,9%, casi 9 puntos más que en 2007. De 20 a 24 años, es del 21,3% (seis puntos más) y de 25 a 29 años, del 13,7% (casi cuatro puntos superior).

La tasa de paro general también se mantiene por encima del estallido de la burbuja inmobiliaria, aunque converge en mayor proporción.

Cerró el segundo trimestre del año en el 10,29%, todavía por encima del 8,57% de 2007, pero cada vez más cerca.

Peor que Europa

En Funcas ponen el foco en que casi un tercio de los jóvenes de 25 a 29 años no está trabajando. El dato es llamativo, ya que la tasa de ocupación debería ser mayor en un rango de edad en el que la mayoría de jóvenes ya ha terminado su formación.

El 72% de ocupación en esta cohorte de edad es cinco puntos inferior a la media europea, que se sitúa en el 77%. Sólo Italia (62,9%) y Grecia (67,7%) cuentan con una ocupación inferior.

La tasa nacional está muy lejos de la de Lituania (84%), los Países Bajos (87%) y Malta (90%), que son las más elevadas.

Tanto la tasa masculina (73%) como la femenina (71%) es inferior a la media europea, que es del 80% para los jóvenes ocupados de entre 25 y 29 años y del 71% para las jóvenes.

Por el contrario, la tasa de actividad de los jóvenes españoles sí coincide con la media de la UE: ambas se sitúan en el 84%. En este caso, España ocupa el puesto 19 de los 27 países del bloque.

La posición relativa de España en cuanto a la tasa de actividad en Europa es peor para los hombres que para las mujeres. La tasa masculina (86%) es inferior a la media europea (88%), pero la femenina (82%) es superior a la media (80%).

"Más precario"

No hay una única causa que explique por qué la ocupación de los jóvenes españoles es inferior a la de otros países de nuestro entorno. Tal y como señala María Miyar, directora de Estudios Sociales de Funcas se trata “más bien de una combinación de factores estructurales”.

El mercado laboral español es más precario para los jóvenes, con alta temporalidad y trayectorias inestables”, advierte.

Según los datos de la EPA del segundo trimestre analizados por el Injuve, la tasa de temporalidad para los menores de 30 años se sitúa en el 33,54%. La de todos los asalariados es del 15,4%.

Los jóvenes sufren una mayor temporalidad y reciben salarios más bajos. Tomando como referencia la Encuesta Anual de Estructura Salarial de 2023, la última disponible, un joven de entre 20 y 24 años percibe una renta bruta media de 15.364,17 euros.

La cuantía es un 45% inferior que el salario medio nacional, que es de 28.049,94 euros.

Miyar también apunta que la prolongación de los estudios juega un papel importante. “Una parte creciente y muy abundante de los jóvenes que no trabajan están cursando estudios, reglados o no”, subraya.

“Que se formen no debería ser en principio un problema, pero es natural que surjan preocupaciones cuando a una edad como la de 25 a 29 años aún un porcentaje importante de jóvenes se esté formando, quizás desanimados por las perspectivas laborales que se les ofrecen, añade Miyar.

En conjunto, “se trata de una inserción laboral más tardía y frágil que la de generaciones anteriores”.

Tal y como advierten desde Funcas, los datos de actividad y ocupación de los jóvenes españoles provocan un retraso en su emancipación, que es una de las causas de la baja fecundidad en nuestro país.

“En efecto, la emancipación no sólo no ha mejorado en los últimos años, sino que ha empeorado: en 2009 vivía en casa de sus padres el 47% de la población de 25 a 29 años (la cifra mínima más reciente); en 2025 lo hace el 56%”, recoge el think tank de las cajas de ahorro.