Eduardo Vara, autor de Maldito trabajo.

Eduardo Vara, autor de Maldito trabajo. Ariel

Empleo Hoy

Esfuerzo o sacrificio: la fina línea entre mantener la vocación o caer en la explotación laboral

Maldito Trabajo. Sobrevivir a la cultura del sacrificio y repensar la vocación presenta a los trabajadores más altruistas como los más quemados.

1 abril, 2024 02:39

"La verdadera vocación es la manera en que decidimos estar en el mundo y el trabajo es un elemento más de cómo estamos en el mundo", asegura a EL ESPAÑOL-Invertia Eduardo Vara, pediatra y autor de Maldito Trabajo. Sobrevivir a la cultura del sacrificio y repensar la vocación (Ariel, 2024). El libro nace de su propia relación con la vocación y analiza cómo las narrativas centradas en el éxito y los modelos laborales excesivamente "militaristas" terminan quemando a los trabajadores más altruistas.

Vara sostiene que la vocación existe, no tanto como "una vocecita que te está diciendo que vayas a un sitio", sino como un "instinto" del ser humano para contribuir a su entorno, un "propósito vital". "Nos queremos sentir parte de un grupo y tenemos esta necesidad de vernos como seres que aportan cosas", apunta.

Esa aportación vocacional se traduce en trabajo. El problema llega cuando "la sociedad lo tergiversa o lo utiliza para otros fines", y cuando la vocación se diluye en los límites nada claros del esfuerzo y el sacrificio.

Imagen de archivo.

Imagen de archivo. Europa Press

"Yo creo que no lo tenemos nada diferenciado. Una de las cosas más importantes es empezar por ahí, empezar a diferenciar lo que es esforzarse, que es algo totalmente necesario (...), y otra cosa es sacrificar. Sacrificar quiere decir asumir pérdidas, destruir cosas, destruir espacios de ocio, destruir relaciones con nuestra familia para ofrecer eso a otra cosa, o que sea eso el rendimiento en una empresa o en un trabajo", precisa a este periódico.

Desde su experiencia como médico, y después de contar él mismo en el libro cómo su vocación se tornó en sacrificio, cree que las profesiones más expuestas a entornos laborales abusivos son las más vocacionales. "Ocurre en los sectores más altruistas, en las profesiones que tienen una vocación de servicio y el servicio nunca acaba, siempre hay alguien a quien ayudar", reconoce Vara.

Narrativas de éxito

La vocación convive con los mensajes de una sociedad que aspira al éxito. "Nos venden esta idea de que tenemos que ser la mejor versión de nosotros mismos", lamenta Vara. 

El trabajador, continúa, termina creyéndose esos mensajes y convenciéndose de que cuanto más se sacrifique, más conseguirá. Siempre alentado por las historias exitosas, al menos en apariencia, de un entorno más o menos próximo.

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"El sistema tenía un poco controladas todas las narrativas y se dedicaba a publicitar mucho y muy bien a todos los exitosos (...). No es más que una estrategia de marketing, porque sabemos que detrás de cada historia de éxito hay muchas más historias de fracaso", insiste el autor del libro.

De hecho, Vara descarta que el empeño sea predictor del éxito y apunta más al "soporte socioeconómico" familiar o social que se tenga detrás para alcanzar esas metas. 

A lo largo del libro, Vara hace múltiples referencias a la historia, la psicología y, también, la religión, de donde procede ese concepto de vocación, de llamada. Cree que vocación religiosa y laboral comparten, en el fondo, "la misma épica y narrativa". 

También los mismos personajes. "Tenemos profetas que nos dicen lo mucho que tenemos que esforzarnos (...). Tenemos santos que ahora son los emprendedores exitosos o la gente que llega a la experticia en algún área. Hemos calcado totalmente esa dinámica", compara.

Trabajadores quemados

Entre "profetas" y "santos" laborales, no resulta extraño que exista una "mistificación" del trabajo con raíces mundanas: el trabajo da estatus, prestigio y ganancias. "Muchas empresas y trabajos nos venden esa idea de que nos podemos realizar a través de ellas", continúa Vara.

Dentro de los entornos de trabajo, el autor de Maldito trabajo observa modelos laborales "militaristas", con rígidas jerarquías verticales. El poder se concentra "arriba del todo" e impone su disciplina al resto de la plantilla. 

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Para Vara, ese liderazgo casi castrense en los espacios de trabajo es lo contrario a las cualidades que debe tener un jefe para no agotar las vocaciones de sus empleados. De hecho, define el liderazgo como "la vocación que mayor intención de servicio, de escucha y de empatía debería tener hacia los demás". 

Sin embargo, cree que los entornos laborales, lejos de avanzar hacia la empatía, se encaminan hacia "una cultura en la que cada vez se exprime más al trabajador y se espera más de él a cambio de menos". Ahí es cuando el trabajador empieza a quemarse.

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En su libro, Vara señala al contexto laboral y no tanto al trabajador como responsable del burnout o síndrome del trabajador quemado. "Nadie se lanza a las llamas porque quiera quemarse (...). Tiene que ver con culturas laborales que los llevan al extremo, que les hacen chantaje emocional", matiza, en declaraciones a este periódico.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) añadió el burnout a su Clasificación Internacional de Enfermedades en 2019. En 2022, la OMS y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtieron a los Gobiernos de que el trabajo era una de las principales causas del desarrollo de diversos trastronos mentales, como recuerda Vara en su libro.

Más que trabajo

Vara dedica casi todo su libro a investigar sobre la vocación y los contextos laborales y sociales que llevan a muchas personas a sufrir por trabajar, a pesar de que en algún momento esa misma actividad pudiera suponerles una satisfacción casi plena. Lejos de caer en la desesperanza, dedica el último capítulo del libro a "Trabajar contra el cinismo" y a pincelar medidas que cultiven las vocaciones en vez de destruirlas.

El entorno hace, pero el trabajador tiene que "ser práctico". "Por mero instinto de supervivencia, uno debería saber dónde poner los límites (...), hacer un ejercicio práctico de realismo", recomienda a aquellos consumidos por su vocación.

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Vara, que ha pasado por eso, sabe que decirlo es fácil pero asumirlo, a veces, puede ser frustrante. "Somos mucho más que nuestro trabajo, mucho más que nuestra identidad laboral. Somos muchas otras cosas y podemos identificarnos con otros aspectos de nuestra vida", aconseja. 

Él mismo ha pasado por una transformación de su vocación como médico, que ya vive "de otra manera". Ahora lo tiene claro: "No voy a dejar mi salud mental por una vocación, la que sea".