El Consejo de Ministros aprobó este martes el desarrollo reglamentario para aplicar esta cotización adicional de solidaridad. Esta cuota se gravará sobre la parte del salario que actualmente no cotiza a la Seguridad Social por superar la base máxima de cotización.

Este 2024, la base máxima está fijada en 4.720,50 euros al mes, por lo que todo lo que quede por encima de esa cifra estaba, hasta ahora, exento de cotización. A partir del año que viene, y de forma gradual, esa parte también contribuirá a la Seguridad Social, aunque de diferentes maneras.

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Si bien es pronto todavía para conocer las bases de cotización de 2025, el punto de partida de la base máxima arrancará en esos 4.720,5 euros. No obstante, lo que sí se sabe ya es cómo quedarán los tramos de rendimiento para las retribuciones que superen ese nivel. 

Aquellos cotizantes que excedan hasta un 10% la base máxima tendrán una cuota de solidaridad del 0,92%. Entre el 10% y el 50% adicional, el tipo de cotización será del 1%, y cuando ya se vayan más allá del 50%, la cotización adicional solidaria se situará en el 1,17%.

Eso será así sólo el primer año, ya que la reforma de las pensiones, en esta segunda pata pactada entre el Ministerio, CCOO y UGT (la patronal se abstuvo), establece el tipo de cotización solidaria gradual hasta 2045. Cada año, la cuota solidaria se incrementará en torno a un 0,25% adicional.

El objetivo es que en 2045 quede completamente desarrollado. Para ese año, las retribuciones desde la base máxima hasta 10% adicional de la base máxima tendrán un tipo de cotización solidaria del 5,5%, que ascenderá al 6% en el tramo de entre el 10% y el 50% superior a la base máxima. Para los que ya excedan el 50% de la base máxima, la cuota será del 7%.

La Seguridad Social considera que esta es una de las medidas más novedosas de la reforma de las pensiones y nace con el fin de "preservar el componente redistributivo propio de un sistema público de pensiones de reparto", como consta en el Real Decreto-ley de 2023. En él, también se especifica que la distribución del tipo de cotización por solidaridad entre empresario y trabajador mantendrá la misma proporción que la distribución del tipo de cotización por contingencias comunes.

No obstante, esta cotización adicional de solidaridad es solamente una aportación neta al sistema y, en ningún caso supone un mecanismo de destope. Por tanto, el cotizante al que se le aplique esta medida redistributiva no tendrá, a cambio, ninguna prestación ni generará ningún derecho. 

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Entre las cuestiones pendientes de la reforma de pensiones también está el incremento gradual de la base máxima de cotización. El Ministerio estableció un plazo que va de 2024 a 2050, de acuerdo con el IPC más 1,2 puntos porcentuales.

La Seguridad Social, en su informe "Proyecciones del gasto en pensiones contributivas del sistema de la Seguridad Social", calcula que el impacto de la tasa de solidaridad representará una décima del PIB para 2050. Está previsión coincide con la de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).