El ente del Ministerio de Economía acaba de publicar el dato más reciente de rentas de los españoles (que corresponde al recién terminado 2023). Según esta información, los jubilados de nuestro país ingresan de media unos 17.349 euros al año. 

En cambio, los ocupados de nuestro país cobran sólo unos 15.960 euros anuales. Es decir, 1.389 euros de media menos que las personas jubiladas, casi un 9% (concretamente un 8,7%) menos. 

La diferencia de rentas entre ocupados y jubilados registrada en 2023 es superior incluso a la de 2022, cuando la variacion fue del 7,3% a favor de los españoles pensionistas. 

Lo cierto es que este fenómeno, que la población activa ingrese de media menos que la jubilada, no es nuevo. Viene sucediendo de forma sistemática desde el año 2013. Es decir, que se trata de algo que ocurre desde que irrumpió la crisis financiera o la gran recesión de hace 10 años. 

Con todo, el techo de este fenómeno sucedió en medio de otra crisis: la de la Covid, cuando se combinó con el inicio de la espiral alcista de precios de la energía. Hablamos del año 2021, cuando las rentas de los jubilados eran un 12,6% superiores. 

La información de la Encuesta de Condiciones de Vida ahonda en cómo el incremento de la inflación de 2023 ha aumentado la población en riesgo de pobreza pese al aumento de renta de los españoles. 

De media, los ingresos de cada español (contando tanto trabajadores activos como jubilados u otros perfiles en edad de trabajar) está en los 14.082 euros, un 8,3% anual más. 

Pero ello no ha impedido que la población en riesgo de pobreza severa se haya elevado hasta el 26,5% (medio punto más). La elevada inflación de los últimos años y la pérdida de poder adquisitivo estarían detrás de esta evolución. 

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Hay más datos que apuntan a estos problemas. El 37,1% de los hogares carece de capacidad para afrontar gastos imprevistos. Para hacerlo, tienen que recurrir a préstamos o compras a plazos para pagar gastos habituales.

La estadística indica que un tercio de los hogares no se puede permitir una semana de vacaciones al año y que el 10% de los hogares se retrasa en los pagos a la hora de abonar gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca, alquiler, comunidad, etc.).

Por otro lado, el 21% de las familias no puede mantener la vivienda a una temperatura adecuada. Máximo histórico de esta estadística. Así mismo, el 6,4% de los hogares no se puede permitir comer pollo, carne o pescado al menos cada dos días, porcentaje un punto superior al de 2022 y también el más alto desde el inicio de la serie.

Los datos de Estadística también reflejan que el 6% de los hogares no puede permitirse disponer de un automóvil, dos décimas más que en 2022, y que el 29,9% no puede sustituir muebles estropeados o viejos, el porcentaje más alto desde 2020.