Su secretario general, José María Mollinedo, constata que la brecha salarial "se ha reducido sustancialmente" en los últimos años. No obstante, admite en declaraciones a EL ESPAÑOL-Invertia que "existe un lento recorrido" hasta la desaparición de las diferencias salariales.

Los datos para calcular el tiempo que se necesitará para la igualación de los salarios se basan en la evolución de las estadísticas de retenciones de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT), entre 1999 y 2022. En ese último año, el salario medio de una trabajadora en España fue de 20.138 euros anuales, 5.000 euros menos que un hombre, y con una brecha del 24,8%.

Dos camareros en la plaza Real de Barcelona, en una imagen de archivo. David Zorrakino Europa Press

Precariedad, menor tasa de ocupación, carreras profesionales intermitentes por los cuidados o menor presencia femenina en los altos puestos, donde están los mejores salarios, son algunas de las razones que, para Gestha, están detrás de ese casi 25% que separa la remuneración de hombres y mujeres. Mollinedo añade una causa más: la parcialidad.

"Las mujeres están ocupando puestos con una duración de la jornada inferior a la completa. Esto se produce en la época de los nacimientos de los hijos y de cuidado de los hijos menores, pese a todas las medidas de conciliación y la mayor concienciación de los padres", añade. 

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En el cuarto trimestre de 2022, mismo año que se toma como referencia en el estudio de Gestha, la Encuesta de Población Activa (EPA) contabilizó 2.781.700 trabajadores a tiempo parcial. De esos, el 73,54% eran mujeres (2.045.600), frente al 26,46% de hombres (736.100).

El informe de Gestha no es el único que analiza la brecha salarial en España. Con motivo del Día para la Igualdad Salarial, que se celebra este jueves, UGT presentó esta semana un estudio en la misma dirección. En su caso, la información procedía de Encuesta de Estructura Salarial, con datos de 2021, que evidenciaban una brecha salarial del 18,36%, con una leve reducción de 0,36 puntos respecto a 2020.

Influencia del SMI

El paso de los 100 a los 25 años que calcula Gestha responde "al cambio cultural" en cuanto al trabajo y la conciliación, como apunta Mollinedo, pero también han intervenido otros factores, como las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que acumula un incremento del 54% desde 2018 hasta 2024.

Con datos de 2022, Gestha calcula que más de 3,9 millones de mujeres no cobraban, en el conjunto del año, el importe del SMI. De esta forma, el 42,5% de las ocupadas no llegaban a 14.000 euros anuales. En la parte contraria, donde se mueven salarios por encima de 56.000 euros, la presencia femenina caía por debajo del 40%, hasta ser casi testimonial entre los salarios de 140.000 euros anuales

Una dependienta en una juguetería. Álex Zea Europa Press

Al ser mujeres la mayor parte de las perceptoras de esta renta mínima, sus sucesivas revalorizaciones han hecho que la brecha entre mujeres y hombres se acorte. "Eso significa que la mejora del SMI va mejorando esta situación. Indudablemente, ellas están ocupando esos puestos y también ayudan a impulsar retribuciones que estaban por encima", explica Mollinedo a EL ESPAÑOL-Invertia.

El análisis de UGT es el mismo. En su informe, califican de "indiscutible" la "influencia directa" del SMI en "el descenso de la brecha salarial" y la vicesecretaria general del sindicato, Cristina Antoñanzas, recalcó durante la presentación del estudio que esta renta representa "un dato importantísimo para reducir la brecha".

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Como no podía ser de otra manera, también defiende el impacto positivo del SMI la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Esta semana, tras el Consejo de Ministros del martes, aseguró en un vídeo en redes sociales que se trata de "una medida profundamente feminista" que "ha tenido un impacto indiscutible".

El camino para reducir la brecha salarial que seguirá el Ministerio de Trabajo se enfocará en seguir incrementando los salarios y en la reducción de jornada. Gestha coincide con la vicepresidenta segunda en que la rebaja de la carga horaria puede contribuir a estrechar las diferencias salariales entre hombres y mujeres.

Varias personas pasean con un carrito de bebé en el parque de El Retiro. Jesús Hellín Europa Press

"Reduciría mucho la brecha salarial. Si se generalizase la jornada de cuatro días o de menos horas, seguramente ahí la mujer podrá conciliar mejor. Lo deseable sería que hubiera un cambio cultural completo", pronostica Mollinedo. 

Gestha defiende que son estas medidas, más políticas, las que impulsarán la reducción de la brecha. El secretario general del sindicato de los Técnicos de Hacienda descarta así que la solución sean las medidas fiscales.

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"Muchas veces se magnifican las medidas tributarias para resolver problemas, pero eso puede ser una coartada de muchos gobiernos para decir que se pueden estar aplicando medidas o políticas. A la hora de observar las estadísticas de quién utiliza esas reducciones, son muy pocas personas. Así no se resuelven los problemas", asegura.

En su lugar, Gestha aboga por una "estrategia como país", con acuerdos entre el Gobierno estatal y los autonómicos. Entre las iniciativas que proponen se encuentran la dotación presupuestaria para el aumento del número de plazas en las escuelas públicas infantiles de 0 a 3 años, así como en los centros especializados para la atención y el cuidado de las personas mayores o dependientes.