Ursula von der Leyen y Donald Trump, durante la firma del acuerdo arancelario entre la UE y EEUU en julio en Escocia

Ursula von der Leyen y Donald Trump, durante la firma del acuerdo arancelario entre la UE y EEUU en julio en Escocia Comisión Europea

Economía

El conflicto de la aceituna de mesa española pone a prueba la nueva 'amistad' comercial entre Bruselas y Trump

La UE obtiene luz verde para imponer a EEUU represalias por 13,6 M$ por el histórico conflicto. Deberá resolver cómo avanzar sin desatar otra batalla.

Más información: De Mora (Asemesa), tras 7 años bajo los aranceles de EEUU: "Hay que asumir que Trump es como es y plantarle cara"

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Las claves

La UE planea tomar represalias comerciales contra EE.UU. por los aranceles a la aceituna de mesa, un conflicto que se remonta a 2017.

La OMC ha autorizado a la UE a imponer medidas de respuesta por un valor de 13,64 millones de dólares debido al incumplimiento estadounidense de sus normativas.

La Asociación de Exportadores de Aceitunas de Mesa ve en el reciente acuerdo comercial entre EE.UU. y la UE una oportunidad para resolver el problema de los aranceles.

Tres meses después de sellar la paz con Trump mediante un acuerdo que limitaba al 15% los aranceles con los que llevaba meses amenazando el exmagnate, Bruselas se dispone a poner a prueba esa casi recién nacida tregua.

Lo hará empujada por un ya histórico conflicto español, el de la aceituna de mesa. Considerada la madre de todas las disputas arancelarias iniciadas por Trump desde que es presidente –arrancó en 2017, en su primer mandato– la situación acaba de llegar a un punto crítico.

Porque después de ocho años de análisis, idas y venidas sobre si EEUU se había excedido al imponer estos recargos y si se hacía el despistado para no retirarlos, tal y como instó a hacer la Organización Mundial del Comercio (OMC), el organismo dice 'basta' y autoriza a la UE a tomar represalias.

En concreto, le da luz verde para emprender medidas de respuesta contra ese país por valor de 13,64 millones de dólares, unos 11,7 millones de euros.

La decisión se toma ante el incumplimiento de EEUU de anteriores pronunciamientos de la OMC en esta trifulca. Hace dos años, por ejemplo, el arbitraje apuntó que los recargos del 31% a la aceituna de mesa no cumplían las normativas comerciales de la organización y debían ser corregidos.

Nada pasó y ahora la UE debe mover ficha. El problema es que la decisión, largamente esperada por el sector de la aceituna negra, llega en un momento "incómodo" para la Comisión que preside Ursula von der Leyen.

"En agosto llegamos a un acuerdo. El choque –si la UE lo quiere hacer– en este momento sería bastante torpe", considera Julio Guinea, profesor de Derecho de la Unión Europea y Relaciones Internacionales en la Universidad Europea.

Guinea apuesta por elaborar medidas "quirúrgicas" sobre ciertos productos y sectores, en algún caso sin descartar medidas contra ítems icónicos que ya barajó UE por la disputa comercial de este año, como las Harley Davidson, sin que sea percibido en ningún caso como una "revancha".

¿Productos concretos?

"Tenemos que emplear el derecho de la OMC con inteligencia política: eligiendo productos muy concretos, limitando el impacto económico a nuestro favor y dejando la puerta abierta al diálogo siempre", insiste.

Porque en el horizonte no hay que descartar que una negociación con EEUU tras adquirir este poder de represalia lleve a que se quite por fin el arancel a la aceituna sin tener que aplicar nuevas medidas.

En el buen entendimiento también confía la Asociación de Exportadores de Aceitunas de Mesa (Asemesa). "Precisamente el mejor clima creado en relaciones entre EEUU y UE tras el acuerdo marco de agosto constituye una excelente oportunidad para dar solución total y definitiva al asunto de los aranceles", sostiene a este periódico su secretario general, Antonio de Mora.

Pero si EEUU no cumple voluntariamente y retira aranceles, apostilla, lo que se exige desde Asemesa es que las represalias a las que ahora tiene acceso la UE se ejecuten a la mayor brevedad.

Y así va a exponerlo directamente a los ministros de Agricultura, Luis Planas, y de Industria, Jordi Hereu, con los que ha pedido reuniones nada más conocer la resolución de la OMC. "El laudo constituye un respaldo firme a las reclamaciones de España y del sector", considera De Mora.

Diplomacia y estrategia

Ante el panorama, que se ha modificado con Trump en plena gira asiática –tregua arancelaria con Xi incluida– la clave para Guinea está en los gestos que puedan hacerse para reivindicar la posición europea sin abrir una nueva batalla con el presidente de EEUU.

Ser firmes pero no parecer demandantes hasta un punto en que el carácter del exmagnate, que tiene además a España en la mira por ir a la cola de la OTAN en inversión en Defensa, vea una afrenta.

La cifra de las represalias ayuda a esa estrategia. Porque realmente es bastante inferior a lo que había solicitado la propia UE, que pidió a la OMC hace un año poder dictar contramedidas por valor de unos 35 millones de dólares (30 millones de euros), cifra que más tarde redujo a 30,5 millones de dólares (26,1 millones de euros).

Lo autorizado ahora, por tanto, "es una cantidad mínima", remarca Guinea, teniendo además en cuenta la magnitud de las relaciones comerciales entre EEUU y la UE, que superan los 1,68 billones de euros.

"El mensaje no es el volumen, sino el principio. Lo que la OMC ha constatado es que EEUU no ha cumplido", remacha. Ahora se abre el debate sobre cómo proceder, aunque deberá resolverse rápido: "Si no usa esto ahora, el caso se devalúa, por eso es delicado", considera este experto.