El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y la vicepresidenta primera, Nadia Calviño. EP

Economía

España crecerá en 2024 a un ritmo menor que antes de la pandemia pese a la inyección de los fondos europeos

El Banco de España enfría sus expectativas de recuperación y advierte que 2021 se cerrará con una ejecución de fondos europeos de 11.000 millones.

18 diciembre, 2021 05:30

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Si nada cambia, España recuperará el nivel de PIB previo a la pandemia en el arranque de 2023. El 'rebote en diferido' de la economía se traducirá en un crecimiento del 4,5% este año, del 5,4% en 2022 y del 3,9% en el ejercicio siguiente. Sin embargo, cuando llegue 2024 la economía española crecerá un 1,8%, según las últimas proyecciones del Banco de España. Es una décima menos que en 2019, cuando la pérdida de fuelle del avance del PIB ya era motivo de preocupación.

El dato es llamativo puesto que, para entonces, España ya habrá recibido 70.000 millones de euros de los fondos europeos. Y, precisamente, el objetivo de estas ayudas a fondo perdido procedentes de la UE es impulsar el crecimiento potencial de las economías que reciban el dinero.

Preguntado por esta situación, el director general de Estadística del Banco de España, Óscar Arce, explicó este viernes que "es muy pronto para hacer una valoración de cuál va a ser el impacto del programa" de fondos europeos porque "apenas ha echado andar".

"No hay precedentes históricos de una inyección similar. El impacto final va a depender del volumen de absorción que seamos capaces de ejecutar. También dependerá de los proyectos que se financien y de su efecto multiplicador no solo a efectos de la actividad corriente, sino de su capacidad de elevar de manera permanente el crecimiento potencial de la economía española", señaló Arce.

Sin embargo, en el Boletín Económico de la institución se establece un supuesto sobre la absorción de los fondos europeos (NGEU y REACT EU) partiendo de la "escasa" información disponible hasta la fecha.

En concreto, se espera que en 2021 se absorban unos 11.000 millones de euros. De esa cantidad, 5.000 millones serían de Next Generation EU (NGEU) y los otros 6.000 millones serían procedentes de los fondos React EU. Es una cifra significativamente inferior a los aproximadamente 32.000 millones de euros presupuestados por el Gobierno.

En 2022, la absorción esperada sube al entorno de los 27.000 millones de euros -cuantía que, en este caso, es más próxima a lo esperado por el Ejecutivo-. Y, en 2023, el Banco de España sitúa esa absorción de fondos en el entorno de los 23.000 millones de euros (frente a los 19.000 millones previstos por el Ministerio de Economía).

El enorme desfase de los fondos que esperaba ejecutar el Gobierno este año y la realidad que muestran los datos cuando estamos a punto de despedir el ejercicio se compensa en 2024. Para entonces, el Banco de España considera que todavía se absorberán transferencias a fondo perdido por algo más de 15.000 millones de euros, frente a los cerca de 2.000 millones contempaldos por el Plan de Recuperación y Resiliencia.

Año a año, en este horizonte, esas transferencias tendrán un impacto directo en el impulso del PIB. En 2021, la escasa ejecución de proyectos hará que solo aporten al crecimiento español un 0,3%. Mientras que, en 2022 y 2023, el impacto rondará el 1,8%.

En 2024, los fondos seguirán teniendo un efecto positivo y darán un impulso al PIB del 1,3%. A pesar de ello, España crecerá un 1,8%. Es decir, sin esa inyección millonaria procedente de la UE, España estaría en una situación casi de estancamiento económico.

Enfriamiento de expectativas

La complejidad de absorber los 140.000 millones de euros que la Unión Europea va a entregar a nuestro país ha enfriado la euforia con la que los economistas hicieron las primeras estimaciones de cuál sería el impacto en la economía nacional de la llegada de tal magnitud de recursos.

Sin embargo, ahora todo está a la espera de ver si los programas comienzan a ejecutarse y si las Administraciones son capaces de absorber estas transferencias que alcanzan los 70.000 millones de euros de aquí a 2024.

La otra gran incógnita es qué ocurrirá con las reformas estructurales que se han pactado con la Comisión Europea a cambio de este dinero. En cómo se hagan esas medidas está la clave del éxito o fracaso de NGEU como herramienta útil para hacer de España un país con un crecimiento más sostenible y sostenido en el tiempo.

El Gobierno ya ha anunciado que, en 2022, presentará un nuevo plan para solicitar a la UE los otros 70.000 millones de euros que le corresponden de NGEU aunque, en este caso, el dinero vendría en forma de préstamos en condiciones ventajosas.

Una oportunidad

En su Boletín Económico, el Banco de España destaca que "el recurso al programa NGEU puede convertirse en uno de los principales factores que determinen el devenir de la economía española en los próximos años".

De ahí que Arce calificara de "gran oportunidad" este programa de ayudas y subrayase "la importancia de escoger bien esos proyectos y acompañarlos de reformas estructurales".

Las estimaciones de crecimiento que hacen los servicios de estudio no pueden contemplar o incorporar el efecto de reformas que todavía no están aprobadas. De ahí que todavía exista la esperanza de que el Gobierno y el Congreso hagan bien los deberes para que, en 2024, España no se encuentre creciendo a un ritmo inferior al de 2019 y en un punto de partida mucho peor.

No hay que olvidar que, en 2023, se recuperará el PIB de hace dos años, pero el crecimiento que se habría experimentado en este lustro de no ser por la pandemia se habrá perdido. A no ser que la ejecución de NGEU nos de una sorpresa en los datos.