Economía

El frente sindical francés se rompe tras una cesión del Gobierno

11 enero, 2020 19:47

Luis Miguel Pascual

París, 11 ene (EFECOM).- La unidad de fachada que mostraban hasta ahora los sindicatos franceses en su oposición a la reforma de las pensiones que programa el Gobierno se quebró este sábado después de que el Ejecutivo cediera una de las medidas más sensibles, la instauración de la edad de referencia de jubilación a los 64 años.

El primer ministro, Edouard Philippe, anunciaba en una carta su disposición a retirar esa medida de su proyecto de ley y dejar que sean los sindicatos y la patronal quienes fijen un dispositivo que garantice el equilibrio del sistema en 2027.

La propuesta del Ejecutivo, destinada a desbloquear la situación del país, que soporta desde hace 37 días paros en los transportes públicos, coincidió con la quinta jornada de manifestaciones convocadas desde principios de enero pasado.

QUINTA JORNADA DE MANIFESTACIÓN

Al frente de las mismas, los líderes de los sindicatos más beligerantes, que reivindican una retirada total del proyecto y no se conforman con el gesto concedido por el Gobierno.

Fue también el mensaje más escuchado de boca de los manifestantes que recorrieron las calles de las principales ciudades del país, una nueva demostración de fuerza tres días después de la anterior y por quinta vez en poco más de un mes.

Según los datos de la CGT, uno de los sindicatos más radicales, casi medio millón de personas se manifestaron en todo el país, frente al 1,7 millones que lo hicieron el pasado jueves.

El Ministerio del Interior, que tres días antes había cifrado en 452.000 el número de manifestantes, contó este sábado algo menos de 150.000.

La manifestación, que en algunos puntos se mezcló con la también convocada por los "chalecos amarillos", tuvo algunos enfrentamientos con las fuerzas del orden, que procedieron a una decena de detenciones.

RUPTURA DEL FRENTE SINDICAL

Pero con su cesión, el Gobierno logró resquebrajar el frente sindical, que ya aparecía endeble en los últimos días.

Los sindicatos menos radicales, al frente de los cuales se sitúa la CFDT, mayoritario en el sector privado, aplaudieron la retirada de la edad de referencia a los 64 años y se mostraron abiertos a negociar otra medidas que garanticen el equilibrio del sistema.

A partir de ahora, los sindicatos irán en orden disperso, coincidiendo con el enfriamiento de la movilización, tras más de 30 días de paros.

Incluso los trabajadores más opuestos al proyecto confesaron durante la manifestación de París, que tantos días de huelga están pesando en sus bolsillos, lo que se traduce en un descenso de la participación en los paros.

Mañana, domingo, circularán todas las líneas de metro y de trenes de cercanías, aunque con menos frecuencias de las habituales, mientras que los trenes de larga distancia sufrirán menos anulaciones que en las últimas semanas.

Los más radicales aparecerán aislados frente a un Ejecutivo que esgrime su legitimidad democrática y recuerda que la reforma de las pensiones figuraba en el programa electoral del presidente, Emmanuel Macron, y parte de los sindicatos.

CONFERENCIA DE FINANCIACIÓN

El campo de batalla se trasladará ahora a la conferencia con los interlocutores sociales que el Gobierno quiere organizar para explorar nuevas fórmulas de financiación del sistema de pensiones.

Esa reunión, que irá en paralelo a los trámites oficiales de aprobación de la reforma en el Parlamento, deberá obtener conclusiones a finales de abril y el Ejecutivo se comprometió a integrarlas en la ley por decreto.

Pero, según advirtió Philippe, en caso de que no se llegue a un acuerdo, el Gobierno está dispuesto a retomar su medida de edad de referencia en los 64 años, que considera adecuada.

El primer ministro también aseguró que la reforma prosigue su trayectoria, será presentada en Consejo de Ministros el próximo día 24 para comenzar su trámite parlamentario el 17 de febrero y que pueda ser aprobada antes de verano.

Philippe se mostró tajante al perseverar en su idea de aprobar un sistema universal de jubilación por puntos y poner fin a los regímenes especiales actuales, en particular los de los trabajadores de los transportes públicos.

También advirtió de que no aceptará que se rebajen las pensiones, lo que disminuiría el poder adquisitivo de los jubilados, ni el incremento de las cotizaciones patronales, que aumentaría el coste del trabajo y erosionaría la competitividad de las empresas francesas.

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