Barcelona, 11 abr (EFECOM).- La banca andorrana logró en 2018 un beneficio neto de 100 millones de euros, un 23,6 % menos que en 2017, en un contexto marcado por los bajos tipos de interés, las fuertes inversiones, la caída de las cotizaciones y la adaptación a nuevas regulaciones.

Las cinco entidades financieras del Principado gestionaron un volumen de recursos de clientes de 44.925 millones de euros, una cifra que se ha mantenido estable en los últimos tres años, pero que casi se ha duplicado en la última década.

La rentabilidad financiera del sector se situó en el 7,31 %, por encima del promedio de los bancos europeos, mientras que la ratio de solvencia era a cierre de 2018 del 16,3 %.

Según la Asociación de Bancos Andorranos, el sector afronta la parte final de su transformación para definir un modelo de negocio adaptado a los cambios que se han producido en el mercado y en el entorno.