Economía

El futuro de Itínere, en manos de dos juzgados y de la Corte de Arbitraje

24 febrero, 2019 12:05

Madrid, 24 feb (EFECOM).- El futuro de Itínere, concesionaria por cuyo control pelean la gestora de fondos estadounidense Corsair y la española Globalvía, pugna en la que la participación de Sacyr (15,5 %) se ha tornado clave, está actualmente en manos de un juzgado de Madrid, otro de Bilbao y de la Corte de Arbitraje de Madrid.

Aunque actualmente Sacyr podría vender a cualquiera de los dos contendientes su participación después de que el juez haya levantado la prohibición cautelar que le impuso, todo apunta a que la incógnita se resolverá cuando se pronuncie sobre el caso la Corte de Arbitraje de Madrid, que, según las fuentes consultadas por Efe, podría emitir su laudo en abril o mayo.

La venta de la concesionaria, creada en 1996, comenzó entre 2008 y 2009, con una operación que llevó a Citi a controlarla, para posteriormente, en 2015, quedar en manos de Corsair, que a través de Gateway posee el 37,9 % del capital; su socio Liberbank (5,8 %); Sacyr (15,5 %), Abanca (23,8 %) y Kutxabank (16,3 %).

Itínere, que en el balance de Sacyr figura desde entonces como activo disponible para la venta, gestiona actualmente unos 600 kilómetros de autopistas en el norte de España, aunque a mediados de la pasada década llegó a situarse como la tercera compañía del mundo por número de kilómetros en concesión, con 3.400.

Después de que en 2015 Citi traspasara sus participación a Corsair, el resto de accionistas acordaron con la estadounidense darle el poder de decisión dentro de la compañía a pesar de su participación no superaba el 50 % a cambio de que comprometiera a dares una salida.

Pasado un tiempo y viendo que Corsair no cumplía con su parte, los socios minoritarios llevaron el caso a la Corte de Arbitraje de Madrid, con el fin de que dicho pacto entre accionistas quedara anulado por incumplimiento.

Además, Kutxabank inició otro arbitraje para solicitar la disolución de Arecibo, sociedad que comparte con Corsair (dueña del 71,3 %) y en la que tiene depositadas parte de sus acciones de Itínere. El objetivo de la entidad financiera es que cada accionista pueda decidir individualmente sobre su participación.

Iniciado el arbitraje, se sumó al culebrón Globalvía, que en julio de 2018 anunció que había acordado la compra conjunta del 55,6 % de la concesionaria con Sacyr, Abanca y Kutxabank.

Tras dicho anuncio, Corsair movió ficha y el 10 de septiembre expresó a Sacyr su intención de ejercer su derecho de adquisición preferente sobre su participación en Itínere, valorada en su conjunto en unos 1.300 millones.

En un intento de evitar esta operación, Globalvía llevó el caso a la justicia ordinaria y, defendiendo el acuerdo de venta conjunta alcanzado en julio, pidió al juez que prohibiera a Sacyr vender su parte a cualquier compañía que no fuera ella.

En septiembre, el juzgado de Primera Instancia número 82 de Madrid dictó dicha prohibición de manera cautelerísima (sin escuchar a las partes). En paralelo, la Corte de Arbitraje accedió a la petición de Cosair de que se prohibiera cautelarmente a Sacyr vender su participación a Globalvía.

A comienzos de mes, tras escuchar a todos los implicados, el juez levantó su prohibición porque el acuerdo de venta conjunta contempla como condición suspensiva que Corsair pudiera ejercer su derecho de adquisición preferente, al tiempo que existe una carta en la que se establecían varios supuestos en la que los vendedores tendrían que indemnizarla si la operación no salía adelante.

Tras ello, Globalvía, que reclama a Sacyr una compensación de 100 millones de euros en caso de que finalmente no le venda su parte y que en octubre firmó la adquisición de las acciones de Abanca y Kutxabank, pidió a la Corte que la constructora no pueda vender a Corsair (petición que le ha sido concedida).

En paralelo, ha reclamado en los juzgados de Bilbao, ciudad sede de Itínere, su derecho a estar en el consejo de administración de la concesionaria, cucha junta rechazó en diciembre darle entrada en su máximo órgano de decisión bajo el argumento de que se trata de una competidora directa (criterio que no se aplica con Sacyr).