Emprender más allá de Silicon Valley ¿es posible?

Emprender más allá de Silicon Valley ¿es posible?

Economía

Emprender más allá de Silicon Valley ¿es posible?

La bahía de San Francisco es un referente para la innovación y el emprendimiento en todo el mundo. Ahora, cada país busca crear su particular Silicon Vallley.

22 octubre, 2018 10:00

Cada vez más países intentan imitar el secreto del referente de la innovación: Silicon Valley (San Francisco). Sin embargo, el espacio californiano ya no es el único. "Ahora hay múltiples focos en todo el mundo compitiendo por liderar esta carrera", explica el cofundador de la comunidad emprendedora Spanish Startups, Ignacio Sánchez. Por poner un ejemplo, el informe Digital Spanish Startup Ecosystem Overview 2016 de la fundación Mobile World Capital Barcelona entrega a España el segundo puesto en el ranking europeo de creación de startups, con un total de 2.663 nuevas empresas y 502,1 millones de euros captados. ¿Sueña España con ser el nuevo Silicon Valley? Si lo hace, no es la única. Como recoge el informe Global Startup Ecosystem 2017 elaborado por Startup Genome, hasta 19 zonas en todo el mundo están muy cerca del bastión californiano que, por el momento, conserva el liderazgo.

En muchas ocasiones, estos intentos se materializan en los conocidos como hub. Este término inglés, que podría emplearse como "centro de operaciones" o bien "centro de conexiones", se refiere a las áreas en las que conviven grandes empresas tecnológicas -como pueden ser Google, Apple y Ebay- con muchas otras pequeñas compañías punteras. El éxito del modelo está ligado a la atracción de los nuevos talentos y del dinero, en forma de capital riesgo, procedente de todo el planeta. "La unión de los dos factores provoca innovación que busca inversión", resalta Sánchez.

En este clúster explosivo, las startups tienen la ambición, explica Sánchez, "de que las adquiera una de las grandes corporaciones, cuyo tamaño, burocracia y jerarquía hace que no puedan competir en términos de innovación contra estructuras más ágiles". A su modo de ver, lo que hace único a estos centros es que los potenciales primeros clientes y los inversores están exactamente en el mismo lugar. "Es el lugar ideal para hacer negocio siempre que tu startup esté madura, sino toda la inversión que supone llegar hasta esa situación puede perderse", cuenta la directiva del programa de innovación Open Future, Ana Segurado.

Sin embargo, una compañía emergente primero precisa llegar hasta ahí. Para ello, explica Segurado, "no hay que obcecarse con llegar cuanto antes, resulta necesario afianzarse en el país donde te encuentras". Esto es lo que hicieron desde Myfixpert, una plataforma que pone en contacto, "como si fuera Uber", a técnicos especialistas en reparación de dispositivos tecnológicos y a usuarios que los precisan. "Esta iniciativa tenía las tres claves esenciales que todo emprendedor debe tener en cuenta: una idea realmente nueva, un equipo detrás y un modelo de negocio que le deje ganar dinero", resalta Segurado. El programa de Open Future, gestionado por Telefónica, no es el único. Otros programas de emprendimiento como Explorer, ofrecido por Banco Santander, pueden ofrecer un impulso para nuevas empresas o posibles ideas que tengan que acercarse a los referentes de la innovación. Tal vez más tarde, con asesoramiento y recursos, ya estén listas para conquistar determinados hubs:

Londres, la llave a Europa

Londres es el ecosistema startup más importante después de Estados Unidos, como refleja el último ranking de Startup Genome. En solo dos años ha adelantado a Tel Aviv. ¿Su secreto? "La ciencia y la innovación están en el centro de la política británica", explica la agregada de Ciencia e Innovación de la Embajada británica en España, Sara Cebrián.

El estudio de Startup Genome apunta que el gobierno británico ha hecho una apuesta decidida por las ideas público-privadas con el propósito de "llegar a ser líderes globales" y convertirse en la puerta de entrada al mercado europeo. En la Unión Europea, le siguen tanto Berlín como París, con un menor compromiso institucional; y Estocolmo, que ha realizado un "notable apoyo al emprendimiento" hasta subir, en menos de cinco años, hasta el puesto 14 de la lista mundial.

Pekín, de copiar al resto a crear con éxito

La plataforma de venta Alibaba, conocida como el Amazon chino, fue uno de los productos de la primera hornada expansiva digital de China. Por aquel entonces, la estrategia del país asiático era copiar lo que existía y por eso emuló al modelo de Silicon Valley en la zona de Zhongguancun. Ahora, la táctica es distinta: se busca la innovación puntera. Esa es la razón por la que su Gobierno invierte en I+D+i un 2% del PIB, igual que la media europea y por encima de España (1,2%), según cifras del Banco Mundial. En 2015, este país fue el primero en solicitudes de patentes (1.010.406), por delante de Estados Unidos, según datos de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

"Ahora, muchas grandes empresas miran al gigante asiático para hallar ideas disruptivas", explica Sánchez. Como ejemplo, antes de que WhatsApp implantase los mensajes de voz, la plataforma china WeChat ya lo había probado con éxito. Tantos sacrificios han llevado a Pekín y a Shanghái al quinto y octavo puesto respectivamente dentro de los 20 centros de innovación más importantes a nivel global. Otros focos de emprendimiento que están despuntando en Asia son Singapur y Bangalore (India).

El Silicon Valley de Tel Aviv

Pese a que el llamado Silicon Wadi ha perdido algo de fuelle y ha sido sobrepasado por ciudades como Londres y Pekín, todavía se afirma sobre él, cuenta Sánchez, que "es el Silicon Valley de Silicon Valley, ya que sirve de inspiración y fuente de ideas al espacio californiano". Este conglomerado de empresas tecnológicas en torno a la capital de Israel reúne a más de mil empresas emergentes, una por cada 400 habitantes; y más de 4.000 en todo el territorio. ¿De qué forma ha conseguido un país tan pequeño, sin recursos naturales y en constante enfrentamiento atraer centros de investigación de multinacionales como Google o Apple y crear un ecosistema emprendedor tan prolífero?

Para comenzar, es importante detenerse en los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que señalan que Israel es el estado que más invierte en I+D+i con respecto a su PIB: 4,2%. La chispa de este notable compromiso estatal por la innovación se encendió con la puesta en marcha durante la década de los 90 de Yozma. El CEO y cofundador de StartupXplore, Javier Megias cuenta en su blog que es "una de las pocas iniciativas de inversión de un gobierno en startups que ha sido rotundamente exitosa". Otra de las claves es el "espíritu marcadamente emprendedor" de sus jóvenes, resultado de las difíciles condiciones en las que viven, relata otra de las entradas en la web de esta comunidad de inversión en empresas tecnológicas.

Chile, el puente a Latinoamérica

Chile es la economía más innovadora de Latinoamérica. Así se refleja en el Índice Mundial de Innovación 2017 publicado por la OMPI. El caso de este país es una muestra más del empeño de un gobierno por lograr un centro de emprendimiento competitivo a nivel internacional. Por servirnos de un ejemplo, el programa público Startup Chile, que pretende apoyar, captar y concentrar a las compañías tecnológicas procedentes de todos los países de su ambiente. También, fue uno de los primeros en ofrecer ventajas fiscales a compañías extranjeras con el propósito de que se establecieran en su territorio con el llamado visado de emprendedores. El propósito de estas medidas es posicionarse en un mercado emergente de más de 600 millones de usuarios potenciales en América Latina.

Todas de estas sedes internacionales del emprendimiento son verdaderamente atractivas, aunque se debe destacar que “casi en cualquier parte del planeta existen buenas ideas y relativas comodidades para desarrollarlas”, concluye Segurado.

***Elvira del Pozo. Opinno, editora de MIT Technology Review en español