El director del EIT, Martin Kern.

El director del EIT, Martin Kern.

Centros tecnológicos

EIT pone de largo su nueva comunidad de conocimiento dedicada al agua tras emanciparse sus tres primeras

Málaga albergará uno de los ocho centros de localización y el director del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología, Martin Kern, afirma que el nuevo centro afronta "un gran desafío social", pero "la ambición y las expectativas son muy altas".

Más información: EIT presenta el ‘Community Hub’ de España para dinamizar la coordinación entre sus comunidades de conocimiento

Budapest (Hungría)
Publicada

El año 2025 marca un punto de inflexión en el devenir del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT) que, al cumplir 15 años, ve cómo rompen amarras tres de sus primeras comunidades de conocimiento (KICs), las dedicadas a digital, energía y clima, mientras nace una nueva dedicada al agua. Además se firmó un memorando de entendimiento con el gobierno de Malta para lanzar el proyecto piloto del EIT Regional Innovation Booster, una iniciativa flagship a la que ya se unió Polonia, para ofrecer apoyo específico a startups y scaleups en países modestos y moderadamente innovadores.

En cuanto a los KICs que dejan de depender del Instituto, su director Martin Kern prefiere hacer algunas precisiones, en conversación mantenida con DISRUPTORES en Budapest, durante el evento Innovation Awards: "EIT Digital, que ahora se llama 28 Digital, junto con Climate Kick e InnoEnergy, que fueron las tres primeras comunidades de innovación y conocimiento, no se van del EIT. Es que han llegado al final del ciclo de 15 años, durante el que está previsto que reciban un apoyo sustancial del EIT. Pero, de hecho, siguen muy conectados con la comunidad. Mantenemos un memorando de cooperación y siguen participando en algunos de los programas transversales".

Se refiere a actividades conjuntas de algunos o todos los KICs, como el Jump Starter, competición para startups en cuya final de esta edición 2025, en Budapest, han triunfado dos candidaturas españolas: en primer lugar, RenU Fuel Solutions, doblemente ganadora en la categoría de energía y renovables y también del premio especial para países del área mediterránea; y Prospect Biotech, que obtuvo el segundo premio en la categoría de salud. También hay que subrayar el gran éxito de Able, la startup española desarrolladora de exoesqueletos para la recuperación de personas que han sufrido pérdida de movilidad. Fue la triunfadora en los premios ‘para mayores’ (en este caso es ya una empresa en funcionamiento comercial) en la categoría Ventura Awards, y además obtuvo el premio por votación del público.

Siguiendo con el caso de las tres comunidades de conocimiento antes citadas, Kern afirma que “en realidad, el hecho de que ya no reciban un apoyo financiero tan sustancial es una muy buena noticia, porque significa que hemos logrado que, tras 15 años [de vinculación], sean financieramente sostenibles. Es decir, pueden financiar sus actividades con los ingresos que obtienen de la innovación exitosa que promueven, con las comisiones de sus socios y con otros tipos de fondos públicos”.

“Para Europa, es una gran historia de éxito porque las actividades continúan, pero no necesitamos destinar más presupuesto de la UE a la financiación de estas actividades. Creo que esa es la forma correcta de verlo”, prosigue el director del EIT. “Luego, por supuesto, hay nuevas comunidades de conocimiento e innovación. En el último año, tuvimos el mandato de establecer la de Creatividad Cultural EIT. Ya está funcionando. Y hoy hemos empezado el camino con EIT Water, que esperamos que el próximo año pueda establecer toda su estrategia, sus estructuras y sus primeras actividades. Es un ciclo de vida en el que el EIT apoya a esas comunidades de conocimiento e innovación, tras el cual esos ecosistemas permanecen, pero se financian a sí mismos desde otras fuentes”.

Sobre el radical cambio de nombre de 28 Digital, Kern alega que “eso refleja el nivel de independencia. Tras esos 15 años, ya no está en un acuerdo de asociación con el EIT. Y, por supuesto, tiene el nivel más alto de independencia del EIT, que ya no es el principal órgano que los apoya. Por eso es natural que, para resaltar esta independencia, también tengan su propio nombre y su propia marca”.

Lo que resulta curioso es ese plazo inexorable de 15 años para la emancipación: “Esos 15 años se otorgan en nuestro mandato, está en nuestra normativa. Creo que la lógica es que es tiempo suficiente para crecer gradualmente y construir una comunidad de innovación. La ambición es muy alta, y eso ocurre en los primeros siete años. Luego empieza a disminuir gradualmente la financiación del EIT, porque los ingresos y actividades propias empiezan a dominar. Tras 15 años, ese apoyo puede detenerse y las actividades continuar en su mayoría sin ello. Así que creo que este ciclo vital es la lógica que está detrás. No puedo decirle exactamente por qué 15 y no 14 o 16, pero es un largo plazo”.

Metidos en ciclos de vida, la nueva estrella es la recién nacida comunidad del agua. Por el momento hablan en su nombre la danesa Michele Williams, vicedecana de la Universidad Aahrus y coordinadora del consorcio multinacional Allwaters, cuya propuesta asume y da forma a los primeros pasos de EIT Water, y Hero Prins, CEO provisional del nuevo KIC.

Williams detalla que la misión de EIT Water abarca todo tipo de cuestiones sobre el agua: escasez, sequía, polución, inundaciones, el uso relacionado con la energía, los mares, los ríos, todo lo que afecta a la vida cotidiana, las regulaciones…

Le preguntamos qué esperanza tiene de influir en este último aspecto, las regulaciones y leyes, dado que, junto con las decisiones políticas (como hemos visto hace un año en España), pueden tener tan dramática influencia en los asuntos del agua. A lo cual Williams responde con timidez que no es esa su misión. Entonces interviene Stefan Dobrev, presidente de la Junta de Gobierno de EIT, para asegurar que, “por supuesto, también es un punto, o consecuencia, muy importante” en la actividad del Instituto, influir en las legislaciones, por la vía de demostrar lo que se puede hacer correctamente, atender a consultas y peticiones de asesoramiento de los legisladores (en particular de la Comisión Europea, ya que EIT es una entidad de la UE) y, en resumen, aportar la experiencia y el conocimiento que ayuden a adoptar las decisiones políticas más acertadas.

Williams detalla algunos aspectos generales del panorama mundial del agua, como que “el 70% del uso es para la producción de alimentos”. Y señala que su gran prioridad es empezar a armar un ecosistema de colaboración: “Te necesitamos a ti”, proclama al estilo de los carteles del ‘Tío Sam’, dirigiéndose a “innovadores, emprendedores, inversores y gente con conocimientos”.

Insiste mucho en que uno de los grandes problemas, en el ámbito del agua, es la “fragmentación”. La nueva entidad tiene, como punto de partida, 50 socios y la creación de “ocho collocation centers”, lo que se debe interpretar como centros de co-localización o núcleos regionales. Tres de ellos estarán en el sur de Europa, incluida Málaga, que cada vez refuerza más su perfil de atracción tecnológica. La sede central estará en Aarhus, Dinamarca.

“Creo que las expectativas son muy altas, con un alto nivel de ambición, además de crear sus desafíos. Y son muy altas con razón, porque el valor del agua afecta a todos”, subraya Martin Kern. “Y si miramos los diferentes aspectos y las oportunidades de la economía azul, este es un campo enorme. Esperamos que [EIT Water] cree o defina ciertos enfoques, ciertas prioridades en este amplio desafío social, donde dicen que hay el mayor potencial de innovación, pero también, en Europa, la mayor necesidad. Y que luego ofrezca en esas áreas las capacidades, las startups que pueden crecer y las innovaciones, productos concretos, que nos ayuden a resolver estos desafíos sociales”.

Alfons Carnicer de Able, con sus dos trofeos, en el centro de los premiados

Alfons Carnicer de Able, con sus dos trofeos, en el centro de los premiados

“Esa es la expectativa de contenido. Y, por supuesto, se espera que lo hagan lo antes posible porque lo necesitamos en Europa. Es un gran reto. Y que lo hagan a gran escala, en diferentes partes de Europa con una cobertura amplia, para que conduzca a un impacto muy alto. Desde el lado del EIT, puedo añadir, les apoyaremos en la medida de lo posible. Y somos optimistas de que puede ser muy exitoso, porque tenemos la experiencia de 15 años en el modelo EIT y la experiencia de las otras nueve comunidades de conocimiento e innovación [actualmente activas]. Si podemos trasladar todas las lecciones aprendidas de la experiencia, pueden hacerlo bien muy rápido”, añade.

La oportunidad de charlar con Kern no puede dejar pasar de largo la inquietud creciente sobre la educación y la preparación en tecnologías, que es uno de los pilares de EIT, pero que cada día que pasa parece que los conocimientos tienen valores más efímeros. EIT ha cumplido con creces su proyecto de tres años para educar a un millón de europeos en ‘deep tech’, pero ¿qué sentido tiene aprender cosas como programación informática, si la inteligencia artificial se apodera de esos campos a toda velocidad?

“Es un gran desafío y lo vemos día a día en las actividades del EIT. Estamos hablando del futuro de la educación o de cómo la educación ha evolucionado o tiene que evolucionar para proporcionar los conocimientos necesarios. No solo para los emprendedores del futuro, sino también para los ciudadanos o cualquiera que tenga trabajo. La expectativa de pasar por una educación y desarrollo de habilidades para que luego puedas mantenerte con eso el resto de tu vida profesional ya no es una realidad en ningún sitio”, admite el director de EIT.

“Primero vemos ese cambio reflejado en la forma en que EIT ha enfocado su educación. Al principio se centró en programas de máster, doctorado y educación universitaria, intentando hacerlos más internacionales mediante la cooperación entre universidades, introduciendo intensamente la dimensión emprendedora. Y esto ha funcionado. Pero en los últimos años, nos dimos cuenta de que se necesitan cada vez más formatos diferentes de formación para responder a ese desafío de las tecnologías que cambian rápidamente y la necesidad de habilidades que cambian rápidamente. La Iniciativa de Talento en Tecnología Profunda fue un gran ejemplo de cómo respondimos a este desafío. Los programas de formación han de centrarse en tecnología profunda y añadir la dimensión emprendedora. Y creo que esta es la clave, que hay que cambiar rápidamente las ofertas en cuanto a habilidades tecnológicas necesarias, porque las realidades y los retos cambian ahora mucho más rápido. Pero hay que poner mucho énfasis en las habilidades transversales: emprendimiento, creatividad, resolución de problemas… porque estas habilidades serán necesarias independientemente del tipo de tecnología o del tipo de título que tengas”.

“Creo que ese es el verdadero reto para el campo educativo, no solo enseñar hechos o habilidades sobre una tecnología que puede estar cambiando, sino hacer que quienes están aprendiendo sean abiertos y adaptables para adaptarse a nuevas situaciones y nuevos desafíos y problemas que puedan enfrentar en su profesión y vida personal, ya sea porque monten su propia empresa o que se incorporen a un trabajo existente”, remata Kern.

Éxito del exoesqueleto español para volver a andar

En las dos competiciones que se brillaron los emprendedores españoles, con una mención especial a la startup desarrolladora de exoesqueletos Able, de cuya actividad ya se ha dado cuenta en este periódico. Su cofundador Alfons Carnicero, dando las gracias a “todos los pacientes que han estado durante siete años probando los dispositivos”, asegura a DISRUPTORES que los dos premios recibidos en los Venture Awards, junto con otros premios acumulados antes, “son un reconocimiento y es visibilidad a nivel europeo, ahora que llevamos un año en el mercado, donde queremos expandirnos a varios países”. Detalla que ya han “construido” equipos comerciales en Alemania, Suiza y Austria y se están abriendo “distribuidores en otros países como Portugal, Polonia, Italia, Francia, Reino Unido”.

Able posee una decena de patentes internacionales, “hacemos la extensión tanto a nivel europeo como también en Estados Unidos y China”, precisa Carnicero, y ensambla y hace el control de sus dispositivos en su propia factoría para después enviarlos a cada clínica. De momento los exoesqueletos que produce son un producto caro, destinado a la recuperación de pacientes y ayudarles a volver a andar. Sus clientes son hospitales y centros de rehabilitación. “En España hemos conseguido entrar ya en la Sanidad Pública de varias comunidades”, detalla. “Ahora un exoesqueleto cuesta 100.000 euros. Aunque esperamos que en un par de años los particulares puedan también adquirirlos, pero por un tercio del precio”.