El director de Innovación de Fidesol, Francisco Luis Benítez.

El director de Innovación de Fidesol, Francisco Luis Benítez.

Centros tecnológicos

Fidesol prepara la compra de su primer simulador cuántico en 2026 para consolidar a Granada en 'deep tech'

El centro tecnológico granadino cuenta con las tecnologías cuánticas como uno de sus pilares de crecimiento, junto a la realidad virtual, los gemelos digitales o la sensórica e IoT, según nos desvela su director de Innovación.

Más información: La revolución del 'cúbit': una carrera entre ciencia y tecnología para alcanzar la supremacía cuántica

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La labor de los centros tecnológicos, conectando la investigación universitaria con la industria real, está más en boga que nunca en España. El actual ritmo de innovación, vertiginoso cuanto menos, obliga a tender puentes entre todos los actores de la cadena de valor y ahí es donde estas instituciones encuentran su particular posición de dominio. Máxime si hablamos de 'deep tech', como es el caso de centros como Fidesol.

Este centro, fundado en 2006 dentro del Parque Tecnológico de la Salud de Granada, está especializado en inteligencia artificial, realidad extendida, IoT, gemelos digitales y, más recientemente, tecnologías cuánticas.

Su director de Innovación es Francisco Luis Benítez, doctor en ciencias de la computación, físico-matemático por espíritu y agitador tecnológico por convicción. Desde Fidesol articula proyectos que van desde la simulación inmersiva de aerogeneradores hasta la sensórica cuántica para defensa, pasando por blockchain cuántica, integración de sistemas legados escritos en Cobol y detección temprana de patologías mediante radiónica computacional.

Son demasiadas ramas para procesar, pero Benítez no se intimida ante esta dispersión. Es bien consciente de que Fidesol presenta características muy distintas de otros centros, dependiendo de las necesidades industriales de su entorno. Y, en Granada, ese entorno los ha llevado a especializarse en esas cinco grandes áreas antes mentadas.

Intentemos ordenarlo todo. La primera gran línea es la realidad extendida. En este ámbito, Fidesol ha desarrollado innovaciones tales como una herramienta que permite desplegar entornos de realidad virtual en una fracción del tiempo habitual.

“Hemos desarrollado un software propio que despliega cualquier tipo de realidad virtual. Si una empresa tarda entre ocho y doce semanas, nosotros lo hacemos en dos o tres. Y la idea es poder hacerlo en 24 horas el año que viene, además de darles un modelador para que no dependan de nosotros”. La herramienta se usa en prevención de riesgos laborales complejos -desde espacios confinados hasta infraestructuras críticas- y en formación sanitaria para universidades y organismos públicos.

La segunda gran pata son los gemelos digitales, un terreno donde Benítez rechaza el reduccionismo: “Cuando hablo de gemelos digitales no me refiero a un BIM. Hablo de sistemas que te permiten interaccionar en el mundo digital con la parte física para poder hacer cosas en la parte física”.

Un ejemplo: el trabajo con Naturgy para simular aerogeneradores de 80 metros de altura. “Te pones unas gafas y empiezas a notar el viento, la rotación... Esto reduce el riesgo de muerte real, porque, por desgracia, muere gente arreglando este tipo de cosas”. En la misma línea, en Fidesol también han desarrollado gemelos digitales para ciberseguridad con Airbus, que después se elevan a sectores críticos de defensa.

Del IoT a la cuántica

La tercera columna vertebral es la integración de sensórica e Internet de las Cosas en entornos donde conviven legados tecnológicos dispares.

“Tenemos ya especialistas en más de 80 tecnologías. Nos llegan proyectos con software hecho en Cobol de hace 50 años. Y al final todo es muchas máquinas hablando con muchas máquinas, con lenguajes diversos y plataformas distintas”, admite el director de Innovación de Fidesol.

Y es esa especialización la que les permite abordar desde problemas de ticketing turístico hasta sistemas de venta distribuidos a gran escala. De hecho, fueron ellos quienes desarrollaron buena parte del motor de inteligencia artificial que utilizó la antigua Axesor, hoy integrada en Experian, con quienes siguen trabajando desde hace más de 16 años.

Y entonces llega la cuántica, la quinta pata, la que más le gusta a Francisco Luis Benítez. Una apuesta que, según cuenta, empezó hace tres años y medio, cuando decidieron utilizar modelos cuánticos para entrenar machine learning.

“Nos llamaron locos. Pero ha ido de escándalo”. A partir de ahí, el directivo y su equipo crearon tres líneas de trabajo: cuántica para IA, sensórica y comunicaciones cuánticas, y blockchain cuántica.

Esta última, la más ambiciosa, la lidera él mismo: “Queremos crear una blockchain cuántica desde su gobernanza. No estamos hablando de criptomonedas ni de bitcoin. Hablo de una blockchain con características cuánticas. Es extremadamente complejo y me está dejando más calvo de lo previsto”.

También trabajan en criptografía cuántica aplicada a ciberseguridad, conscientes de que los nuevos algoritmos postcuánticos están generando tanto expectación como fracaso -“dos ya han sido atacados antes de llegar”-, y participan con varios centros en proyectos como el radar cuántico para la Marina o futuras soluciones para el portaaviones español.

Y, por si fuera poco, Fidesol ha presentado iniciativas conjuntas con Gradiant, el Instituto de IA de Castilla y León o los centros Cervera. De hecho, la cooperación es un eje clave para el buen momento del sector de la cuántica en España: “Ya no competimos entre nosotros. Nos llamamos para pedir favores y ni preguntamos por el precio. Hace seis años esto era impensable”.

Pero el centro tecnológico granadino está en una situación de desventaja frente a algunos de sus equivalentes en otros puntos de la geografía, que ya tienen acceso directo a computadores o emuladores cuánticos en sus territorios.

Pero esta deuda quedará pronto saldada, puesto que Fidesol prepara su propio simulador cuántico para 2026 -y ya tiene tres ofertas sobre la mesa-, pero Benítez insiste en la lógica cooperativa: “Si Eurecat compra un simulador de Fujitsu, no tendría sentido que yo comprara otro igual. Se trata de tener acceso al mayor número de combinaciones posibles, no de replicarnos”.

Su gran sueño

Ante un personaje tan prolífico y directo como Francisco Luis Benítez no podíamos obviar preguntarle por su gran ambición en términos de innovación tecnológica. No lo duda ni un segundo: su sueño es materializar algún sistema de radiónica computacional para diagnosticar patologías a partir de TAC, mediante técnicas cuánticas y análisis tridimensionales a nivel celular. “

La radiónica dice que puedes llegar al nivel celular. Un TAC no es un píxel, es un vóxel. Si clasificas radiofrecuencias positivas y negativas y las asocias a patologías, puedes detectar enfermedades aunque el TAC se haga por otro motivo”.

Entrenar un modelo clásico para esta innovación de medicina preventiva costaría entre once y doce millones de euros. “Mi idea es que, si conseguimos financiación pública, lo entreguemos gratis a todos los sistemas públicos de salud del mundo. Ese sería nuestro proyecto de responsabilidad social”.