Seguramente, si a cualquier ciudadano le preguntamos los platos típicos de cada región, no dudaría ni un segundo.

El gazpacho, según el tipo, será andaluz o manchego; las cocochas, vascas; la empanada y el marisco, mejor si es de Galicia; la paella, valenciana; los callos, madrileños; y la fabada, por supuesto, asturiana.

¿Pero qué respuestas encontraríamos si a estos mismos ciudadanos les preguntáramos cuáles son las tendencias innovadoras y tecnológicas de referencia en cada una de esas mismas regiones?

Unos, pondrían cara de sorpresa; otros, harían como que piensan, aunque lo que realmente estarían analizando es cómo escabullirse de la pregunta; unos cuantos, cambiarían hábilmente de tema; y los últimos, quizá los más atrevidos… saldrían corriendo.

Empezamos a saber qué es y para qué se pueden utilizar los drones, en qué nos beneficia la inteligencia artificial o la robótica, e intuimos que algo llamado blockchain debe ser bastante importante porque todo el mundo está hablando ello.

Pero, en general, no tenemos ni idea de dónde están pasando las cosas. Ya somos conscientes, al menos, de que todo este tipo de disrupciones no vienen sólo de EEUU, de China o de Japón. Es un avance, sin duda.

Ahora bien, cojamos de nuevo a los protagonistas de esta encuesta inventada, y preguntémosles dónde creen que están pasando las cosas en nuestro país. ¿Madrid? ¿Barcelona? ¿País Vasco? ¿Quizá la Comunidad Valenciana? Y para de contar.

Pues no. No sólo ahí. Están pasando cosas en cada rincón de la geografía española y por eso D+I decidió hace un año apostar por contarlo. Noticia tras noticia, reportaje tras reportaje y entrevista tras entrevista hemos conformado un gran Mapa de la Digitalización y la Innovación que abarca cada una de las 17 comunidades autónomas, a los que hay que sumar la labor de ayuntamientos, diputaciones, universidades públicas…

Todas tienen algo que decir, algo en lo que destacar y, sobre todo, conocimiento que transferir a otros territorios. Hablamos de la apuesta de las administraciones por la tecnología y por proyectos innovadores, pero, indiscutiblemente, también lo hacemos de los centros tecnológicos, de las empresas y del poder disruptivo de las startups, que afloran, lo creamos o no, de norte a sur y de este a oeste.

El poder municipal

Si algo se ha demostrado en este recorrido es que los ayuntamientos son los primeros que deben ser conscientes del poder de la innovación y los que favorecen las condiciones ideales para que el tejido empresarial se desarrolle.

Ahí encontramos, por ejemplo, al consistorio de la capital del país. El Ayuntamiento de Madrid, además de su apoyo a las startups y al emprendimiento en general, está tejiendo un importante ecosistema favorable a la movilidad inteligente, con un 'sandbox' en el que se va a poder testar cómo convivirán drones, vehículos autónomos y, por supuesto, ciudadanos.

Por si eso fuera poco, la apuesta por una administración municipal inteligente es total, con proyectos como 'Cibeles', encaminado a utilizar la inteligencia artificial para realizar trámites y gestiones urbanísticas sin mediación humana, sólo mediante una conversación con el altavoz Alexa.

Estas acciones de ciudad, son el complemento perfecto, a todos los proyectos que en sectores como la eHealth o la atracción de talento, se están haciendo desde la Comunidad de Madrid.

Donostia, Zaragoza y Madrid son tres ejemplos de cómo tres ayuntamientos pueden ser el pegamento perfecto para consolidar el ecosistema innovador de un territorio.

Pero si hablamos de tecnología y administración local, quizá una ciudad que puede sorprender positivamente es Zaragoza. Su ayuntamiento, como ha demostrado este año en sus fiestas patronales del Pilar, está a la última en todo lo que tiene que ver con el blockchain y el arte digital (NFT's).

Lo que para muchos aún es un universo por descubrir, lo está utilizando el consistorio zaragozano para introducir a sus ciudadanos en el mundo digital. Es un aviso a navegantes: grandes y pequeños deben conocer este nuevo mundo en el que nos movemos y qué mejor que la administración más cercana para transmitirnos ese conocimiento.

No conviene olvidarnos tampoco del potencial que está empezando a tener Zaragoza y, por extensión, toda la región, en sectores como la aviación no tripulada o la impresión 3D aplicada a la industria.

Por último, San Sebastián es otra de esas ciudades que, casi sin hacer ruido, se está posicionando en este Mapa de la Innovación y la Digitalización. Su ayuntamiento y la sociedad pública Fomento de San Sebastián están entregados a la atracción y retención del talento investigador, con su ya conocido internacionalmente Talent House.

Entorno virtual de la plaza del Pilar, impulsado por el Ayuntamiento.

Y eso sin desmerecer todo el trabajo que están haciendo en favor de la digitalización del comercio local -DSS Market Plaza-, de la aplicación de inteligencia artificial a la vida diaria de los ciudadanos -barrio de Txomin- o de la innovación empresarial a través de infinidad de líneas de ayuda.

La ciudad donostiarra es el mejor ejemplo del poder absoluto del País Vasco en términos de impacto de la I+D+i en relación con el PIB, con un porcentaje muy superior a la media que les acerca al nivel europeo.

El poder autonómico

Si ampliamos el foco y elevamos la mirada hacia las comunidades autónomas, lo cierto es que la vista nos ofrece un panorama imponente: en variedad y en calidad. Si, como destacan varios informes encargados por varias regiones (Canarias, Asturias, Cantabria…), se mejora en coordinación, inversión y colaboración, el futuro es más que prometedor.

Un ejemplo evidente de esa variedad y calidad del ecosistema tecnológico y de I+D+i es, sin duda, Andalucía.

La región aglutina, desde el punto de vista y bajo el paraguas de la administración autonómica, una serie de sectores de referencia como el agrotech, el sector aeroespacial o las Smart city, que se complementan con una impresionante inversión pública y una red de centros tecnológicos y de investigación que hace que este territorio sea el lugar donde pasan muchas cosas en biotecnología, en eHealth y en supercomputación.

En estos momentos, el aumento de inversión en I+D+i en Andalucía es el mayor en la última década y, lógicamente, eso quiere decir que es el mayor de la historia. No haría falta apuntar nada más. En cualquier caso, por extensión y por cómo está haciendo las cosas, la región andaluza lidera este Mapa de la Innovación y la Digitalización.

De los drones gallegos a la innovación 'azul' canaria

El recorrido por la geografía española de la innovación, que cualquier lector puede realizar de forma interactiva, puede empezar en la cornisa cantábrica.

Allí, está convirtiéndose en un líder europeo del sector de la aviación no tripulada Galicia, con un número importante de proyectos en marcha que combinan el sector aeronáutico con la inteligencia artificial. Seguramente, cuando en un futuro nos llegue un paquete a través del dron, algunas de las ideas, seguramente vendrán de tierras gallegas.

Los participantes en el sistema Xestal, frente a uno de los equipamientos del proyecto.

Cantabria y Asturias están trabajando, de forma individual y también conjunta, en proyectos tecnológicos relacionados con la energía eólica marina, una de las claves del futuro en cuanto a los objetivos de desarrollo sostenible.

Pero no debemos menospreciar el trabajo que están haciendo estas regiones en la aplicación de disrupciones a la industria y a la ganadería, así como el cuidado que tienen estos territorios por asegurar conectividad a todas las zonas rurales.

Nuestro recorrido nos lleva a Navarra, donde su posicionamiento en sanidad digital y medicina personalizada -gracias a la inteligencia artificial y a un flamante centro de secuenciación- comienza a ser notable, así como sus esfuerzos por la innovación empresarial en general y del sector agroalimentario en particular.

Precisamente en este sector, la región navarra mantiene un vínculo especial en cuanto a desarrollo de proyectos con La Rioja, que está empeñada en convertirse en referente en todo lo que tenga que ver con innovación en uno de los eslabones de la cadena agroalimentaria, los envases.

Hablar del potencial innovador aplicado a la agricultura es hablar de Murcia, región donde iniciamos un paseo por el Mediterráneo más disruptor. Tampoco habría que olvidar que la región murciana está realizando proyectos muy interesantes en materia de Smart Region, innovación educativa y sostenibilidad.

La Comunidad Valenciana y Cataluña son otros de los músculos principales del ecosistema innovador español. En la región valenciana, el salto de calidad ha sido evidente en los últimos años, con la creación de un ecosistema de startups, aceleradoras y centros tecnológicos -con REDIT a la cabeza- potente. El desarrollo de soluciones para la industria, la movilidad o la eHealth, es ya un hecho.

Ciberseguridad en Castilla y León, potentes ecosistemas tecnológicos en Comunidad Valenciana y Cataluña o industria 4.0 en Cantabria son otros polos de referencia.

Cataluña, por su parte, sigue siendo un pilar fundamental en cuanto a la celebración de eventos digitales, sin olvidar su potente ecosistema en favor de la industria 4.0 y también -debe ser el aire del Mediterráneo- su especial sensibilidad por las startups.

El recorrido hacia el interior de la Península nos hace encontrarnos con los problemas de despoblación, que están requiriendo de soluciones innovadoras en Castilla y León para fijar población o en Castilla-La Mancha para asegurar conectividad a todo el territorio.

Pero lo cierto es que el territorio castellano y leonés, si por algo está siendo reconocido es por su potencial en ciberseguridad -allí está la sede del INCIBE-; y, el castellano-manchego está viviendo una época dorada en cuanto a la innovación y tecnología aplicada a la sanidad.

En Extremadura viven preocupados por sus condiciones medioambientales, por su industria y por su sector agroalimentario. En estas tres vertientes se mueve su ecosistema innovador y digitalizador.

Pepper, el robot social para niños con autismo.

El medio ambiente también tiene su peso específico en el carácter disruptor de los dos archipiélagos. No abandonan su vocación turística y la aplicación de tecnología predictiva e inteligente a la gestión de este sector; pero están empezando a coquetear con otros sectores como la impresión 3D, sanidad y economía azul -aplicando tecnología al mundo marino- en el caso de Baleares.

En el caso de Canarias, la innovación en economía azul y en energía también empiezan a ganar peso junto con el especial mimo a despertar vocaciones innovadoras y científicas en sus nuevas generaciones.

¿Significa todo lo anterior que las regiones son cotos cerrados para una determinada tecnología? Absolutamente no. Muchas de estas iniciativas se dan en varias regiones, igual que son varias regiones las que quieren liderar los avances en algo tan capital para el futuro como la generación de energía a través del hidrógeno verde o las baterías.

Igual que todo el mundo dice saber hacer una paella pero todo el mundo sabe que las mejores se comen en la Comunidad Valenciana, sucede lo mismo con la innovación. Ninguna tecnología es exclusiva de un territorio, pero hay regiones que han sabido crear el ecosistema perfecto para su crecimiento.    

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