¿Por qué surge el Día Mundial de la Naturaleza?

Desde hace siete años, el 3 de marzo se ha convertido en el Día Mundial de la Naturaleza. Nace en la Asamblea General organizada por la ONU el 20 de diciembre de 2013 y su objetivo es concienciar acerca de la importancia y el valor de la fauna y la flora salvajes.

Durante este día, también es importante recordar la urgencia de combatir las actividades perjudiciales para la naturaleza que tienen lugar por todo el mundo y concienciar sobre la gravedad de las posibles consecuencias a nivel económico, medioambiental y social.

El lema del año: “Garantizar el sostenimiento de la vida en la Tierra"

Los bosques representan el 30,7% de la superficie terrestre y son fundamentales para combatir el cambio climático, por lo que si protegemos los bosques fortaleceremos la gestión de los recursos naturales. Tal y como ha indicado la ONU, el Día de la Naturaleza (también conocido como Día Mundial de la Vida Silvestre) se celebrará bajo el lema "Garantizar el sostenimiento de la vida en la Tierra". Este propósito se ajusta al compromiso de la organización para luchar contra el cambio climático y asegurar la sostenibilidad.

Cabe destacar el mensaje especial para esta fecha tan señalada del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, quien ha animado a la sociedad a respetar y proteger la naturaleza: “Recordemos nuestro deber de preservar y utilizar de forma sostenible la gran variedad de vida en el planeta. Trabajemos por mantener una relación más solidaria, considerada y sostenible con la naturaleza”.

Siguiendo esta misma línea, la ONU también ha catalogado el año 2020 como el “súper año para la biodiversidad”, dado que se celebrarán eventos por todo el mundo relacionados con el desarrollo sostenible y la conservación de las especies.

El cambio climático y las organizaciones

El cambio climático ya se ha convertido en uno de los principales problemas a nivel mundial. Por esta razón, cada vez son más las organizaciones que luchan para erradicar las actividades humanas que emiten gases de efecto invernadero y que han provocado que la temperatura de la tierra aumentara 1,1ºC desde la época industrial, al igual que la subida del nivel del mar, que ha aumentado 5 mm al año en el quinquenio 2014-2019. Las consecuencias del cambio climático también producen impactos económicos y sociales cada vez más graves: daños en cosechas y producción alimentaria, sequías, riesgos en la salud, fenómenos meteorológicos extremos y, especialmente, mega-incendios, que han arrasado regiones vitales para la supervivencia humana, como es el caso de la Amazonia, principal afectada por incendios en 2019.

Hoy en día, existen diversas entidades que luchan a favor de la protección de la biodiversidad. Un ejemplo de ello es la Asociación de Ciencias Ambientales de España, que organiza diversos proyectos por todo el país. A nivel internacional, destaca la organización política y económicamente independiente Greenpeace, cuyos propósitos consisten en proteger la biodiversidad en todas sus formas, prevenir la contaminación y la explotación de los recursos naturales, eliminar las amenazas nucleares y promover la paz a nivel mundial. Tal y como afirma esta organización,“ debemos reducir a cero las emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2040 en toda la UE si no queremos vivir los peores efectos del cambio climático”.

Por otro lado, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) también ayuda a la recuperación y crecimiento de las especies más importantes y a crear un futuro en el que los seres humanos no abusen de los recursos naturales renovables, además de otras muchas más propuestas.

¿Qué puedes hacer tú?

Son muchas las acciones que, como ciudadanos, podemos hacer en nuestro día a día para reducir la sobreexplotación de los recursos naturales. Cambiar pequeños detalles en nuestra rutina puede contribuir a la protección de la naturaleza y el medioambiente. Sólo tienes que acostumbrarte a un estilo de vida más ecológico y cómodo: separar la basura, utilizar productos reutilizables, apagar las luces siempre que se pueda, consumir productos ecológicos, procurar no dejar los aparatos enchufados, cerrar los grifos siempre que no los estemos utilizando, utilizar el termostato, movernos en transporte público, llevar nuestras propias bolsas al supermercado, aprovechar la luz natural… son algunas de las formas para contribuir a la sostenibilidad.