A la izquierda, José Antonio Allande, director veterinario de Perivet.
José Antonio Allande (Perivet): "El fuego no solo quema bosques, también amenaza la producción de alimentos"
El director veterinario de la compañía ha advertido de las graves consecuencias que tienen los fuegos para ganaderos y agricultores en España.
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Los incendios forestales no sólo devoran bosques y paisajes naturales. También arrasan con buena parte de la base sobre la que se sostiene la producción de alimentos en España. Así lo ha advertido José Antonio Allande, director veterinario de Perivet, durante su intervención en el VI Simposio del Observatorio de la Sanidad, organizado por EL ESPAÑOL e Invertia.
"Cuando oímos la palabra incendios forestales, asociamos de un modo directo que se quema el bosque y los espacios naturales", ha señalado el experto.
"Pero el medio rural fija población y en él encontramos explotaciones agropecuarias, hortofrutícolas e industrias agroalimentarias. Es algo en lo que la mayoría no reparó en su momento. Pensemos que en España entre el 90% y el 95% de los alimentos que consumimos proceden del campo".
Allande ha recordado que el medio rural concentra los recursos que permiten sostener la cadena alimentaria: agua para cultivos, forraje para animales, espacios de producción de hongos, frutos secos o miel. "Pensamos que los bosques sólo tienen madera, pero son también el entorno donde se producen alimentos de alto valor añadido", ha explicado.
Además, la profesionalización de agricultores y ganaderos ha impulsado pequeñas industrias en el entorno rural que aportan productos transformados de gran importancia económica.
Cuando el fuego irrumpe, la pregunta inmediata es cuánto tiempo tardará la naturaleza en recuperarse. Según Allande, las praderas que alimentan al ganado pueden tardar entre cuatro meses y seis años en volver a ser útiles. En el caso de los cultivos, los tiempos se alargan aún más, y la pérdida de esporas de hongos puede provocar una escasez de este producto durante varios años.
José Antonio Allande Menéndez, director veterinario de Perivet
"El caso de la miel es todavía más dramático", ha lamentado. "Los productores han perdido las abejas, el medio de producción, el producto y la flora que alimenta a esos insectos”. A esto se suman los animales heridos o fugados tras los incendios, con un fuerte impacto económico para las explotaciones.
Los incendios también dejan secuelas menos evidentes pero igual de dañinas para la competitividad del sector agroalimentario. "El fuego genera dos compuestos: humo y cenizas. El humo, a través del aire, puede depositarse en una zona vitivinícola y alterar el sabor del vino. Las cenizas, arrastradas por el agua, pueden alcanzar cauces y estuarios, poniendo en riesgo a crustáceos y moluscos", ha explicado el veterinario.
La Unidad Militar de Emergencias, recordó Allande, juega un papel crucial en contener estos arrastres y evitar la contaminación de acuíferos. Pero el riesgo no desaparece: "Podemos encontrarnos con alimentos que pierdan sus características organolépticas y que no se correspondan con la calidad que marca su etiquetado. Eso es un fraude comercial y un riesgo sanitario".
Más allá de los efectos inmediatos, Allande insistió en la importancia de la prevención. "Hablan de que el ganadero vuelva al campo, de que las parcelas se aprovechen. Pero hay que preguntarse por qué se escapan los productores tradicionales. Es un tema quizá más político que productivo", ha advertido.
En cuanto a la seguridad alimentaria, el experto ha lanzado un mensaje de tranquilidad: "Los alimentos son sanos y seguros. No va a pasar nada". Sin embargo, también ha querido matizar que la pérdida de calidad comercial y la escasez de oferta sí tendrán repercusión en los precios, especialmente en sectores como la carne extensiva.
"Un animal productor de carne tarda dos años en ser rentable. Muchas veces, en las compensaciones, se atribuye un valor de sustitución que no refleja la realidad: no siempre se puede sustituir un animal por otro", ha advertido.
Los peritos veterinarios, subrayó, juegan un papel clave en la tasación de daños y en la valoración de reclamaciones frente a seguros. "Muchas veces estas valoraciones las hacen peritos de riesgos diversos, sin conocimiento suficiente de la materia. Eso genera problemas añadidos para los productores".
El reto, por tanto, no es solo restaurar lo quemado, sino también proteger al medio rural como eje de la seguridad alimentaria. En este sentido, Allande ha insistido en la importancia de acudir siempre a canales de distribución seguros, identificar marcas y registros sanitarios, y evitar mercados paralelos que pueden ofrecer productos de dudosa procedencia.
Porque, como ha recordado el experto, los incendios forestales son mucho más que un drama ambiental: también suponen una amenaza para la economía rural, la calidad de los alimentos y la seguridad alimentaria de toda la sociedad.