Moreno, junto a los consejeros de Sanidad, Educación y el portavoz del grupo popular en el Parlamento. Sevilla
El SAS más cuestionado en años ha duplicado su presupuesto en solo una década: de 8.000 a 16.000 millones de euros
La crisis del cribado de cáncer de mama abre un debate sobre la inversión en el sistema sanitario y sobre el futuro del modelo sanitario.
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El presupuesto para Salud de la Junta de Andalucía en 2026 será de 16.000 millones de euros. "El más alto de la historia", señaló el presidente del Gobierno andaluz, Juanma Moreno, en su intervención la pasada semana en la Sesión de Control en el Parlamento, que afronta la época más cuestionada del SAS desde las mareas blancas que cercaron al PSOE de Susana Díaz.
La cifra, dentro de un Presupuesto para la comunidad que será de más de 50.000 millones, supone que casi un tercio del dinero que se invierta el próximo año en Andalucía será para cuestiones sanitarias. Pero, ¿es mucho o poco?
Si se pone en contexto la cifra, hay que echar la vista atrás. ¿Cuál fue el gasto en sanidad del último Gobierno del PSOE, el de Susana Díaz en 2018? Superó los 9.000 millones de euros, casi la mitad de lo que el Ejecutivo de Juanma Moreno pone sobre la mesa para el próximo ejercicio.
Mirando más hacia atrás, se puede ver cómo hace 10 años, en 2016, las cuentas de la comunidad consignaron unos 8.000 millones de euros. Eran los mismos 8.000 millones en 2006, una década atrás.
Aunque es cierto que en 2008 estalla la gran crisis económica y eso obliga a recortes en todos los ámbitos, lo cierto es que entre 2006 y 2016 el crecimiento del presupuesto sanitario se mantiene casi estancado.
Más dinero
Este es uno de los argumentos que señalan desde el Gobierno andaluz a su favor en la crisis del cribado de cáncer: "Hemos puesto más dinero, más medios, más personal y más infraestructuras", explican en público y en privado desde el Ejecutivo de Juanma Moreno.
Entonces, ¿qué ha fallado? El análisis que se hace desde el Gobierno andaluz es que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) es una estructura anticuada. "Se creó en los años 80", explicó el nuevo consejero de Sanidad, Antonio Sanz, esta pasada semana cuando desveló el plan de 16 puntos para mejorar el sector en la comunidad.
En los años 80 -hace de eso 40 años- había otra población, otras enfermedades y otros tratamientos. No había digitalización. Y en estas cuatro décadas los hospitales y servicios, explican fuentes del Gobierno andaluz, se han ido convirtiendo en ocasiones, en sistemas aislados donde no se aplica siempre los mismos protocolos.
Eso explica, señalan, que el cribado de cáncer de mama falle en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, pero no en el Reina Sofía de Córdoba, por ejemplo.
La inversión en sanidad, subrayan desde la Junta, es la más alta de la historia. Por primera vez, subrayan quienes trabajan con el nuevo consejero de Sanidad, se gasta por habitante por encima de la media de España, algo que no había pasado nunca. Y, sin embargo, Moreno responde hace tres semanas por una crisis sanitaria.
Desde el PSOE saben que en la mayoría absoluta del PP se ha abierto una grieta por el flanco sanitario. Curiosamente, la misma vía de agua que se abrió en el caso del PSOE de los últimos gobiernos andaluces.
¿Será el mismo desenlace el de Susana Díaz que el de Juanma Moreno? Desde el Gobierno andaluz están poniendo todos los medios para que no sea así. Más dinero, más personal, una 'refundación' del SAS, más oposiciones... toda la carne en el asador.
Es sintomático de lo en serio que se toman el asunto en el Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta, el hecho de que quien se haya hecho cargo del asunto es Antonio Sanz. Persona de la máxima confianza de Moreno, es además experto en incendios -literales y políticos-.
De hecho, altos cargos del Gobierno andaluz explican que el perfil de Sanz se ajusta a las máximas de Juanma Moreno y a lo que pide la situación: diálogo, acuerdos y capacidad casi infinita de trabajo.
Lo primero que hizo al ponerse al mando de la crisis es llamar a todas las asociaciones que tienen algo que ver con el cáncer. Todas incluyen Amama, la asociación que denunció la cuestión del cribado. Ellas, señalan sorprendidos desde el Gobierno andaluz, se han negado a reunirse.
"Prefieren manifestarse ante San Telmo que sentarse con nosotros", señaló Moreno esta pasada semana. "Yo les abrí las puertas de mi despacho desde el primer día", añadió.
Ante esto, el PSOE aprovecha para hacer oposición a pocos meses de las elecciones andaluzas. La ministra María Jesús Montero, candidata socialista a la Presidencia de la Junta, tachó este mismo viernes de "cúmulo de despropósitos" y "crisis sanitaria sin precedentes".
"No entiendo qué está pasando con las pruebas clínicas", añadió la vicepresidenta, quien comentó que "primero se trasladó (desde la Junta) que era mentira, que era un infundio que estuvieran desapareciendo pruebas o que se estuvieran alterando; posteriormente se dijo que era un error", y la cuestión es que "la Junta de Andalucía sigue sin dar ningún tipo de explicación respecto a esta cuestión", criticó.
La cuestión, creen en el PSOE, tiene confundido a Moreno. Eso explica, señalan, que ante la pregunta de la vicesecretaria general del PSOE andaluz, María Márquez, sobre el cribado de cáncer, el presidente de la Junta hablase del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Todo esto ocurre a meses de las elecciones. Por eso los planes de choque y aumento de financiación que plantea el Gobierno andaluz como solución al problema sanitario tienen un riesgo: que no sean ellos quienes los pongan en marcha por completo.
Desde el Ejecutivo andaluz confían en mantener la mayoría que les permita gobernar. La mayoría absoluta, aun con la crisis del cribado, está a solo un diputado en el peor de los casos. Pero las encuestas amplían la horquilla hasta 56, uno por encima de esa mayoría.
Quedan meses de precampaña y campaña. Este mismo domingo hay una manifestación convocada frente al Palacio de San Telmo. Amama y otras organizaciones protestan por esta cuestión y Moreno ya emplazó a Vox, por ejemplo, a que se unieran a la marcha para "gritar contra el Gobierno".