Imagen de un dermatólogo revisando lunares. Sevilla
Andalucía, la región con más cáncer de piel: uno de cada seis andaluces lo padecerá por el clima y el estilo de vida
Tomás Toledo, dermatólogo de los hospitales Quirónsalud de Sevilla, señala que en 2024 hubo 13.000 diagnósticos de esta enfermedad.
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Andalucía es la comunidad autónoma en la que más casos de cáncer de piel hay. Concretamente, se han registrado 230 por cada 100.000 habitantes, lo que se traduce en que uno de cada seis andaluces tendrá esta enfermedad a lo largo de su vida.
Tomás Toledo, dermatólogo y coordinador del programa de teledermatología de los hospitales hispalenses Quirónsalud Sagrado Corazón e Infanta Luisa, revela a EL ESPAÑOL de Sevilla cuáles son las causas por las que la comunidad del sur de España es la más propensa a desarrollar esta enfermedad.
La cantidad de días soleados, la preferencia de los andaluces por disfrutar del Lorenzo y el tejido productivo -abundan los trabajos en los que se pasan muchas horas bajo el sol- conforman el tándem perfecto para que Andalucía sobresalga en el número de casos registrados.
Concretamente, solo en 2024, se diagnosticaron en la comunidad en torno a 13.000 nuevos casos. No obstante, el dermatólogo subraya que "la mayoría de estos suelen ser cánceres no melanomas, que, afortunadamente, son los menos peligrosos".
"La mayor parte de los diagnósticos responden a un carcinoma espinocelular o basocelular", aclara. Algo que puede parecer ininteligible pero que se traduce en pequeñas heridas que no cicatrizan y que pasan desapercibidas.
Heridas que pasan desapercibidas
Este es un tipo de cáncer que se combate con la conocida como cirugía de Mohs -la especialidad de Toledo- y que resulta ser el tratamiento más efectivo para dicha enfermedad.
Hay quienes no prestan la suficiente atención a pequeñas fisuras en la nariz, párpados, orejas o barbilla que tardan más en cerrarse. Sin embargo, el jefe de dermatología de los hospitales sevillanos subraya que "esto es un error".
El doctor Tomás Toledo. Sevilla
"Mucha gente suele confundir este tipo de rasguños con un corte tras el afeitado o algo similar. Sin embargo, se puede estar ante un caso de cáncer de piel".
Aunque los carcinomas espinocelular o basocelular son los más comunes, el índice de mortalidad es muy bajo. En concreto, "solo el uno por ciento de las personas que desarrollan esta enfermedad fallece".
La forma de curarla consiste en una intervención quirúrgica en la que se extirpa una fina capa de piel en la que se ve la herida. Este proceso se repite hasta que en la piel extraída ya no persiste el cáncer.
En paralelo, Tomás Toledo destaca que "cada vez la incidencia se detecta más porque aumentan las visitas al dermatólogo".
Signo de estatus
Asimismo, celebra que "ahora la gente está más concienciada sobre los riesgos de la exposición al sol, sobre todo con los niños". No obstante, declara que no hay que bajar la guardia.
Y es que, para muchos, "el bronceado es un signo de estatus, de pasar un día tras otro en la playa". Por este motivo, tal y como asegura el dermatólogo a este periódico, "las visitas a las consultas se incrementan de manera considerable tras el verano".
"Todo el mundo viene antes y después de las vacaciones para ver qué es lo que ha cambiado durante las jornadas de playa", confiesa.
Sin embargo, cabe destacar que "la mayoría de los cánceres de piel los detectan los familiares".
En cuanto al perfil del paciente, este ha cambiado por completo a lo largo de los años. Mientras que antes eran, en su mayoría, personas con piel clara y muchos lunares o que habían trabajado a lo largo de su vida bajo el sol, ahora "cualquiera puede desarrollar la enfermedad".
La razón es que hay quienes van a pasar unos días a la playa y terminan alargando demasiado las horas de bronceado.
Recomendaciones lógicas
Independientemente de esto, el dermatólogo confirma que "hay personas que tienen que tener más cuidado con la exposición solar". Concretamente son aquellas con ojos azules y piel blanca.
Sin embargo, Tomás Toledo afirma que "los dermatólogos deben ser conscientes de la situación y hacer recomendaciones que vayan acorde con ella".
Por ello, declara que "es posible ponerse moreno de manera responsable", aunque no olvida que "la piel bronceada es un signo de que esta ha sufrido".
Para conseguir el tono perfecto sin aumentar las posibilidades de desarrollar un cáncer de piel basta con "no exponerse durante las horas en las que el índice de radiación ultravioleta está demasiado alto, consultar al especialista ante cualquier cambio en nuestra piel y aplicar protector solar cada dos horas".
En cuanto a esto último, Toledo afirma que "las cremas de supermercado y las de farmacia son igual de efectivas. En lo que hay que fijarse es que en la etiqueta marque protección ante la radiación UVA y la UVB".
El daño de las cabinas de rayos UVA
Por otro lado, el dermatólogo advierte de los riesgos que conlleva hacer uso de las cabinas de rayos UVA. Este método de bronceado "puede aumentar hasta en un 70% la posibilidad de desarrollar cáncer de piel".
La probabilidad se incrementa si se ha recurrido a estos sistemas antes de los 30 años. "Hace años, había pacientes que se daban rayos UVA para combatir enfermedades como la psoriasis, pero ahora hay quienes los usan para ir morena a la feria", lamenta.
Y es que el bronceado aparece cuando la piel ha sido dañada y esta ha cicatrizado, algo que señala directamente a la rápida respuesta del cuerpo a las cabinas: es sinónimo de que el que es el órgano más grande del cuerpo ha sufrido demasiado.