Susana Díaz y Pedro Sánchez, este sábado en el mitin de Sevilla.

Susana Díaz y Pedro Sánchez, este sábado en el mitin de Sevilla. EFE

España ELECCIONES GENERALES

Díaz pide una "mayoría sólida" para Sánchez que no le haga depender de los separatistas

"Nadie nos enseñará a amar España", asegura ante Sánchez, prometiéndole que se va a "batir el cobre" para que repita como presidente. 

17 febrero, 2019 02:00
Sevilla

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Susana Díaz está decidida a volcarse para que el PSOE resista a "las tres derechas" en las elecciones generales del 28 de abril y pueda seguir gobernando y, después, para que ocurra lo mismo en las municipales y europeas que se celebrarán en Andalucía el 26 de mayo. Así lo ha proclamado en Sevilla, en el mitin con Pedro Sánchez que ha marcado el inicio de la precampaña electoral una vez se conoce la fecha de las elecciones generales. 

Las diferencias entre Sánchez y Díaz y, a veces, su enconada enemistad, hacen del primer párrafo de este texto una información de todo menos una información obvia. Su distanciamiento se inició tan solo unos meses después de que Sánchez fuese elegido líder del PSOE por primera vez en 2014 con el determinante apoyo de la andaluza. Desembocó en un enfrentamiento abierto durante las últimas primarias por el liderazgo del partido, en 2017, y la relación nunca se ha recuperado. 

Tanto es así que hay quien considera que las generales son, en Andalucía, las elecciones de Sánchez, donde él se la juega el tipo y mide su apoyo, y las de mayo las de Díaz a través de 'sus' alcaldes, 'sus' Diputaciones y 'sus' resultados en las elecciones europeas. 

En la resaca de las elecciones andaluzas que expulsaron al PSOE de la Junta de Andalucía, desde Ferraz empezaron a sonar los tambores de guerra contra Díaz por sus resultados, pero fueron rápidamente cortocircuitados para evitar la destrucción mutua. En las últimas semanas, el PSOE-A se ha mantenido al lado de Sánchez incluso cuando éste concedió a los partidos independentistas una figura de mediación (el "relator") y una mesa de partidos estatal. Mientras, otros dirigentes territoriales y diputados ponían el grito en el cielo por lo que consideraban una cesión imperdonable. 

Sin química

Este sábado, en Sevilla, se celebró el mitin de dos aliados formales, con intereses comunes, pero sin química personal alguna. A Díaz hubo que leerla entre líneas, pero los elementos estaban ahí. Invirtió una buena parte de su intervención, breve y condensada, en explicar por qué ama a España. 

"Tenemos un reto todos los socialistas por delante", dijo: "dar una mayoría sólida para Pedro Sánchez para que no dependa de nadie y haga en España lo que no le hayan dejado hacer en esta legislatura. Hay que ir con fortaleza, con ganas, con ilusión y con mucha unidad", pidió. "Nadie nos enseñará a amar a España", advirtió frente a la derecha, a la que acusó de practicar un "franquismo económico" y tratar de repartirse Andalucía "como si fuera un botín". Contra Juanma Moreno tuvo palabras duras: "ineficaz", "inútil" e "indolente", entre otras. 

Según ella, lo que pasó en Andalucía, donde Vox irrumpió con 12 de 109 diputados y sumó mayoría absoluta con PP y Ciudadanos mientras la izquierda se quedaba en casa es un aviso a navegantes en el resto de España. "Tomemos nota. Evitemos que eso pase en España", imploró

Moderación para la campaña

La campaña del PSOE se basa, además de una imagen de moderación y progreso frente a la derecha y el independentismo, en la movilización. "Si nosotros no vamos, ellos volverán", dijo Díaz, rememorando un viejo eslogan electoral del partido. 

Pero la movilización no tiene sólo como objetivo que la derecha no sume sino también que, si no hay mayoría conservadora, Sánchez no se vea tentado de pactar con los partidos independentistas. Según el equipo de Díaz, fue precisamente el diálogo con la Generalitat y los partidos que la apoyan la que desanimó al electorado en las últimas andaluzas. 

Cuando Díaz habla de "mayoría sólida" es porque Sánchez no la tenía hasta la fecha, ya que la de la moción de censura dependía de Unidos Podemos, ERC, PDeCAT y PNV. Y Díaz cree que no se puede gobernar con los independentistas. Esa es la clave de bóveda de la legislatura que remata. Sánchez defendió una investidura con esos mimbres y fue derrocado en un doloroso Comité Federal. Acabó dejando el liderazgo del PSOE y dimitiendo como diputado. Tras dejar el cargo, ganó las primarias y acabó conformando un Gobierno gracias a la moción de censura y la sentencia de la Gürtel.  

En el apoyo de Díaz había, de forma implícita, una advertencia. Amplios sectores del PSOE no quieren que Sánchez se apoye en los nacionalistas. Contando con que PSOE y Unidos Podemos no sumarán la mayoría absoluta por el hundimiento del partido morado, sólo hay un partido posible para esa suma que excluya a los independentistas. De momento, no se presta. Es Ciudadanos.