Vanesa Freixa y su lucha por volver a conectar con la naturaleza: La ciudad es muy agresiva en sí misma

Vanesa Freixa y su lucha por volver a conectar con la naturaleza: "La ciudad es muy agresiva en sí misma"

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Vanesa Freixa, la experta que defiende que volver al campo no es un fracaso: "La ciudad es muy agresiva en sí misma"

A través de 'Ruralismo', su último libro, la leridana reflexiona sobre la pérdida de saberes tradicionales y la urgencia de construir una vida ligada a la tierra.

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Vanesa Freixa (Rialp, Lleida, 1977) pasó su adolescencia escondiéndose de su padre cada vez que le pedía ayuda con el cuidado de las ovejas. Y es que, como en cualquier otra joven, la vida que despertaba en ella no le hablaba de establos ni esquilados.

Sin embargo, por un motivo u otro, ese entorno que tanto había rechazado durante su juventud ha terminado por convertirse en el motor de sus días. Y eso es algo que es capaz de defender a capa y espada ante quien haga falta. O, por lo menos, así lo relata a lo largo de las 187 páginas de su obra Ruralismo. La lucha por una vida mejor (Errata Naturae, 2025).

Tras un primer acercamiento de nuevo al campo en su época de directora en la Escuela de Pastores de Cataluña, decidió que era el momento de retomar el contacto con la naturaleza. Y fue dicho y hecho.

Se asentó con su familia en una vieja cabaña pirenaica al norte de Lleida y compró siete ovejas. Así, poco a poco, fue adquiriendo los saberes necesarios para sacar adelante una finca de modo sostenible y respetuoso, pero fue precisamente ahí cuando una marabunta de interrogantes empezaron a planear sobre su cabeza.

¿Cuándo y cómo desechamos los conocimientos y la transmisión del modo de vida rural? ¿Cómo podríamos reinventar una ruralidad para el siglo XXI que garantice un futuro viable y justo para todos? Freixa se lo cuestionaba todo y, ahora, precisamente a través de su última obra, intenta dar respuesta a aquellos interrogantes que se planteó.

Para ella, la clave del ruralismo está en "llevar una vida naturalmente ligada a la tierra, a su trabajo y al contacto con ella, ya sea en el campo o en la ciudad", pero siempre partiendo de "conocimientos tradicionales". Aunque aquí, dice, el problema es que, en la mayoría de nuestros casos, "no nos los transmitieron".

Vanesa Freixa se dedica a la creación artística, la divulgación y la generación de pensamiento crítico en torno a la ruralidad.

Vanesa Freixa se dedica a la creación artística, la divulgación y la generación de pensamiento crítico en torno a la ruralidad. Xavi Sánchez Cedida

Se trata, continúa la leridana, de "poder garantizar una buena vida para las personas en aquellos elementos que consideramos esenciales: el alimento, el agua, el refugio o la vivienda y el cuidado entre las personas".

Pero, sobre todo, insiste en que debemos ser conscientes de que "vivimos en un entorno que se tiene que cuidar, donde tenemos una interrelación muy importante y que necesitamos ese conocimiento para poder nutrirnos y cuidarnos mutuamente".

Vida naturalista

En su caso, cuenta Freixa, no fue hasta los "treinta y pico años" cuando adquirió una voluntad clara de abogar por un estilo de vida naturalista. Y es que, dice, pese a que "muchas personas tienen una idea del campo que les gusta y les atrae, lo ven simplemente como un escenario".

"Cuando naturalmente lo conoces, te das cuenta de que en cierta manera ha habido una estrategia para desconectarnos de esta vida rural. Aquí es cuando empieza un camino en el que vas construyendo un proyecto de vida, dependiendo de tu posibilidad, porque al final vivir en el campo también es un privilegio", explica.

Y dice "privilegio" porque, pese a las creencias de que lo rural es "muy sencillo", realmente resulta muy caro. "Es una paradoja muy grande […] y esto es lo que no puede ser. Es dificilísimo vivir en la ciudad, pero también hacerlo en el campo".

Para ella, lo campestre no es sinónimo de atraso, sino de entendimiento. Pero, asegura que nuestros ojos no son capaces de verlo porque "estamos en un sistema que nos ha desprovisto de ese conocimiento con una campaña de desprestigio".

"Ahora, nos encontramos a las nuevas generaciones con una gran falta de saber sobre lo que nos da autonomía, resiliencia y libertad, que es lo más importante y lo hemos perdido. ¿A cambio de qué? De trabajo, dinero y endeudamiento, porque, de nuevo, no somos capaces de proveernos ni de lo básico, que es tener alimentos", defiende la leridana.

Los últimos reductos

Actualmente, el campesinado ocupa un 3% de la población catalana y apenas un 1% de la española. Sin embargo, subraya Freixa, "son los que tienen que alimentar a todo un país".

A eso, indica, hay que sumar la expropiación de tierras para hacer proyectos energéticos y la falta de relevo generacional, dos ingredientes que forman el caldo de cultivo perfecto para que los agricultores tengan "la autoestima por el suelo".

Vanesa Freixa defiende el ruralismo como la opción más inteligente ante un modelo socioeconómico insostenible.

Vanesa Freixa defiende el ruralismo como la opción más inteligente ante un modelo socioeconómico insostenible. Cedida

"Es un sector que si estuviese dignificado, es decir, si se le pagase el precio justo por el trabajo que hace, viviría muy bien y nos proporcionaría alimentos de proximidad, porque también haría falta cambiar la cadena productiva", asegura.

A contracorriente

Pese a defender el ruralismo en una sociedad donde se glorifica el éxito urbano y tecnológico, Freixa no se considera una disidente del modelo de progreso dominante. Y es que, tal y como explica, tan solo hace "el recorrido lógico".

"Es el camino inverso tras darme cuenta de los tentáculos del sistema que nos ha conducido a esta domesticación, apartándonos completamente de la naturaleza que somos como seres vivos", explica.

Se trata, dice, de un proceso que nos ha llevado a "tener siempre una visión muy utilitarista de las cosas". Motivo por el que remarca la importancia de darse cuenta de que "nos han convertido en máquinas de consumo y de trabajo para que la estructura funcione".

Y precisamente ante este escenario es frente a lo que Freixa se revela: "Es un tema de abrir los ojos y verlo desde la perspectiva de que es una manipulación y que incluso la identidad que tenemos cada una de las personas en este entorno no es desde la autenticidad, sino que hemos seguido un trayecto trazado para cumplir una función determinada".

Sin embargo, la leridana sabe que ser ajeno a esta red no es tarea sencilla, empezando por el primer paso: tener el privilegio de decidir. "Hay que romper con esa vida y hacer el cambio. Lo siguiente es preguntarse si este movimiento es una convicción ideológica, política o solo un anhelo", indica

Vanesa Freixa ha publicado 'Ruralismo. La lucha por una vida mejor' (Errata Naturae, 2025).

Vanesa Freixa ha publicado 'Ruralismo. La lucha por una vida mejor' (Errata Naturae, 2025). Xavi Sánchez Cedida

Y es que, tal y como explica a ENCLAVE ODS, para ella la clave está "buscar la satisfacción en nuestras decisiones", porque "si no estás bien, ya puedes estar en el campo como en la urbe, que no vas a encontrar tu lugar". Aunque lo que sí tiene claro es que "la ciudad es muy agresiva en sí misma".

A continuación, asegura que "los caminos pueden ser muy variados", pero que lo fundamental es que "lo que tú hagas tenga sentido para ti y te des cuenta de las trampas de un sistema que nos utiliza constantemente".

"Somos como una hormiga. Nuestro medio natural es el entorno y este es el paisaje que nos nutre y nos alimenta. Pero cada vez estamos más alejados de él y esto nos enferma, literalmente, porque si se enferma la tierra, más lo hacemos nosotros, porque estamos viviendo en un entorno hostil", concluye.