Un hombre sujeta velas con la imagen del papa a las puertas del hospital en el que estuvo ingresado en Roma.

Un hombre sujeta velas con la imagen del papa a las puertas del hospital en el que estuvo ingresado en Roma. Remo Casilli Reuters

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Adiós al pontífice más 'verde' y social de la historia: este es el legado del papa Francisco al desarrollo sostenible

Tras su hospitalización en Roma por una neumonía bilateral, el santo padre ha muerto, pero deja una significativa contribución a la Agenda 2030. 

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El papa Francisco ha sido de todo menos convencional. Desde sus inicios, sus deseos de que el Vaticano reconectase con los fundamentos cristianos fueron evidentes. Y entre ellos, se situaron en una posición especial su lucha medioambiental y en pro de los derechos humanos.

Desde predicar el amor y respeto más allá de las fronteras, creencias religiosas o color de piel, hasta reivindicar que todos los humanos son "hijos e hijas de Dios", su discurso se centró en construir una iglesia mucho más social que defendiese la realidad antropogénica del cambio climático. 

Pero no lo defendió solo desde sus discursos. Si no también a través de sus encíclicas, cartas y mandatos. Algo que, por cierto, en más de una ocasión le valió críticas y revuelos dentro de la comunidad católica.  

Durante su mandato, Francisco fue fiel defensor de aumentar la inversión en la lucha "justa" contra el cambio climático y de reducir los presupuestos dedicados a armamento y a hacer la guerra. También apostó por la paz, la redistribución de los recursos para acabar con la pobreza y el hambre e, incluso, reivindicó el papel de la mujer dentro y fuera de la santa sede. 

"La Iglesia es mujer"

Esta fue, en realidad, una de sus opiniones más controvertidas, defendida y contestada en igual medida. En abril de 2024, en un vídeo difundido por el Vaticano, abogaba por que "la dignidad y la riqueza de las mujeres sean reconocidas en todas las culturas, y para que cese la discriminación que sufren en diversas partes del mundo".

El papa defendía también el fin de las "leyes discriminatorias" y de prácticas como la mutilación genital femenina. Además, en más de una ocasión, pidió que los Gobiernos "trabajen para que se garanticen los derechos fundamentales de las mujeres". 

Porque, como insistió el pasado año, "si no lo hacemos, la sociedad no avanzará". Pero esa no fue la primera ni única vez que alzó la voz por el rol de las mujeres dentro y fuera del rito religioso.

Durante un encuentro con jesuitas en Luxemburgo, recogido por la web especializada Vatican News, el papa respondió que "la Iglesia es mujer" cuando uno de los religiosos le preguntó sobre cómo dar un "lugar más justo y adecuado" a las mujeres en la institución. 

Y es que Francisco fue defensor de darle un espacio más prominente a las religiosas en su visión de la iglesia católica. Muestra de ello son Raffaella Petrini, Alessandra Smerilli, Yvonne Reungoat, María Lía Zervino, Simona Brambilla o Charlotte Kreuter-Kirchhoof; todas ellas, con cargos de más o menos responsabilidad dentro de la santa sede. 

Algo que, en palabras del papa, hace que "las cosas funcionen mejor que antes". La reforma de la iglesia católica que comenzó Francisco, eso sí, se tildó en muchas ocasiones de lenta. Ahora, cabe esperar a lo que hará su sucesor, pues no toda la institución tiene su misma visión. 

Eso sí, entre sus reivindicaciones sobre los derechos de las mujeres también ha habido más de una polémica. Y es que Francisco llegó a tildar el derecho al aborto como "un homicidio" y a comparar a quien lo practica con "un sicario".

Palabras pronunciadas en 2018 y que le acarrearon críticas por su peligrosidad, especialmente teniendo en cuenta que aún hoy hay países en los que las cárceles se llenan de mujeres que han visto su embarazo interrumpido voluntaria o involuntariamente. 

Pecado, no delito

Por otro lado, en una entrevista con Associated Press en 2023, el pontífice levantó ampollas entre sus fieles más fervientes, pero dio un paso hacia el fin de la discriminación del colectivo LGTBIQ+. Francisco condenó las leyes "injustas" que penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo en muchos países. 

Además, defendió que "la homosexualidad no es un delito". En concreto, dijo: "Todos somos hijos de Dios, y Dios nos ama como somos y por la fuerza que cada uno tiene para luchar por su dignidad. Ser homosexual no es un delito. No es un delito". 

Eso sí, también reconoció que es "pecado", como también lo es "la falta de caridad de unos con otros". Tampoco fue la primera vez que el papa hacía referencia al colectivo LGTBIQ+. 

Ya en 2013 dijo en una rueda de prensa que "no deben ser marginados" y que "la tendencia [a la homosexualidad] no es el problema", que todos somos "hermanos". O en 2018, cuando le dijo a una víctima de abusos sexuales en la iglesia: "Dios te hizo así. Dios te ama así".  

Su discurso, eso sí, no quita que haya tenido deslices por los que tuvo que pedir perdón. Eso es, precisamente, lo que ocurrió en mayo de 2024.

En la Conferencia Episcopal italiana, dijo que a los hombres gais no se les tendría que permitir ingresar a seminarios para el sacerdocio, pues ya había un aire de "frociaggine". Palabra que podría traducirse como "mariconería" o "mariconeo". 

"Genocidio" en Gaza

En los últimos años, el papa Francisco también se erigió como una suerte de mediador en uno de los conflictos más devastadores: el de Gaza. Y es que en numerosas ocasiones criticó la "crueldad" de los ataques israelíes. También aseguró más de una vez que sus plegarias y pensamientos estaban con "los niños ametrallados". 

Además, dijo de este conflicto que, como aseguran los expertos, "tiene características de un genocidio". Por eso, urgió a que se llevasen a cabo "investigaciones cuidadosas para determinar si encaja" en esa definición. Llegó a decir que "ya no es una guerra, es terrorismo".

También tuvo durante su mandato palabras para otras guerras, como la de Ucrania, de la que dijo que "es una vergüenza". Sobre el regreso de los talibanes a Afganistán dijo que compartía el "sufrimiento" de las víctimas. Y sobre la escalada de la violencia en República Democrática del Congo este mismo 2025, que "la guerra siempre es una derrota" y pidió "el cese de la violencia". 

'Laudato Si'

Francisco no habría sido el papa más verde si no fuese por sus alegatos e, incluso, sus encíclicas a favor de la acción climática. Fue allá por 2015 cuando presentó su Laudato Si (o alabado seas, en latín), la primera gran carta de este tipo de su papado en la que afirmaba que "la ciencia es clara respecto al cambio climático". 

En ella, incluso apuntó a que la emergencia climática se trata de un asunto "moral". Por eso, tomó como título una oración de San Francisco, patrón de la ecología, de quien el pontífice tomó su nombre papal.  

Pero esa solo fue la primera vez que el papa hacía referencia a la urgencia de mitigar y adaptarse a la nueva realidad climática del planeta. A lo largo de su mandato, fue constante en su énfasis ecológico.

En su exhortación apostólica Laudate Deum, por ejemplo, advertía sobre los efectos devastadores del cambio climático y lamentaba que no interesase "a los grandes poderes económicos, preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y en el tiempo más corto que se pueda".

Y aseguró verse "obligado a hacer estas precisiones, que pueden parecer obvias", debido a "ciertas opiniones despectivas y poco racionales" que decía encontrar incluso "dentro de la Iglesia católica".

Asimismo, en incontables ocasiones hizo referencia a la necesidad de que el Acuerdo de París se ejecutase de manera "justa y solidaria". Y de no perder el foco de lo verdaderamente importante: acabar con las desigualdades que crea la pobreza.