La actriz Paz Vega, durante la presentación del proyecto 'Orgullosos de nuestras flores'.

La actriz Paz Vega, durante la presentación del proyecto 'Orgullosos de nuestras flores'. Cedida

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La actriz Paz Vega, defensora de flores de Granada en peligro de extinción: "Solo tenemos un planeta, tenemos que cuidarlo"

La intérprete es embajadora de 'Orgullosos de nuestras flores', un proyecto para preservar cuatro especies de Sierra Nevada en peligro de extinción.

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Cuenta Paz Vega que, de niña, su abuela le enseñó a cuidar las flores. Muchos años después de su muerte, aquellas macetas vuelven a florecer cada primavera y ella ve su alma en ellas.

"Me conectan con mi infancia y mi familia, con mi abuela que me enseñó a amarlas y a cuidarlas", cuenta la actriz y directora de cine. Por eso, no ha dudado en convertirse en adalid de unas flores autóctonas andaluzas que están en peligro de extinción.

Vega es la embajadora de Orgullosos de nuestras flores, un proyecto de aguas Lanjarón, la Junta de Andalucía, la Universidad de Granada y CETURSA cuyo objetivo es plantar 1.300 plantas en peligro de extinción en Sierra Nevada. Esta iniciativa a Vega le parece "importante y necesaria".

Por eso, añade: "Fue muy fácil convencerme para apoyarla. Me siento identificada con preservar nuestro entorno y poner en valor la tierra donde hemos nacido".

La actriz admite sentir un profundo vínculo con Andalucía: "Es mi esencia, mi acento, mis tradiciones, mi familia, mi tierra. Allá donde vaya se me nota que soy andaluza y lo llevo con mucho orgullo".

Aunque reconoce que en su carrera, sobre todo al principio, le hicieron "sentirse mal" con su acento. "Ahora estamos en otro tiempo, se celebran los acentos y se abrazan. ¡Viva la diversidad!", proclama.

Ella recuerda lo que era vivir las sequías en Sevilla allá por los años 80. "El tema del agua lo tengo muy asumido y me generó conciencia medioambiental", asegura.

Para ella, por eso, la protección del medioambiente es fundamental. "Todo el cuidado me parece poco. Ir a una playa y ver un vaso de plástico en la arena me genera mucha rabia, coraje. Me pongo como loca a recoger todo lo que veo", dice.

Y recuerda la importancia de hacerlo: "Solo tenemos un planeta, no hay plan B, tenemos que cuidarlo". Por eso ha educado a sus hijos en el respeto al medioambiente.

"En casa tenemos muy presente todo lo que tiene que ver con el cuidado de la naturaleza y el ahorro de energía. Cuando veo luces encendidas, voy apagándolas y digo 'save the planet, save the planet'. Son pequeños gestos, pero hacen que uno se vaya concienciando", afirma.

Además, cuando va a pasar un día de mar con sus hijos, llevan bolsas para recoger basura. "Siempre que vemos una playa que está como no debería, las cogemos y por lo menos algo nos llevamos", asegura.

Paz Vega sostenible

Aunque la actriz y directora sevillana reconoce que "los que tienen que hacer algo por esto son los que mandan y deberían garantizar que realmente haya políticas de protección a nivel mundial", considera que todos deberíamos implementar "pequeños gestos en nuestro día a día para cuidar de nuestro entorno". Estos son los suyos:

  • Apagar las luces. Vega reconoce que para ella se ha convertido en un hábito "salir de la habitación y apagar la luz", ya que "no nos hace falta tenerla encendida y estás ahorrando mucha energía".

  • Optar por electrodomésticos eficientes. En lo posible, la intérprete anima a "intentar tener electrodomésticos preparados para ahorrar energía"

  • Duchas cortas. Además de evitar los baños en bañera, como recuerda, es importante "ser consciente de que en una ducha se van muchos litros de agua".

  • Reciclar. Optar por la cultura del reciclaje, señala, es otra de las opciones que se puede poner en práctica en la vida cotidiana para sumar en el cuidado medioambiental: "Eso es lo que está en ti, en tus manos".

Flores en peligro

La iniciativa 'Orgullosos de nuestras flores', de la que Vega es el rostro visible, pretende conseguir concienciar sobre la situación de la flora de Sierra Nevada. Cuando le contaron que en esas montañas hay 123 especies de flores amenazadas, le llegó al corazón.

De ellas, se ha seleccionado a cuatro en peligro de extinción. "Perderlas supondría una tragedia, porque son el símbolo de nuestras raíces, nuestra historia, nuestro arte y nuestra cultura. Nos enseñan a valorar nuestra esencia andaluza", recalca la actriz.

Las cuatro flores son la manzanilla de Sierra Nevada, el narciso Nevadensis, la tirañuela y la cineraria. De esta última apenas quedan 700 ejemplares.

"Si habláramos de una especie animal, se consideraría ya prácticamente extinguida. Pero las plantas son más vigorosas y es más fácil reproducirlas a corto plazo. Con este proyecto se pretende, por ejemplo, duplicar la población de la cinerería", explica Julio Peñas de Giles, catedrático de Botánica de la Universidad de Granada. Se ha elegido especies críticamente amenazadas "para devolverlas a un estado de tranquilidad", dice.

Estas especies sufren del pasto excesivo del ganado y su pisoteo. Peñas de Giles subraya que "con ciertas correcciones muy sencillas, "hablando con los productores ganaderos y sin imponer, se puede mejorar mucho".

Por ejemplo, "si en vez de subir las cabezas de ganado en una determinada época del año, lo hicieran 15 días después, cuando la cineraria ha florecido y dispersado sus semillas, no tendrían tantos problemas como ahora", zanja.

El catedrático destaca la historia de la manzanilla, que se puso de moda a finales del siglo XIX entre la sociedad granadina, lo que propició su declive por recolección abusiva. "Desde que se protegió en los años 80, se ha frenado esa escalada y algunas poblaciones se están recuperando; no obstante, aunque está prohibido, hay gente que aún sube a Sierra Nevada a llevársela", alerta.

Por eso, recuerda que es importante que la población entienda la necesidad de protegerla: "El macizo montañoso de Sierra Nevada es el más importante en biodiversidad en flora de Europa. Nos gustaría que la gente lo supiera y se animara a cuidarlo". Para ello, subraya que al campo se va "a disfrutar, sin tocar ni llevarse nada".

Proyecto a largo plazo

El proyecto de preservación tiene un ambicioso plan de acción a tres años que comienza en el Jardín Botánico Hoya de Pedraza de Sierra Nevada, una maravilla que se puede visitar de forma gratuita entre el 1 de abril y el 30 de noviembre. El coordinador de esta entidad, Jesús del Río, biólogo de la Consejería de Sostenibilidad Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, explica que el plan "consta de cuatro líneas de trabajo".

Jardín Botánico Hoya de Pedraza de Sierra Nevada.

Jardín Botánico Hoya de Pedraza de Sierra Nevada.

Una primera consiste en visitas periódicas a las poblaciones de flora amenazada para evaluar su estado de conservación. Se trata de zonas de alta montaña, en ocasiones de difícil acceso. "Algunas pueden tardar hasta cinco o seis horas andando para ir a localizarlas", comenta.

Lo segundo son las tareas de recolectar semillas, propagarlas y mantenerlas cultivadas en el jardín botánico, "para tener lo que llamamos colecciones de semillas y plantas vivas", señala Del Río. Eso lleva a la tercera medida, que consiste en reforzar las poblaciones naturales para lo que se van a plantar unos 1.300 ejemplares, de forma manual, uno a uno.

La cuarta tarea es la de sensibilización ambiental, para lo que han lanzado una campaña que se verá en Andalucía y han creado unas esculturas de las cuatro flores amenazadas que se van a poder ver por las capitales andaluzas. "Tienen un código QR en el que se explica este proyecto y cómo ayudar a preservar estas flores, para que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando de este legado natural y cultural único", señala Magda Lluch, responsable de marketing de Agua Lanjarón.

Replantación de narciso Nevadensis en el jardin botánico.

Replantación de narciso Nevadensis en el jardin botánico.

Para el proyecto, Del Río destaca la importancia de contar con una embajadora tan mediática como Paz Vega. "Desde el ámbito científico y la Administración echamos de menos una mayor difusión de los valores medioambientales. Paz Vega va a llegar un público que jamás llegamos nosotros y va a poder conseguir uno de nuestros grandes objetivos, sensibilizar en la protección de la flora y de los recursos naturales de Sierra Nevada", sostiene.

Para Vega, proyectos como Orgullosos de nuestras flores son necesarios porque "a veces se nos olvida que tenemos que cuidar de nuestro entorno y, en este caso, de nuestras flores". De entre todas las especies que se van a preservar, la actriz destaca dos que le han robado el corazón, la manzanilla de Sierra Nevada y la tirañuela. "Las dos se dan en la montaña más alta y están en peligro de extinción, tenemos que conseguir que dejen de estarlo, entre todos", destaca Vega.