A la izquierda, 'Monogram' de Robert Rauschenberg. A la derecha, una pieza de Betsabée Romero.

A la izquierda, 'Monogram' de Robert Rauschenberg. A la derecha, una pieza de Betsabée Romero.

Referentes

De la cabra que obsesionó a Rauschenberg a los neumáticos de Betsabée Romero que decoran NY: así recicla el arte

Con su libro 'Artistas en verde', el periodista medioambiental Rafa Ruiz recopila esas obras que conmueven y reivindican el reciclaje. 

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El artista estadounidense Robert Rauschenberg —cuyo trabajo se puede admirar en el Museo Thyssen— estaba obsesionado con una obra, su MonogramDe ella, recuerda el periodista experto en cultura y medioambiente Rafa Ruiz, hizo hasta siete versiones.

Lo que le quitaba el sueño era "una cabra disecada que compró en un anticuario de Nueva York" y cómo encajarla con las otras dos piezas vitales para él, como un neumático o un colchón. "No sabía si ponerlo vertical, horizontal… Estuvo dándole vueltas toda la vida a ese tema".

La de Rauschenberg es solo una de las historias que Ruiz recopila en Artistas en Verde, un libro editado por Signus, el sistema integrado de gestión de neumáticos usados en España. En él, descansan 30 de los protagonistas del siglo XX y del XXI que dan forma a lo que otros consideran basura y lo transforman en arte

El proyecto nace, cuenta el propio Ruiz, hace aproximadamente ocho años: "En la web de Signus publicamos una vez al mes el perfil de un artista, bien actual o clásico, que haya trabajado con el reciclaje y el compromiso con la sostenibilidad y la naturaleza". La iniciativa empezó girando en torno al caucho, material del que "hay solo un puñado de artistas en el mundo". 

"Porque artesanía con caucho hay mucha, pero artistas puede haber media docena: uno en Chile, otro en Los Ángeles o en China, Corea del Sur o España". Y fue él, el español Ángel Cañas, el primer artista que formó parte del selecto club que es Artistas en Verde. Además, también fue el responsable de que el proyecto trascendiese el caucho y se ampliase al arte del reciclaje en general y a todas las artes clásicas.

Cañas es uno de los protagonistas de la versión física de Artistas en Verde, cuyo diseño corrió a cargo de Diego Lara. Para él, cuenta Ruiz, era imprescindible que "ya a simple vista diera la sensación de que se habla de reciclaje". Por eso, indica, la cubierta está realizada con papel kraft.

Los novísimos

La historia de Ángel Cañas se recoge en el libro para recordar cómo un camionero acabó tan obsesionado con la basura que acabó creando esculturas con ella. Junto a él, Ruiz ha hecho toda una selección de artistas "novísimo", tanto nacionales como internacionales, cuyas historias no tienen desperdicio. Como en el caso de Vik Muniz.

Este brasileño empezó su andadura artística con un documental sobre el día a día de las personas que viven dentro de un vertedero en Río de Janeiro. Como cuenta Ruiz, "tuvo la mala suerte de que una bala perdida en la favela donde vivía acabó en su pierna y el responsable, para que no le denunciara, le dio un montón de dinero con el que se fue a Nueva York".

Fue en la Gran Manzana donde descubrió a los artistas de los grandes museos y empezó a crear. También en esa ciudad que nunca duerme fue donde la mexicana Betsabée Romero acabó exponiendo sus instalaciones creadas con los neumáticos que le obsesionan. 

Ruiz también pone de relieve la historia de Eugenia Latino, una argentina que ahora vive en Lima, Perú. "Su padre era ingeniero mecánico y empezó a enseñarla a soldar de muy pequeña, porque hace ya 50 años que dijo que quería la igualdad de género entre sus hijos", cuenta Ruiz. Por eso, les enseñó "lo mismo a todos, a los chicos y a la chica".

Latino "aprendió desde pequeñita a soldar, algo que no es habitual en las mujeres y menos en Latinoamérica. Eso se convirtió en su obsesión, y por eso hace piezas de reciclaje a partir de elementos de automoción que ella misma suelda".

Los pioneros

Estos son solo alguno de los nombres más contemporáneos que recopila Ruiz en Artistas en Verde. Entre sus páginas, también se encuentran los clásicos, como las obras de Rauschenberg —en especial esa que le obsesionó—. Para el experto, son aún más impresionantes las de Eva Hesse (1936-1970) o Kurt Schwitters (1887-1948), por ejemplo.

Hesse, escribe, "fue una atormentada artista que murió con solo 34 años". Ella supo "hacerse un hueco en la historia del arte a pesar de la discriminación que sufrían las mujeres a mediados del siglo XX". La alemana se convirtió en una de las pioneras a la hora de emplear "materiales pobres y desechados" como parte del proceso de creación de sus esculturas. 

Por su parte, Schwitters fue todo un "clásico de la recuperación de materiales y la reinvención". Dadaísta, poeta "loco", humorista "absurdo"… todo ello le llevó a crear collages de desechos que otros consideraban basura para reflejar esa "Europa rota por la guerra".