En la carrera hacia la sostenibilidad, el sector hotelero ha encontrado en la iluminación inteligente una aliada clave para reducir el consumo energético sin sacrificar confort, diseño ni experiencia del huésped.
La iluminación ha pasado de ser un gesto estético para convertirse en una decisión estratégica que combina eficiencia, operatividad y compromiso medioambiental.
Hoy en día, muchos establecimientos —tanto históricos como de nueva construcción— están incorporando soluciones avanzadas basadas en tecnología LED, sistemas de control centralizado y plataformas inteligentes que permiten gestionar miles de puntos de luz de forma coordinada.
Esta integración tecnológica permite no solo generar ahorros significativos, sino también adaptar la iluminación a cada espacio, momento y necesidad, mejorando la experiencia global.
Ante un escenario marcado por la electrificación creciente de la economía y el auge del uso energético en climatización, movilidad y digitalización, hace imprescindible actuar sobre los grandes consumidores de energía en el entorno construido.
Los hoteles, por su actividad ininterrumpida y su necesidad de mantener altos estándares de calidad y confort, tienen un papel protagonista en este esfuerzo.
Un ejemplo destacado es el Mandarin Oriental Ritz Madrid: tras una reforma integral, se instalaron más de 34.000 luminarias de las marcas Modular, Philips y Color Kinetics, gestionadas por un sistema de control Dynalite desde un único panel.
El resultado: una reducción del consumo energético en un 80% en comparación con la instalación anterior. Además, el sistema ha optimizado el mantenimiento, con intervenciones más ágiles y menos intrusivas para los clientes.
La conectividad total garantiza una gestión desde un único panel central, lo que simplifica la regulación precisa de cada luminaria y facilita las tareas de mantenimiento, sin generar molestias a los huéspedes. También se incorporaron componentes diseñados a medida, como snoots y lentes, para conservar el carácter lumínico original del espacio.
Estos avances demuestran que, ante el desafío de una demanda eléctrica creciente —especialmente por el auge de la digitalización y la climatización global—, la iluminación inteligente no solo reduce costes y consumo, sino que incrementa la calidad y el valor percibido de los espacios.
Además, proporciona una ventaja competitiva al situar a los hoteles como activos alineados con una visión de eficiencia y responsabilidad energética.
Transformar la iluminación ya no es solo cambiar luminarias: es redefinir la forma en que un edificio piensa y gestiona la luz, en sintonía con la evolución del sistema eléctrico global y las exigencias del huésped contemporáneo.
Este tipo de soluciones conectadas, eficientes y estéticamente cuidadas representan hoy la vanguardia del sector y demuestran que el lujo del siglo XXI está estrechamente ligado a la sostenibilidad y la inteligencia operativa.
***Germán Casanova es director comercial de Hospitality de Signify.