Fomentar su confianza y su interés en la tecnología es crucial para reducir la brecha digital y de género. Por eso, en plena revolución tecnológica, el sistema educativo español se enfrenta al reto de integrar la programación en las aulas.

Para abordarlo, CODE.org impulsa una iniciativa de alcance mundial, que promueve el acceso universal a la programación como herramienta esencial para la empleabilidad futura y la competitividad, y en la que participan grandes compañías como BBVA, Banco Santander, Telefónica, Amazon, Gestamp, Red Eléctrica o Endesa.

En 2022, Deloitte España se vinculó al proyecto a través de una alianza estratégica con la que contribuye a impulsar la enseñanza de la informática en todas las etapas educativas.

El primer paso fue la creación del Observatorio de la Informática en España, un diagnóstico pionero que, a partir de sus conclusiones, ha movido a la creación de herramientas y metodologías de enseñanza de la informática, con el objetivo de hacer accesible la informática al alumnado.

Fruto de esta colaboración nace también Ellas Hablan Código, una iniciativa para acercar la programación a niñas y adolescentes, y fomentar la igualdad en el acceso al conocimiento tecnológico.

Es un secreto a voces que el gran reto al que se enfrenta la tecnología es su adopción: mientras los cambios tecnológicos se aceleran, nuestra capacidad de adaptación a ellos evoluciona lentamente. Este fenómeno, que conocemos como "brecha de adopción", es transversal y afecta a toda la sociedad.

Es menos conocido que, en el caso de las niñas, la adopción tecnológica presenta una barrera adicional, conocida como "brecha de género".

Sabemos que las mujeres obtienen mejores resultados en programación en primaria. Sin embargo, la mayoría deja de elegir la asignatura en secundaria.

El resultado, tal y como hemos constatado, consultando a padres y docentes como parte del estudio Observatorio de la Informática, es que casi la mitad de la población —el 46%— sigue creyendo que la programación es una actividad típicamente masculina. ¿Por qué?

Antes de los seis años, las niñas quieren cambiar el mundo: quieren ser bomberas, pintoras, jefas, médicas, chefs, presidentas, futbolistas.

A partir de esa edad, algo ocurre, coincidiendo con la formación de la identidad social: no ven referentes con quienes identificarse y comienzan a percibir que ocupan un lugar en un sistema que espera algo diferente de ellas.

Es entonces cuando empiezan a dudar y a modular sus expectativas de forma notable. Y las vocaciones STEM se ven claramente impactadas.

Reformas educativas estructurales para capacitar en confianza

Introducir la tecnología en esta edad en la que aparece la brecha de género es crítico, y puede influir decisivamente para que las niñas (y la sociedad) la perciban como un gran aliado que las ayude a derribar creencias limitantes.

Esta es la visión que compartimos en Deloitte y desde la que actuamos, pues creemos que las empresas —como motores de transformación social— debemos influir en las capacidades estratégicas que el país necesita.

La programación favorece la equidad en el acceso al conocimiento y ofrece oportunidades para enriquecer la formación de los escolares. Sin embargo, promover su enseñanza como asignatura troncal presente en todas las etapas educativas es un reto que no es fácil.

Por eso, somos aliados estratégicos de CODE, iniciativa global que trata de influir en las capacidades estratégicas que necesitamos como país. Juntos, trabajamos para reducir la brecha digital a través de la educación: somos conscientes de que su potencial transformador para la igualdad de oportunidades es único.

Caminos para reducir la brecha de género tecnológica

Toda niña debe poder imaginarse como líder y referente en cualquier sector. Y la tecnología tiene la particularidad de que impacta transversalmente en todas las actividades económicas.

Es, por tanto, un excelente aliado donde las jóvenes pueden descubrir referentes, y las capacita con habilidades que las hacen confiar en que pueden diseñar y resolver problemas para liderar cualquier ámbito: desde la medicina hasta el diseño, desde la educación hasta el arte.

Por eso, trabajamos con CODE en otra iniciativa que tiene como objetivo impulsar el cambio, Ellas Hablan Código.

Con ella, las niñas pueden acceder, a través de un paquete de becas, a recursos y a formación que las enseñan a programar, potenciando su confianza y rompiendo estereotipos de género, a la vez que reducimos la brecha de adopción tecnológica desde la infancia y la adolescencia.

La inteligencia artificial, la programación, la robótica o el pensamiento computacional son herramientas clave que, unidas a otras capacidades como el pensamiento crítico o las habilidades interpersonales, determinarán la empleabilidad y el liderazgo del país.

Universalizar su acceso es, por tanto, un acto que nos llevará a una mayor justicia educativa hacia las niñas y mujeres, y también un acto que redundará en nuestra inteligencia colectiva.

*** Héctor Flórez es presidente de Deloitte.