Imagina que estás en un barco. Es un velero con un mástil firme desde el que sostiene dos velas blancas hinchadas por un viento favorable. Asimismo, visualiza una tripulación integrada por personas diestras, que conocen bien sus labores a bordo y cumplen con responsabilidad. Así, la jornada transcurre sin incidentes. Tanto las aguas como el velero y los tripulantes que las surcan demuestran una gran sintonía.

Imagina ahora que esa misma tripulación comienza a desatender sus labores, a competir por el mando y, como fruto de haber olvidado que el sostén del barco era en gran medida la cooperación de los distintos miembros, se ve arrastrada a las inmediaciones de un maelstrom —una fuerte turbulencia en las aguas—. Al principio, no tienen augurios del peligro en ciernes. Tan solo una ligera inercia, imperceptible si no se mantiene una actitud atenta.

Conforme el velero se acerca al maelstrom, la inercia es cada vez más poderosa. Existe un amplio margen en el que habría sido posible reorientar el rumbo, desviar ligeramente la vela mayor, girar la pala del timón.

También existe un momento crítico, un punto de no retorno o tipping point. Una vez traspasado este punto, la solidez del casco y botavara del velero pueden hacerlo quebrar en cualquier momento. Solo una tripulación consciente de sus propias capacidades y de las debilidades de la embarcación podría escapar de semejante catástrofe anunciada.

Pensemos ahora que el maelstrom es la crisis ecosocial, una crisis compuesta de diversas crisis transversales que abarca el cambio climático, la acidificación de los océanos, los conflictos geopolíticos presentes en todo el planeta, la extinción acelerada de especies, el retraimiento de los derechos sociales, la pérdida de ozono estratosférico, el auge de los movimientos negacionistas, la contaminación de acuíferos, y un largo etcétera.

¿Qué implica exactamente entrar en el maelstrom de la crisis ecosocial? La respuesta a esta pregunta nos ubica en un escenario atravesado de graves desigualdades sociales y ecosistémicas. Y es un escenario presente.

Es importante tener en cuenta que la crisis ecosocial no se trata de un desafío técnico que podamos superar con el desarrollo tecnológico. Más bien, es una crisis civilizatoria que nos llama a una profunda revisión de nuestras formas de vida. Si bien la tecnología puede ser una herramienta útil en el proceso, la verdadera transformación requiere un cambio fundamental en nuestra relación con el planeta.

Esta crisis nos afecta profundamente porque somos parte integral de los ecosistemas que sostienen nuestra vida. Ningún ser vivo es una isla, completa en sí misma, sino que nos encontramos integrados dentro de una compleja red de relaciones ecodependientes. Por lo tanto, para construir un mundo ecosocialmente justo, necesitamos ser capaces de ampliar nuestro campo de visión y considerar el bienestar de todos los organismos que componen la biosfera.

Instituciones como el Centro de Resiliencia de Estocolmo estudian los límites biofísicos que posibilitan la vida en la biosfera terrestre. Desde principios de siglo se ha venido estudiando y haciendo un seguimiento de estos límites y, en la actualidad, existe un consenso científico acerca de la superación de, al menos, siete de ellos.

Frente a esta realidad crítica, la alfabetización ecosocial promueve una serie de imaginarios ecosociales con los que construir, fomentar y mantener una vida buena en sintonía con los ecosistemas y con los procesos biofísicos del planeta.

Fruto del proyecto Energía de Paz, financiado por la European Climate Foundation, surge la Guía para la alfabetización ecosocial: paz, decrecimiento y sustentabilidad para un mundo posfosilista con el objetivo de trabajar sobre la noción de alfabetización ecosocial como herramienta de construcción de paz en el marco de la crisis civilizatoria actual.

Poniendo en el centro nuestra naturaleza humana como seres inter y ecodependientes, este trabajo del Grupo de Investigación de Humanidades Ecológicas de la Universidad Autónoma de Madrid funciona como un cuaderno de bitácoras y una brújula con los que navegar la crisis ecosocial, adquiriendo con ella los conocimientos necesarios para saber de dónde venimos y a dónde queremos dirigirnos, así como desarrollando una serie de valores ecosociales y conocimientos necesarios para navegar los desafíos actuales.

Así, mediante iniciativas posibles y cambios reales en el territorio nacional, este documento de libre acceso está dirigido a los profesionales de la educación de todos los niveles y a cualquier persona interesada en un abordaje crítico a la crisis ecológica y social actual.

Dividida en tres capítulos, la Guía para la alfabetización ecosocial explica qué es la crisis ecosocial y su relación con los imaginarios fósiles. También nos cuenta qué son exactamente las transiciones energéticas y cómo pueden contribuir a la paz. Y, por último, propone una visión esperanzadora de la transformación ecosocial, abordando los siguientes interrogantes: ¿Cómo actúa la justicia ecosocial? ¿Cómo transforma el territorio? ¿Cómo contribuye a la construcción de paz positiva? ¿Cómo podemos contribuir desde el consumo y la producción energética renovable a la transformación ecosocial?

Comprender el alcance de estos interrogantes y aprender a responder de manera colectiva es una estrategia fundamental para escapar del maelstrom. Frente a perspectivas pesimistas sobre nuestra capacidad de cooperación, la alfabetización ecosocial nos ofrece diversas herramientas para navegar nuestro presente de una manera responsable y esperanzadora.

Evitar las peores consecuencias del maelstrom es posible, pero exige de nuestras sociedades un compromiso férreo. Compromiso que pasa desde menguar las emisiones a través de la reducción del consumo de hidrocarburos o abandonar imaginarios sociales centrados en el crecimiento económico infinito hasta reconocer nuestra inter y ecodependencia como especie y como sociedades complejas.

La inercia es fuerte, navegar en la dirección adecuada es responsabilidad de todos. Ya sabemos dónde se encuentra el maelstrom. Cambiemos el rumbo.

***María del Buey Cañas y Sofía Pérez Baeza son investigadoras del Grupo de Investigación en Humanidades Ecológicas de la Universidad Autónoma de Madrid y autoras de la 'Guía de alfabetización ecosocial' del proyecto Energía de Paz de Fundación Cultura de Paz y del Instituto DEMOSPAZ-UAM.